sábado, 4 de octubre de 2025

ROSARIO DEL PRIMER SÁBADO DE MES AL INMACULADO CORAZÓN DE MARÍA CON SANTA TERESITA DEL NIÑO JESÚS

 


Santo Rosario.

Por la señal... 

Monición inicial Hoy, primer sábado de mes, ofrecemos este rosario en reparación al Corazón Inmaculado de María respondiendo así a su llamada en la ciudad de Pontevedra (ESPAÑA) a Sor Lucía, a quien la Virgen se apareció en Fátima: "Mira, hija mía, mi Corazón cercado de espinas que los hombres ingratos me clavan sin cesar con blasfemias e ingratitudes. Tú, al menos, procura consolarme y di que a todos los que, durante cinco meses, en el primer sábado, se confiesen, reciban la Sagrada Comunión, recen el Rosario y me hagan compañía durante 15 minutos meditando en los misterios del rosario con el fin de desagraviarme les prometo asistir en la hora de la muerte con las gracias necesarias para su salvación."

Ofrecemos el rosario como acto de reparación:

-por las blasfemias y ultrajes que se cometen contra la Inmaculada Concepción de María.

-por las blasfemias y ultrajes que se cometen contra la Virginidad perpetua de Nuestra Señora.

-por las blasfemias y ultrajes que se cometen contra la maternidad divina de María, rechazando al mismo tiempo recibirla como Madre de los hombres.

-por aquellos que infunden en los niños y en los jóvenes el desprecio hacia la Virgen Inmaculada.

-por aquellos que ultrajan, desprecian y maltratan las imágenes y representaciones de la Virgen Santísima.

 

*** PARA RECIBIR LA PROMESA DE LOS CINCOS PRIMEROS SÁBADOS ES NECESARIO, DURANTE CINCO MESES SEGUIDOS, EL PRIMER SÁBADO DE MES: 1) Rezar el rosario y meditar en sus misterios y 2) Confesar y comulgar con esta intención.***

 

Se hace hoy memoria de de santa Teresa del Niño Jesús, virgen y doctora de la Iglesia, que entró aún muy joven en el monasterio de las Carmelitas Descalzas de Lisieux, llegando a ser maestra de santidad en Cristo por su inocencia y simplicidad. Enseñó el camino de la perfección cristiana por medio de la infancia espiritual, demostrando una mística solicitud en bien de las almas y del incremento de la Iglesia, y voló al cielo a los 25 años de edad, el día 30 de septiembre del año 1897.

Ella nos dice: “La Santísima Virgen me demuestra que nunca deja de protegerme. Enseguida que la invoco, tanto si me sobreviene una inquietud cualquiera, un apuro, inmediatamente recurro a ella, y siempre se hace cargo de mis intereses como la más tierna de las Madres."

Con esa misma confianza acudimos a Nuestra Señora en el rezo del santo rosario.

Señor mío Jesucristo... 

 

MISTERIOS GOZOSOS

1.- La encarnación del Hijo de Dios en las entrañas purísimas de la Virgen María.

“Te amo cuando proclamas que eres la siervecilla del Señor, del Señor a quien tú con tu humildad cautivas. Esta es la gran virtud que te hace omnipotente y a tu corazón lleva la Santa Trinidad. Entonces el Espíritu, Espíritu de amor, te cubre con su sombra, y el Hijo, igual al Padre, se encarna en ti... ¡Muchos habrán de ser sus hermanos pecadores para que se le llame: Jesús, tu primogénito!”

“Dios mío, te pido para mí y para todos mis seres queridos la gracia de cumplir con toda perfección tu voluntad y aceptar por tu amor las alegrías y lo sufrimientos de esta vida pasajera, para que un día podamos reunirnos en el cielo por toda la eternidad.”

2.-La Visitación de Nuestra Señora a su prima santa Isabel.

