Comentario
al Evangelio
2 de noviembre
CONMEMORACIÓN DE
TODOS LOS DIFUNTOS
Forma
Extraordinaria del Rito Romano
¡Cuántos pecadores están cegados respecto al estado de
su alma, y esperan hacer aquello que no les será dado realizar cuando ellos
quieran! ...
Pero, vayamos aún más lejos, y veremos que, cuanto más
diferís dejar el pecado, en mayor imposibilidad os ponéis de salir de él. ¿No
es cierto que, en algún tiempo, la palabra de Dios os conmovía, os llevaba a
hacer ciertas reflexiones y que, varias veces, habíais resuelto dejar el pecado
y entregaros enteramente a Dios? ¿No es verdad que el pensamiento del juicio y
del infierno os hacía derramar lágrimas y que, ahora, nada de esto os conmueve,
ni os sugiere la menor reflexión? ¿De qué proviene esto? Es que vuestro corazón
se ha endurecido y que Dios os abandona, de manera que cuanto más permanecéis
en el pecado, más se aleja Dios de vosotros, y más insensibles os hacéis a
vuestra perdición. ¡Ah! si al menos hubieseis fallecido en vuestra primera
enfermedad, ¡no cayerais en lugar tan profundo del infierno! -Pero, si quisiese
retornar a Dios en la actualidad, ¿me recibirá aun el Señor?- Amigo, no te digo
sí, ni no. Si el número de pecados que Dios tiene el propósito de perdonarte,
no está colmado; si no has despreciado aún todas las gracias que Dios te tenía
destinadas, bien puedes esperar. Mas si está va llena la medida de tus pecados
y de las gracias menospreciadas, entonces todo está perdido para ti; en vano
formularás los mejores propósitos...
San Juan María Vianney