domingo, 27 de junio de 2021

LA IRA ARRUINA NUESTRA ALMA. San Alfonso María de Ligorio

 

COMENTARIO AL EVANGELIO 

V domingo después de Pentecostés

CONTRA EL VICIO DE LA IRA

Omnis qui irascitur fratri suo reus erit juicio. MATTH V, 29

La ira es semejante al fuego porque así como el fuego es vehemente y violento luego que tomó fuerza, e impide que se le vea en el humo que despide; así la ira hace que prorrumpa el hombre en mil excesos y no le deja ver lo que hace haciéndole reo de este modo de la muerte eterna. Omnis qui irascitur fratri suo reus erit judicio Es tan perjudicial al hombre la ira que le desfigura aun exteriormente Aunque sea la persona más bella y graciosa del mundo se hace semejante a un monstruo furioso que esparce el espanto en torno de sí cuando la cólera le trasporta. El iracundo, dice S Basilio, pierde hasta la figura humana transformándose en una fiera. Iracundus humanam quasi figuram amittit ferae speciem indutus (S. Bas. Hom. 21) Si la ira, pues, nos desfigura exteriormente, ¿cuánto más nos desfigurará en el interior y a los ojos de Dios? Esto es lo que voy á demostraros en el presente discurso:

Punto 1.- La ruina que causa al alma la ira que no se refrena

Punto 2.- Como debemos refrenar la ira.