DE LA CORRECCIÓN FRATERNA.
SÁBADO DE LA DECIMOCTAVA SEMANA
DESPUÉS DE PENTECOSTÉS.
MEDITACIONES
PARA EL TIEMPO DESPUÉS DE PENTECOSTÉS
DE LA OBRA “VIDA Y DOCTRINA DE JESUCRISTO
SACADA DE LOS CUATRO EVANGELISTAS
Y DISTRIBUIDA EN MATERIA DE MEDITACIÓN
PARA TODOS LOS DÍAS” DEL P. NICOLÁS AVANCINI
ORACIÓN PARA COMENZAR
TODOS LOS DÍAS:
Por la señal de la Santa Cruz, de nuestros enemigos, líbranos, Señor, Dios nuestro. En el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.
Poniéndonos en la presencia de Dios, adoremos su majestad infinita, y digamos con humildad:
“Omnipotente Dios y Señor y Padre mío amorosísimo, yo creo que por razón de tu inmensidad estás aquí presente en todo lugar, que estás aquí, dentro de mí, en medio de mi corazón, viendo los más ocultos pensamientos y afectos de mi alma, sin poder esconderme de tus divinos ojos.
Te adoro con la más profunda humildad y reverencia, desde el abismo de mi miseria y de mi nada, y os pido perdón de todos mis pecados que detesto con toda mi alma, y os pido gracias para hacer con provecho esta meditación que ofrezco a vuestra mayor gloria… ¡Oh Padre eterno! Por Jesús, por María, por José y todos los santos enseñadme a orar para conocerme y conoceros, para amaros siempre y haceros siempre amar. Amén.”
Se meditan los tres puntos dispuestos para cada día.
SÁBADO DE LA DECIMOCTAVA SEMANA
DESPUÉS DE PENTECOSTÉS.
DE LA CORRECCIÓN FRATERNA.
1.- Si pecare contra ti tu hermano, ve y corrígele entre ti y él solo (1). Al súbdito y al superior pertenece esto. A aquel, para que ame el ser corregido; pues de otra suerte más merece la corrección. A este para que no sea descuidado en corregir en su lugar y tiempo. No tienes aborrecimiento al médico, aunque hiera, para sanar. Lo mismo hace el que corrige, con tal que sea con buen celo. ¿Por qué te indignas cuando te corrigen? ¿Por qué, murmuras? ¿Por qué le resistes y contra él te vuelves? ¿No sabes que Dios le ha de pedir cuenta de tu vida (2)? Pero también, o superior, eres médico. Eres cruel si no curas sus llagas. Pereces con aquel a quien fueres descuidado en ganar. Tu alma está por su alma (3).
2.- Corrígele entre ti y él solo. Aquí se prescribe el modo de la corrección: que sea secreta. Pecas, hermano, y tú también, superior, si esto lo haces delante de muchos, si lo puedes hacer con más pocos, aunque lo hagas con motivo de caridad, porque está igualmente pide el secreto por la integridad de la fama, cuando no es público el delito. Mucho más pecas tú, que con indignación descubres en secreto los delitos de tu hermano, o los echas con publicidad en los corrillos. ¿Gustarías que así te corrigiesen a ti? Haz, pues, lo mismo con los otros.
3.- Si te oyere, habrás ganado a tu hermano (4). Gánense al que corrige y al corregido por la corrección, amigablemente dada, y con humildad recibida. Tú que corriges, ganas a tu hermano; ganas a otros, a quienes quitas la ofensión; libras tu alma. Tú, que das gratos oídos al que te corrige, te ganas a ti mismo; ganas el afecto del que te avisa; ganas a Dios. Todos tenemos logro; y mayor que éste no puedes procurarlo.
(1) Matth., 18 (2) Ezech., 3. (3) III Reg., 20. (4) Matth., 18.
ORACIÓN PARA FINALIZAR
TODOS LOS DÍAS:
Os doy gracias, Dios mío, por los buenos pensamientos, afectos y propósitos que me habéis inspirado en este rato de oración…
Todo os lo ofrezco a vuestra mayor honra y gloria… y os pido gracia eficaz para ponerlos por obra…
¡Oh Padre Eterno! Por Jesús, por María, por José y Teresa de Jesús dadme gracia ahora y siempre para cumplir en todas las cosas vuestra santísima voluntad. Amen."
Padrenuestro, Avemaría y Gloria
***
Sagrado Corazón de Jesús, en vos confío.
Inmaculado Corazón de María, sed la salvación mía.
Glorioso Patriarca san José, ruega por nosotros.
Santos Ángeles Custodios, rogad por nosotros.
Todos los santos y santas de Dios, rogad por nosotros.
***
¡Querido hermano, si te ha gustado esta meditación, compártela con tus familiares y amigos!
***
Ave María Purísima, sin pecado concebida.