SEXTO
COLOQUIO
DERECHOS
DE DIOS SOBRE EL HOMBRE EN VIRTUD DE LA CREACIÓN
MEDITACIONES SOBRE LA HUMILDAD
Y COLOQUIOS INTERIORES DEL CRISTIANO CON SU DIOS
San Juan Eudes
Para
comenzar cada día:
+Por la señal de la Santa Cruz, de nuestro
enemigos, líbranos, Señor, Dios nuestro. En el nombre del Padre y del Hijo y
del Espíritu Santo. Amén.
Poniéndonos en la presencia de Dios,
digamos la siguiente oración:
Profesión de Humildad
Señor Jesucristo,
nada somos,
nada podemos ni
valemos,
nada tenemos a no
ser nuestros pecados.
Somos siervos
inútiles, nacidos en la enemistad,
últimos de los
hombres,
primeros de los
pecadores.
Sea para nosotros
la vergüenza y la confusión,
y para ti, la
gloria y el honor por siempre jamás.
Señor Jesucristo,
compadécete de nosotros. Amén.
SEXTO
COLOQUIO
DERECHOS
DE DIOS SOBRE EL HOMBRE EN VIRTUD DE LA CREACIÓN
1
En virtud de los
anteriores atributos, Dios tiene sobre nosotros múltiples derechos que debemos
conocer para no atentar contra ellos. Porque si tanto nos importa conocer los
más insignificantes derechos que tenemos sobre los que dependen de nosotros,
con mucha mayor razón debernos considerar los inmensos e importantes derechos
que el gran Dios tiene sobre nosotros, para que actuemos en consecuencia.
Veamos cuáles son:
1. Por todos sus atributos en general,
tiene derecho a que lo reconozcamos, adoremos y glorifiquemos como a Dios, como
a nuestro Dios, y que le sacrifiquemos todas las cosas, hasta nosotros mismos.
2. Como nuestro principio, fin y supremo
bien, tiene el derecho de poseemos plenamente, como algo totalmente suyo que
sólo ha sido creado para él y que de él depende infinitamente.
3. Por ser principio y fin de nuestro ser
y de nuestra vida, tiene también el derecho de serio de nuestros pensamientos,
palabras y acciones, de los usos y funciones de nuestra vida. No debemos
pensar, ni decir, ni hacer nada que no sea por él y para él, por su disposición
y para su gloria.
4. Como nuestro principio nos produce sin
cesar y nos lleva siempre en sus brazos para impedir que volvamos a la nada.
Tiene, por tanto, el derecho, no sólo de que permanezcamos en él forzosamente
puesto que en él vivimos, nos movemos y existimos, sino de que permanezcamos en
él voluntariamente mediante nuestro amor y caridad. Porque Dios es amor y quien
permanece en el amor permanece en Dios. Dios mío, haz que yo permanezca siempre
en tu amor y en la caridad hacia mi prójimo para permanecer siempre en ti.
2
5. Su condición de principio nos da un ser
y una vida que son participación de los suyos. De ahí que san Pablo nos
advierta que somos del linaje de Dios. Por lo mismo tiene derecho a exigimos
que
6. Como nuestro fin, nuestro centro,
nuestro elemento y medio divino, tiene derecho a que nosotros aspiremos y
tendamos sin cesar hacia él y que sólo en él busquemos nuestro descanso y
felicidad.
7. Como supremo bien tiene derecho a que
lo amemos sobre todas las cosas y a ser el dueño de nuestros pensamientos y
afectos. Dios mío, sólo en ti se encuentran los verdaderos bienes, honores y
contentos. Que te ame, pues, en forma exclusiva y soberana y que, en adelante,
seas tú el único objeto de mis deseos y de mis amores.
3
8. Nuestro prototipo Dios tiene derecho a
que caminemos en su presencia, con la mirada fija en ese divino ejemplar, para
ajustar nuestra vida y costumbres a la perfección de su vida y de sus acciones.
9. Como rey y gobernador tiene derecho a
darnos leyes, a reinar en nosotros y a dirigir todas nuestras acciones.
10. Como nuestro protector debemos reconocer
que sólo él puede asistirnos y defendernos y que sólo a él debemos acudir en
nuestras necesidades corporales y espirituales.
11. Como nuestro juez tiene el derecho de
vigilar y examinar nuestras acciones, de pedimos cuenta hasta de una palabra
ociosa y de castigarnos o premiarnos según nuestros méritos.
Dios mío, te adoro
y glorifico en estos derechos justos y legítimos que tienes sobre todas las
criaturas y sobre mí en particular. Por ellos me alegro de todo corazón y
declaro que si, por imposible, no tuvieras tales derechos sobre mí, de estar en
mi poder te los concedería. Te pido perdón por los numerosos obstáculos que he
puesto al uso de esos derechos. Quiero, en adelante ponderarlos cuidadosamente
para no impedirlos y cumplir, con tu gracia, las obligaciones que de ellos se
desprenden.
Jaculatoria: Mi
Dios y mi todo.
Para
finalizar cada día:
LETANÍAS DE LA HUMILDAD
Venerable Cardenal Merry del Val
Jesús manso y humilde de corazón, óyeme.
Del deseo de ser lisonjeado, líbrame Jesús
Del deseo de ser alabado, líbrame Jesús
Del deseo de ser honrado, líbrame Jesús
Del deseo de ser aplaudido, líbrame Jesús
Del deseo de ser preferido a otros,
líbrame Jesús
Del deseo de ser consultado, líbrame Jesús
Del deseo de ser aceptado, líbrame Jesús
Del temor de ser humillado, líbrame Jesús
Del temor de ser despreciado, líbrame
Jesús
Del temor de ser reprendido, líbrame Jesús
Del temor de ser calumniado, líbrame Jesús
Del temor de ser olvidado, líbrame Jesús
Del temor de ser puesto en ridículo,
líbrame Jesús
Del temor de ser injuriado, líbrame Jesús
Del temor de ser juzgado con malicia,
líbrame Jesús
Que otros sean más estimados que yo. Jesús
dame la gracia de desearlo
Que otros crezcan en la opinión del mundo
y yo me eclipse. Jesús dame la gracia de desearlo
Que otros sean alabados y de mí no se haga
caso. Jesús dame la gracia de desearlo
Que otros sean empleados en cargos y a mí
se me juzgue inútil. Jesús dame la gracia de desearlo
Que otros sean preferidos a mí en todo.
Jesús dame la gracia de desearlo
Que los demás sean más santos que yo con
tal que yo sea todo lo santo que pueda. Jesús dame la gracia de desearlo
Oración:
Oh Jesús que, siendo Dios, te humillaste
hasta la muerte, y muerte de cruz, para ser ejemplo perenne que confunda
nuestro orgullo y amor propio. Concédenos la gracia de aprender y practicar tu
ejemplo, para que humillándonos como corresponde a nuestra miseria aquí en la
tierra, podamos ser ensalzados hasta gozar eternamente de ti en el cielo. Amén.
***
Sagrado Corazón de
Jesús, en vos confío.
Inmaculado Corazón
de María, sed la salvación mía.
Glorioso Patriarca
san José, ruega por nosotros.
Santos Ángeles
Custodios, rogad por nosotros.
San Juan Eudes,
ruega por nosotros.
Todos los santos y
santas de Dios, rogad por nosotros.
***
¡Querido hermano,
si te ha gustado esta meditación, compártela con tus familiares y amigos!
***
Ave María
Purísima, sin pecado concebida.