“Tú me haces comprender, ¡oh Reina de los santos!, que no me es imposible caminar tras tus huellas. Nos hiciste visible el estrecho camino que va al cielo con la constante práctica de virtudes humildes. Imitándote a ti, permanecer pequeña es mi deseo, veo cuán vanas son las riquezas terrenas. Al verte ir presurosa a tu prima Isabel, de ti aprendo, María, a practicar la caridad ardiente. En casa de Isabel escucho, de rodillas, el cántico sagrado, ¡oh Reina de los ángeles!, que de tu corazón brota exaltado. Me enseñas a cantar los loores divinos, a gloriarme en Jesús, mi Salvador. Tus palabras de amor son las místicas rosas que envolverán en su perfume vivo a los siglos futuros. En ti el Omnipotente obró sus maravillas, yo quiero meditarlas y bendecir a Dios.”

“Cerca de ti, oh tierna Madre mía, he encontrado la paz del corazón; en esta tierra nada más deseo, sólo Jesús es toda mi ventura. Si alguna vez me asaltan la tristeza o el miedo, en mi debilidad tú me sostienes y siempre, Madre mía, me bendices.”

3.-El nacimiento del Niño Dios en el portal de Belén

“En Belén, os veo, ¡oh María y José!, rechazados por todos. Nadie quiere acoger en su posada a dos pobres y humildes forasteros. ¡Sólo para los grandes tienen sitio...! Y en un establo mísero, rudo y destartalado, tiene que dar a luz la Reina de los cielos a su Hijo Dios. ¡Madre del Salvador, qué amable me pareces, qué grande me pareces en tan pobre lugar! Cuando veo al Eterno en vuelto en los pañales y oigo el tierno vagido del Verbo entre las pajas, ¿podría yo, María, en ese instante, envidiar a los ángeles? ¡Su Señor adorable es mi hermano querido! ¡Cómo te amo, María, cuando en nuestra ribera abres para nosotros esa divina Flor! ¡Cómo te amo, Virgen, cuando escuchas a los simples pastores, y a los magos, y guardas y meditas todo eso dentro del corazón!

“¡Niñito Jesús!, mi único tesoro, yo me abandono a tus divinos caprichos, y no quiero otra alegría que la hacerte sonreír. Imprime en mí tu gracia y tus virtudes infantiles, para que en el día de mi nacimiento para el cielo los ángeles y los santos reconozcan a mí a tu pequeña esposa,.”

4.-La purificación de Nuestra Señora y presentación del Niño Jesús en el templo

"Te amo cuando te mezclas con las demás mujeres que dirigen sus pasos al templo del Señor. Te amo cuando presentas al Niño que nos salva al venerable anciano que le toma en sus brazos. Al principio yo escucho sonriendo su cántico, mas pronto sus acentos hacen correr mis lágrimas. Hundiendo en el futuro su mirada profética, Simeón te presenta la espada del dolor. ¡Oh Reina de los mártires, la espada dolorosa traspasará tu pecho hasta la tarde misma de tu vida!"

5.- El niño Jesús perdido y hallado en el templo

En Jerusalén, una amarga tristeza te envuelve y, como un mar, tu corazón inunda. Por tres días Jesús se esconde a tu ternura, y entonces si, sobre tu vida cae un oscuro, implacable, riguroso destierro. Por fin logras hallarle, y al tenerle, rompe tu corazón en transporte amoroso. Y le dices al Niño, encanto de doctores: "Hijo mío, ¿por qué has obrado así? Tu padre y yo, con lágrimas, te estábamos buscando". Y el Niño Dios responde, ¡oh profundo misterio!, a la Madre querida que hacia él tiende los brazos: "¿A qué buscarme, Madre? ¿No sabías, acaso, que en las cosas que son del Padre mío he de ocuparme ya?" Me enseña el Evangelio que sumiso a María y José permanece Jesús, mientras crece en sabiduría. ¡Y el corazón me dice con qué inmensa ternura a sus padre queridos él obedece siempre Ahora es cuando comprendo el misterio del templo, las palabras ocultas del amable Rey mío: Tu dulce Niño, Madre, quieres que seas tú el ejemplo vivo del alma que le busca a oscuras, en la noche de la fe. “Haz que yo me parezca a ti. ¡Jesús…!.”

 

MISTERIOS DOLOROSOS

1. La Oración de Jesús en el Huerto

“Para mí, la oración es un impulso del corazón, una simple mirada dirigida al cielo, un grito de agradecimiento y de amor, tanto en medio del sufrimiento como en medio de la alegría. En una palabra es algo grande, algo sobrenatural que me dilata el alma y me une a JESÚS.”

