viernes, 26 de abril de 2024

APARÉCESE CRISTO A LOS DISCÍPULOS EN EL MAR DE TIBERIADES. SÁBADO DE LA III SEMANA DE PASCUA

 


APARÉCESE CRISTO A LOS DISCÍPULOS EN EL MAR DE TIBERIADES.

SÁBADO DE LA III SEMANA DE PASCUA

 

MEDITACIONES PARA EL TIEMPO PASCUAL

DE LA OBRA “VIDA Y DOCTRINA DE JESUCRISTO” DEL P. NICOLÁS AVANCINI

 

ORACIÓN PARA COMENZAR

TODOS LOS DÍAS:

 

Por la señal de la Santa Cruz, de nuestros enemigos, líbranos, Señor, Dios nuestro. En el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.

 

Poniéndonos en la presencia de Dios, adoremos su majestad infinita, y digamos con humildad:

  

 “Omnipotente Dios y Señor y Padre mío amorosísimo, yo creo que por razón de tu inmensidad estás aquí presente en todo lugar, que estás aquí, dentro de mí, en medio de mi corazón, viendo los más ocultos pensamientos y afectos de mi alma, sin poder esconderme de tus divinos ojos.

    Te adoro con la más profunda humildad y reverencia, desde el abismo de mi miseria y de mi nada, y os pido perdón de todos mis pecados que detesto con toda mi alma, y os pido gracias para hacer con provecho esta meditación que ofrezco a vuestra mayor gloria… ¡Oh Padre eterno! Por Jesús, por María, por José y todos los santos enseñadme a orar para conocerme y conoceros, para amaros siempre y haceros siempre amar. Amén.”

 

Se meditan los tres puntos dispuestos para cada día.

 

SÁBADO DE LA III SEMANA DE PASCUA

APARÉCESE CRISTO A LOS DISCÍPULOS EN EL MAR DE TIBERIADES.

 

1.- Díceles Simón Pedro: Voy a pescar. Dícenle: Vamos también nosotros contigo (1). Maravillosa concordancia es la de la caridad. Muestra uno su voluntad y todos asienten a ella. No quieras destruir la unión de la caridad cuando la acción es lícita y honesta. Admirable es la fuerza del ejemplo, especialmente- en un superior porque los súbditos a su ejemplo se van. Si eres súbdito, tienes los ejemplos de los mayores que seguir. Si eres superior, tienes muchos a quienes lleves con tu ejemplo.

2.- Y suben a la nave, y en aquella noche nada pescaron (2). Por disposición divina sucedió que nada cogiesen aquella noche: para que aprendiesen que sin Jesús nada podían, por más que trabajasen; y que en la noche del pecado, de la mala intención y presunción, se trabaja en vano y sin mérito. Para sacar, pues, fruto de los trabajos, anda en la luz de la gracia y unido a Dios con el pensamiento, con el afecto, con la intención recta, y oración.

3.- Venida, pues, la mañana, se puso el Señor en la ribera; mas no conocieron los Discípulos que era Jesús. Díceles, pues, Jesús: Hombres, ¿tenéis algo que comer? Dícenle: no (3). En la mar andamos, y en tinieblas, mientras estamos en esta vida. Los que andan pescando honras, deleites y vanidades, confesarán algún día, aunque no sin dolor, que nada cogieron. Emplea, pues, de suerte tu trabajo, que cuando te pregunte Dios a su tiempo: ¿Acaso tienes algo que comer? Puedas decir: Señor, por vuestra gracia adquirí esto y aquello. Pregunta, pues, Cristo, no para saber, sino para que ellos advirtiesen después cuan inútil era su trabajo sin su presencia; cuan fructuoso con ella o con su ayuda. Sin Vos, nada puedo, Señor.

 

(1) Joan., 21. (2) Ibid. (3) Joan., 21.

 

ORACIÓN PARA FINALIZAR

TODOS LOS DÍAS:

Oración del papa Clemente XI

 

Creo, Señor, haz que crea con más firmeza;

espero, haz que espere con más confianza;

amo, haz que ame con más ardor;

me arrepiento, haz que tenga mayor dolor.

 

Te adoro como primer principio;

te deseo como último fin;

te alabo como bienhechor perpetuo;

te invoco como defensor propicio.

 

Dirígeme con tu sabiduría,

átame con tu justicia,

consuélame con tu clemencia,

protégeme con tu poder.

 

Te ofrezco, Señor,

mis pensamientos, para que se dirijan a ti;

mis palabras, para que hablen de ti;

mis obras, para que sean tuyas,

mis contrariedades, para que las lleve por ti.

 

Quiero lo que quieras,

quiero porque quieres,

quiero como lo quieres,

quiero hasta que quieras.

 

Señor, te pido que ilumines mi entendimiento,

inflames mi voluntad,

limpies mi corazón,

santifiques mi alma.

 

Que me aparte de mis pasadas iniquidades, rechace las tentaciones futuras, corrija las malas inclinaciones, practique las virtudes necesarias.

 

Concédeme, Dios de bondad,

amor a ti, odio a mí,

celo por el prójimo

y desprecio a lo mundano.

 

Que sepa obedecer a los superiores,

ayudar a los inferiores,

aconsejar a los amigos

y perdonar a los enemigos.

 

Que venza la sensualidad con la mortificación,

la avaricia con la generosidad,

la ira con la bondad,

la tibieza con la piedad.

 

Hazme prudente en los consejos,

constante en los peligros,

paciente en las contrariedades,

humilde en la prosperidad.

 

Señor, hazme atento en la oración,

sobrio en la comida,

constante en el trabajo,

firme en los propósitos.

 

Que procure tener inocencia interior,

modestia exterior,

conversación ejemplar

y vida ordenada.

 

Haz que esté atento a dominar mi naturaleza,

a fomentar la gracia,

servir a tu ley

y a obtener la salvación.

 

Que aprenda de ti qué poco es lo terreno,

qué grande lo divino,

qué breve el tiempo,

qué durable lo eterno.

 

Concédeme preparar la muerte,

temer el juicio,

evitar el infierno

y alcanzar el paraíso.

 

Por Cristo nuestro Señor. Amén.

 

V/. Regina cæli, lætare; alleluia.

R/. Quia quem meruisti portare; alleluia.

V/. Resurrexit sicut dixit; alleluia.

R/. Ora pro nobis Deum; alleluia.

V/. Gaude et lætare, Virgo Maria; alleluia.

R/. Quia surrexit Dominus vere; alleluia.

 

Oremus:

Deus, qui per resurrectionem Filii tui Domini nostri Iesu Christi mundum lætificare dignatus es, præsta, quæsumus, ut per eius Genetricem Virginem Mariam perpetuæ capiamus gaudia vitæ. Per eundem Christum Dominum nostrum. Amen.

 

Fidélium ánimae per misericordiam Dei requiéscant in pace. R.Amen.

 

***

 

Sagrado Corazón de Jesús, en vos confío.

Inmaculado Corazón de María, sed la salvación mía.

Glorioso Patriarca san José, ruega por nosotros.

Santos Ángeles Custodios, rogad por nosotros.

Todos los santos y santas de Dios, rogad por nosotros.

 

***

¡Querido hermano, si te ha gustado esta meditación, compártela con tus familiares y amigos!

***

Ave María Purísima, sin pecado concebida.