2 de abril
San Francisco de Paula
Francisco nació en Paula, Calabris, de padres humildes, que lo obtuvieron habiendo hecho un voto por las preces de San Francisco de Asís. Siendo joven, abrasado del divino amor, partió para el desierto, donde por espacio de seis años llevó una vida austera, pero con la meditación de las cosas del cielo lleno de dulzura. Mas, como la fama de sus virtudes se extendiese en muchos lugares, y muchos acudiesen a él llevados del deseo de una vida piadosa, la caridad le decidió a dejar la soledad; edificó una iglesia cerca de Paula, donde asentó los cimientos de su Orden.
Hablaba de una manera admirable; conservó perpetuamente la virginidad; era tan humilde que se llamaba a sí mismo “el mínimo”, y por esto quiso que sus religiosos fuesen llamados “Mínimos”. Vestía hábito pobre; andaba descalzo y dormía en el suelo. Su abstinencia fue admirable; comía una sola vez al día tras la puesta de sol, y apenas añadía al pan y al agua los manjares propios de la Cuaresma. Para que esta práctica la cumpliesen sus religiosos, les obligó a ella por un cuarto voto.
El Señor quiso testificar la santidad de su siervo por medio de muchos milagros; es muy conocido aquel que realizó cuando, rechazado por unos marineros, atravesó el estrecho de Sicilia junto con un compañero, sobre un manto extendido sobre las olas. Predijo también muchas cosas futuras con espíritu profético. Luis XI, rey de Francia, le llamó a su presencia, dándole muestras de gran estima. A la edad de 91 años murió en Tours, en el año de gracia 1507. Su cuerpo, insepulto por espacio de once días, permaneció incorrupto, esparciendo un suave olor. El Papa León X le puso en el catálogo de los Santos.
Oremos.
Oh Dios, exaltación de los humildes, que elevaste a la gloria de tus Santos al bienaventurado confesor Francisco: te rogamos nos concedas conseguir por sus méritos y la imitación de sus virtudes, los premios concedidos a los humildes. Por Jesucristo nuestro Señor. R. Amén.