2. La flagelación de Jesús atado a la columna.

“Me fue dado también un gran amor a la mortificación. Y este amor era tanto más grande, cuanto menos era lo que me permitían hacer para satisfacerlo… De haber obtenido permiso para hacer muchas penitencias, de seguro que mi ardor no hubiera durado gran cosa. Las solas que me concedían, sin yo pedirlas, era mortificar mi amor propio, lo cual me aprovechaba mucho más que las penitencias corporales».”

3. La coronación de espinas

“¿Cómo es posible que Dios, amándonos infinitamente, se goce en hacernos sufrir?  No; Dios no puede gozarse en nuestro dolor, pero éste nos es necesario. Lo permite, pues, como a pesar suyo.”

4. Nuestro Señor con la cruz a cuestas camino del Calvario

“Mi caminito es el camino de una infancia espiritual, el camino de la confianza y de la entrega absoluta.”

5. La crucifixión y muerte del Señor

“Te doy gracias, Dios mío, por todos los beneficios que me has concedido, y en especial por haberme hecho pasar por el crisol del sufrimiento. En el último día te contemplaré llena de gozo llevando el cetro de la Cruz. Ya que te has dignado darme como lote esta cruz tan preciosa, espero parecerme a ti en el cielo y ver brillar en mi cuerpo glorificados los sagrados estigmas de tu Pasión... Después del destierro de la tierra, espero ir a gozar de ti en la Patria, pero no quiero acumular méritos para el cielo,, quiero trabajar sólo por tu amor, con el único fin de agradarte, de consolar a tu Sagrado Corazón y de salvar almas que te amen eternamente.

 

MISTERIOS GLORIOSOS

1.-La Resurrección del Señor.

“El abandono, sólo el abandono

a tus brazos me entrega, ¡oh Jesús mío!,

y es el que me hace vivir con la vida de tus elegidos.

A ti, divino Esposo, me abandono, y no quiero

nada más en la vida que tu dulce mirada.

Quiero sonreír siempre, dormirme en tu regazo

y repetirte en él que te amo, mi Señor <3>..”

2.- La Ascensión del Señor

“Mi alegría es luchar siempre, sin tregua ni descanso,

por poder engendrar multitud de elegidos.

Es decir, con ternura y muchas veces,

a mi dulce Jesús:

«Por ti, hermano divino, sufro gozosamente.

Mi alegría en la tierra, mi única alegría,

es poder alegrarte».

Quiero seguir viviendo largo tiempo en la tierra,

si ése es tu deseo, mi Señor.

Quiero seguirte al cielo,

si te complace a ti <5>.

El fuego de la patria,

que es el amor,

sin cesar me consume.

¿Qué me importa mi vida? ¿Qué me importa la muerte?

¡Amarte, ése es mi gozo!

¡Mi única dicha, amarte...!.”

3.- La Venida del Espíritu Santo sobre los Apóstoles reunidos en torno a la Virgen María

“Tú nos amas, María, como Jesús nos ama, 

por nosotros aceptas verte alejada de él.

Amar es darlo todo, darse incluso a sí mismo:

quisiste demostrarlo quedando con nosotros

como fuerte y visible ayuda nuestra.

¡Conocía Jesús tus íntimos secretos

y la inmensa ternura

de tu divino corazón de madre!

Te nos dejó a nosotros,

como refugio fiel de pecadores,

cuando, para esperarnos en el cielo,

abandonó la cruz.”

4.- La Asunción de María Santísima a los Cielos

“La casa de san Juan se hace tu único asilo,

de Zebedeo el hijo reemplaza a tu Jesús...

Y es éste ya el último detalle

que nos da el Evangelio,

de la Virgen María no vuelve ya a hablar más.

Pero, Madre querida, su silencio profundo

¿acaso no revela

que el Verbo eterno -él mismo- cantar quiere

de tu vida los íntimos secretos,

para gozosa gloria de tus hijos,

los santos moradores de la patria del cielo?

Yo escucharé muy pronto esa dulce armonía,

iré muy pronto a verte en , el hermoso cielo.

Tú que viniste a sonreírme, Madre,

en la suave mañana de mi vida,

ven otra vez a sonreírme ahora..., 

pues ha llegado ya de mi vida la tarde.

