lunes, 29 de abril de 2024

ENCOMIENDA CRISTO A PEDRO SUS OVEJAS. MARTES DE LA IV SEMANA DE PASCUA

 


ENCOMIENDA CRISTO A PEDRO SUS OVEJAS.

MARTES DE LA IV SEMANA DE PASCUA

 

MEDITACIONES PARA EL TIEMPO PASCUAL

DE LA OBRA “VIDA Y DOCTRINA DE JESUCRISTO” DEL P. NICOLÁS AVANCINI

 

ORACIÓN PARA COMENZAR

TODOS LOS DÍAS:

 

Por la señal de la Santa Cruz, de nuestros enemigos, líbranos, Señor, Dios nuestro. En el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.

 

Poniéndonos en la presencia de Dios, adoremos su majestad infinita, y digamos con humildad:

  

 “Omnipotente Dios y Señor y Padre mío amorosísimo, yo creo que por razón de tu inmensidad estás aquí presente en todo lugar, que estás aquí, dentro de mí, en medio de mi corazón, viendo los más ocultos pensamientos y afectos de mi alma, sin poder esconderme de tus divinos ojos.

    Te adoro con la más profunda humildad y reverencia, desde el abismo de mi miseria y de mi nada, y os pido perdón de todos mis pecados que detesto con toda mi alma, y os pido gracias para hacer con provecho esta meditación que ofrezco a vuestra mayor gloria… ¡Oh Padre eterno! Por Jesús, por María, por José y todos los santos enseñadme a orar para conocerme y conoceros, para amaros siempre y haceros siempre amar. Amén.”

 

Se meditan los tres puntos dispuestos para cada día.

 

MARTES DE LA IV SEMANA DE PASCUA

ENCOMIENDA CRISTO A PEDRO SUS OVEJAS.

 

1.- Habiendo, pues, comido, dice Jesús a Simón Pedro: Simón, hijo de Juan ¿ámasme tú más que éstos? El dice: Sí, Señor, tu sabes que te amo. Dícele: Apacienta mis corderos (1). Es destinado Pedro para supremo pastor. Al que es tal le espera mucho trabajo, el que nunca podrá llevar, si es que no tenga mucho amor. Por esto dice san Agustín (2): Al tiempo que se examina el amor se ordenaba el trabajo. El mayor, pues, en la estimación de Cristo es el que más le ama. Trabaja tú, pues, para lograr esta mayoría. Ten en nada las demás. Respondió Pedro: Tú lo sabes, escarmentado ya para no creerse a sí mismo. Ni asegura, más que estos, acordándose de su presunción bien confundida, Nunca te prefieras a otros, porque falta el fervor y es humillada la presunción.

2.- Dícele segunda vez: Simón, hijo de Juan, ¿ámasme? Dícele, etc. (3). Repite la pregunta para sacar la constancia del amor en el pastor de las almas. Sin éste ni tú gobernarás bien tu alma. ¡Dichoso Pedro, que pudo responder: ¡Yo te amo! ¡Infeliz de mí, que debería responder: a mí solo me amo, a mis comodidades; empleo mi amor en las criaturas! Y si alguna vez os amo, ¡que prontamente os falto y me entibio! Más no será así en adelante.

3.- Dícele tercera vez: Simón, hijo de Juan ¿ámasme (4)? ¿Por qué se lo pregunta tercera vez? Optato Milevitano dice (2): Para que no despreciasen con severidad los Apóstoles al que había negado a Cristo. Así mira por la autoridad de los superiores. San Ambrosio (3): Porque tercera vez había negado, tercera vez confiesa. ¿Cuántas veces le negaste tú? cuantas pecaste. ¿Y acaso le confesaste otras tantas por actos verdaderos de viva fe y de amor? Acostúmbrate a semejantes actos, que son el origen de todo bien. Contrístose Pedro de que tercera vez le preguntase; porque se acordó y renovó el dolor del pecado antiguo, o le asaltó temor de sí mismo, aunque nada le remordía. Teme tú también de tí; porque no por eso eres justo, porque nada en ti descubres de mal.

