jueves, 11 de abril de 2024

MANIFIÉSTASE CRISTO A LA MAGDALENA, Y LA ENVÍA A LOS DISCÍPULOS. VIERNES DE LA I SEMANA DE PASCUA

 


MANIFIÉSTASE CRISTO A LA MAGDALENA,

Y LA ENVÍA A LOS DISCÍPULOS.

VIERNES DE LA I SEMANA DE PASCUA

 

MEDITACIONES PARA EL TIEMPO PASCUAL

DE LA OBRA “VIDA Y DOCTRINA DE JESUCRISTO” DEL P. NICOLÁS AVANCINI

 

ORACIÓN PARA COMENZAR

TODOS LOS DÍAS:

 

Por la señal de la Santa Cruz, de nuestros enemigos, líbranos, Señor, Dios nuestro. En el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.

 

Poniéndonos en la presencia de Dios, adoremos su majestad infinita, y digamos con humildad:

  

 “Omnipotente Dios y Señor y Padre mío amorosísimo, yo creo que por razón de tu inmensidad estás aquí presente en todo lugar, que estás aquí, dentro de mí, en medio de mi corazón, viendo los más ocultos pensamientos y afectos de mi alma, sin poder esconderme de tus divinos ojos.

    Te adoro con la más profunda humildad y reverencia, desde el abismo de mi miseria y de mi nada, y os pido perdón de todos mis pecados que detesto con toda mi alma, y os pido gracias para hacer con provecho esta meditación que ofrezco a vuestra mayor gloria… ¡Oh Padre eterno! Por Jesús, por María, por José y todos los santos enseñadme a orar para conocerme y conoceros, para amaros siempre y haceros siempre amar. Amén.”

 

Se meditan los tres puntos dispuestos para cada día.

 

VIERNES DE LA I SEMANA DE PASCUA

MANIFIÉSTASE CRISTO A LA MAGDALENA,

Y LA ENVÍA A LOS DISCÍPULOS.

 

1.- Dícela Jesús: María. Ella volviéndose le dice: Maestro (1). En esta sola palabra de Cristo, María y en esta sola de María, Maestro, se encierran grandes afectos. En la de Cristo de benignidad, suavidad, afabilidad familiaridad. En la de María, de reverencia, humildad, adoración, amor, gozo. Él por una palabra sola es conocido: ella con sólo otra da entender que le conoce. Así con pocas palabras habla mucho Dios al hombre: así el hombre con pocas dice muchas cosas a Dios. Ocúpate más en pensar en Dios, que en hablar de Él.

2.- Dícela Jesús. No quieras tocarme (2). Pondera la causa porque prohíbe tocarle, que fue para templar el demasiado fervor con que se arrojaba a sus pies. Éste, a la verdad, le había disminuido no poco el respeto. Quiere Dios ser amado; pero también acatado con reverencia. Por lo tanto así como debes ser familiar a Dios por una intima unión y comunicación con Él, así debes ser reverente, tanto en la postura corporal exterior, cuanto en la interior composición del ánimo.

3.- Ve a mis hermanos, y diles: Subo a mi Padre y vuestro Padre (3). Deseaba María explayar sus afectos a los pies de Cristo; pero el Señor consolar cuanto antes a los suyos. Por eso la prohíbe llegarse a Él y la remite a los Discípulos; a quienes, para expresar su amor, llama hermanos. Repara cuanto agrada a Dios, que te prives de los espirituales consuelos, para consolar a algún afligido. Tiene cuidado de significarles su subida. Y vuestro Padre: para que empiecen a pensar en su partida, a disponerse a llevarla bien, y a confiar en Dios, y que sepan que es en el afecto padre.

 

(1) Joan., 20. (2) Ibid. (3) Ibid.

 

ORACIÓN PARA FINALIZAR

TODOS LOS DÍAS:

Oración del papa Clemente XI

 

Creo, Señor, haz que crea con más firmeza;

espero, haz que espere con más confianza;

amo, haz que ame con más ardor;

me arrepiento, haz que tenga mayor dolor.

 

Te adoro como primer principio;

te deseo como último fin;

te alabo como bienhechor perpetuo;

te invoco como defensor propicio.

 

Dirígeme con tu sabiduría,

átame con tu justicia,

consuélame con tu clemencia,

protégeme con tu poder.

 

Te ofrezco, Señor,

mis pensamientos, para que se dirijan a ti;

mis palabras, para que hablen de ti;

mis obras, para que sean tuyas,

mis contrariedades, para que las lleve por ti.

 

Quiero lo que quieras,

quiero porque quieres,

quiero como lo quieres,

quiero hasta que quieras.

 

Señor, te pido que ilumines mi entendimiento,

inflames mi voluntad,

limpies mi corazón,

santifiques mi alma.

 

Que me aparte de mis pasadas iniquidades, rechace las tentaciones futuras, corrija las malas inclinaciones, practique las virtudes necesarias.

 

Concédeme, Dios de bondad,

amor a ti, odio a mí,

celo por el prójimo

y desprecio a lo mundano.

 

Que sepa obedecer a los superiores,

ayudar a los inferiores,

aconsejar a los amigos

y perdonar a los enemigos.

 

Que venza la sensualidad con la mortificación,

la avaricia con la generosidad,

la ira con la bondad,

la tibieza con la piedad.

 

Hazme prudente en los consejos,

constante en los peligros,

paciente en las contrariedades,

humilde en la prosperidad.

 

Señor, hazme atento en la oración,

sobrio en la comida,

constante en el trabajo,

firme en los propósitos.

 

Que procure tener inocencia interior,

modestia exterior,

conversación ejemplar

y vida ordenada.

 

Haz que esté atento a dominar mi naturaleza,

a fomentar la gracia,

servir a tu ley

y a obtener la salvación.

 

Que aprenda de ti qué poco es lo terreno,

qué grande lo divino,

qué breve el tiempo,

qué durable lo eterno.

 

Concédeme preparar la muerte,

temer el juicio,

evitar el infierno

y alcanzar el paraíso.

 

Por Cristo nuestro Señor. Amén.

 

V/. Regina cæli, lætare; alleluia.

R/. Quia quem meruisti portare; alleluia.

V/. Resurrexit sicut dixit; alleluia.

R/. Ora pro nobis Deum; alleluia.

V/. Gaude et lætare, Virgo Maria; alleluia.

R/. Quia surrexit Dominus vere; alleluia.

 

Oremus:

Deus, qui per resurrectionem Filii tui Domini nostri Iesu Christi mundum lætificare dignatus es, præsta, quæsumus, ut per eius Genetricem Virginem Mariam perpetuæ capiamus gaudia vitæ. Per eundem Christum Dominum nostrum. Amen.

 

Fidélium ánimae per misericordiam Dei requiéscant in pace. R.Amen.

 

***

 

Sagrado Corazón de Jesús, en vos confío.

Inmaculado Corazón de María, sed la salvación mía.

Glorioso Patriarca san José, ruega por nosotros.

Santos Ángeles Custodios, rogad por nosotros.

Todos los santos y santas de Dios, rogad por nosotros.

 

***

¡Querido hermano, si te ha gustado esta meditación, compártela con tus familiares y amigos!

***

Ave María Purísima, sin pecado concebida.