domingo, 19 de noviembre de 2017

EL PODER PERDER LA FE. San Juan María Vianney




Comentario al Evangelio

XXIV DOMINGO DESPUÉS DE PENTECOSTÉS
VI DOMINGO DESPUÉS DE EPIFANÍA TRANFERIDO
Forma Extraordinaria del Rito Romano
¡Nuestra dicha es demasiado grande!, jamás comprenderemos su alcance ¡Pueblo feliz, el cristiano, al ver cómo cada día se renuevan todos los prodigios que la omnipotencia de Dios obró en otro tiempo en el Calvario para salvar a los hombres.
¿A qué obedece, pues, el que no experimentemos este mismo amor, no sintamos el mismo agradecimiento, no estemos poseídos del mismo respeto, con todo y obrarse cada día los mismos milagros ante nuestros ojos? ¡Ay!, hemos abusado tanto de las gracias recibidas, que merecimos de Dios el castigo de que no fuese arrebatada, en parte, nuestra fe; apenas nos queda indicio de ella para hacernos cargo de, que estamos en la presencia de Dios. ¡Dios mío! ¡qué desgracia para un cristiano haber perdido la fe! Desde que la fe nos falta, no hacemos más que despreciar este augusto Sacramento; ¡y cuántos hay aún que llegan hasta a caer en la impiedad, haciendo mofa de los que tienen la dicha de venir a sacar de aquí las gracias y fuerzas necesarias para salvarse!. Temamos los castigos que Dios puede enviarnos por nuestra falta de respeto a su adorable presencia.