 

(1) Joan.,21. (2) Tract. 124 in Joan. (3) Joan., 21.

 

ORACIÓN PARA FINALIZAR

TODOS LOS DÍAS:

Oración del papa Clemente XI

 

Creo, Señor, haz que crea con más firmeza;

espero, haz que espere con más confianza;

amo, haz que ame con más ardor;

me arrepiento, haz que tenga mayor dolor.

 

Te adoro como primer principio;

te deseo como último fin;

te alabo como bienhechor perpetuo;

te invoco como defensor propicio.

 

Dirígeme con tu sabiduría,

átame con tu justicia,

consuélame con tu clemencia,

protégeme con tu poder.

 

Te ofrezco, Señor,

mis pensamientos, para que se dirijan a ti;

mis palabras, para que hablen de ti;

mis obras, para que sean tuyas,

mis contrariedades, para que las lleve por ti.

 

Quiero lo que quieras,

quiero porque quieres,

quiero como lo quieres,

quiero hasta que quieras.

 

Señor, te pido que ilumines mi entendimiento,

inflames mi voluntad,

limpies mi corazón,

santifiques mi alma.

 

Que me aparte de mis pasadas iniquidades, rechace las tentaciones futuras, corrija las malas inclinaciones, practique las virtudes necesarias.

 

Concédeme, Dios de bondad,

amor a ti, odio a mí,

celo por el prójimo

y desprecio a lo mundano.

 

Que sepa obedecer a los superiores,

ayudar a los inferiores,

aconsejar a los amigos

y perdonar a los enemigos.

 

Que venza la sensualidad con la mortificación,

la avaricia con la generosidad,

la ira con la bondad,

la tibieza con la piedad.

 

Hazme prudente en los consejos,

constante en los peligros,

paciente en las contrariedades,

humilde en la prosperidad.

 

Señor, hazme atento en la oración,

sobrio en la comida,

constante en el trabajo,

firme en los propósitos.

 

Que procure tener inocencia interior,

modestia exterior,

conversación ejemplar

y vida ordenada.

 

Haz que esté atento a dominar mi naturaleza,

a fomentar la gracia,

servir a tu ley

y a obtener la salvación.

 

Que aprenda de ti qué poco es lo terreno,

qué grande lo divino,

qué breve el tiempo,

qué durable lo eterno.

 

Concédeme preparar la muerte,

temer el juicio,

evitar el infierno

y alcanzar el paraíso.

 

Por Cristo nuestro Señor. Amén.

 

V/. Regina cæli, lætare; alleluia.

R/. Quia quem meruisti portare; alleluia.

V/. Resurrexit sicut dixit; alleluia.

R/. Ora pro nobis Deum; alleluia.

V/. Gaude et lætare, Virgo Maria; alleluia.

R/. Quia surrexit Dominus vere; alleluia.

 

Oremus:

Deus, qui per resurrectionem Filii tui Domini nostri Iesu Christi mundum lætificare dignatus es, præsta, quæsumus, ut per eius Genetricem Virginem Mariam perpetuæ capiamus gaudia vitæ. Per eundem Christum Dominum nostrum. Amen.

 

Fidélium ánimae per misericordiam Dei requiéscant in pace. R.Amen.

 

***

 

Sagrado Corazón de Jesús, en vos confío.

Inmaculado Corazón de María, sed la salvación mía.

Glorioso Patriarca san José, ruega por nosotros.

Santos Ángeles Custodios, rogad por nosotros.

Todos los santos y santas de Dios, rogad por nosotros.

 

***

¡Querido hermano, si te ha gustado esta meditación, compártela con tus familiares y amigos!

***

Ave María Purísima, sin pecado concebida.