No temo el resplandor de tu gloria suprema <16>,

he sufrido contigo,

y ahora quiero

cantar en tus rodillas, Virgen, por qué te amo

¡y repetir por siempre y para siempre

que yo soy hija tuya...!.”

5.- La Coronación De La Virgen Como Reina Y Señora De Todo Lo Creado.

“Cerca de ti, oh tierna Madre mía,

he encontrado la paz del corazón;

en esta tierra nada más deseo,

sólo Jesús es toda mi ventura.

Si alguna vez me asaltan

la tristeza o el miedo,

en mi debilidad tú me sostienes

y siempre, Madre mía, me bendices.

Otórgame la gracia

de mantenerme fiel

a mi divino Esposo,

Jesús.

Para que un día

su dulce voz yo escuche,

cuando a volar me invite y a sentarme

entre sus elegidos.

Entonces ya no habrá

ni más destierro ni más sufrimiento.

Ya en el cielo,

yo volveré a cantarte

mi amor y gratitud,

amable y dulce Reina del Carmelo.”

 

MISTERIOS LUMINOSOS

1.-El Bautismo del Señor en el Jordán

“En medio de la luz gritó, orgulloso,

el ángel:

«¡Nunca obedeceré...!»

En medio de la noche de la tierra

yo grito:

«¡Siempre obedeceré <6>!»

Siento nacer en mí

una divina audacia,

al furor del infierno desafío.

Y es mi fuerte coraza

y de mi corazón escudo fuerte,

la Obediencia.

¡Oh mi Dios vencedor!,

no ambiciono otra gloria

que la de someter

mi voluntad en todo,

pues será el obediente

quien cantará victoria

en el descanso de la eternidad..”

2.-El Milagro de las Bodas de Cana

“Vivir contigo quiero, Madre amada,

a la espera del cielo,

seguirte en el destierro día a día.

En tu contemplación yo me hundo absorta,

y de tu inmenso corazón descubro

los abismos de amor.

Tu maternal mirada desvanece mis miedos,

y me enseña a llorar, y me enseña a reír.

Lejos de despreciar las fiestas de la tierra,

las fiestas que son santas,

tú, Madre, las comparte y bendices.

Al ver que los esposos de Caná

no pueden ocultar al gran apuro

en que se encuentran por faltarles vino,

con maternal solicitud acudes

al Salvador, tu Hijo,

de su poder divino esperando la ayuda.

Jesús parece rechazar tu súplica 

en un primer momento: 

"Mujer, ¿qué no importa esto a ti y a mí?"

Mas de su corazón allá en el fondo

madre suya te llama,

y para ti y por ti Jesús realiza

su milagro primero..”

3.- El anuncio del Reino invitando a la conversión.

“Te veo un día, Madre, en la colina, 

entre los pecadores que escuchan la palabra

de aquel que más nadie

desea recibirles a todos en el cielo.

Alguien dice a Jesús que quieres verle.

Entonces él, Hijo divino tuyo, ante la gente

muestra lo inmensamente que nos ama:

"¿Quién es mi hermano -dice-, quién mi hermana,

y mi madre quién es, sino el que cumple

mi voluntad en todo?"

 Al escucharle, tú, Virgen inmaculada,

¡oh Madre, la más tierna!,

no te entristeces <13>, antes bien te alegras

de que nos haga comprender entonces

que aquí abajo, en la tierra, nuestra alma

se hace familia suya.

¡Oh, sí, te alegras, Virgen, de que él nos dé su vida,

el tesoro infinito de su divinidad!

¿Cómo no amarte y bendecirte, viendo

en ti tanto amor, tanta humildad?.”

4.-La Transfiguración del Señor

"Vivir de amor no es en la cima del Tabor su tienda plantar el peregrino de la vida. Es subir al Calvario a zaga de las huellas de Jesús, y valorar la cruz como un tesoro."

"Vivir de amor es disipar el miedo, aventar el recuerdo de pasadas caídas. De aquellos mis pecados no veo ya la huella, junto al fuego divino se han quemado."

5.- La institución de la Eucaristía

«Él no baja del cielo un día y otro día para quedarse en un copón dorado, sino para encontrar otro cielo que le es infinitamente más querido que el primero: el cielo de nuestra alma, creada a su imagen y templo vivo de la adorable Trinidad»”