COMENTARIO AL EVANGELIO
San Jerónimo
XV domingo después de Pentecostés
Yo
te amonesto y con lágrimas y gemidos te suplico, que mientras recorremos el
camino de este mundo no nos vistamos con dos túnicas, es decir, con una doble
fe; no nos carguemos con la piel de los calzados, es decir, con obras muertas,
no nos curve hacia la tierra el fardo de las riquezas; no busquemos el apoyo de
la vara, es decir, del poder de este mundo; no queramos poseer al mismo tiempo
a Cristo y al siglo; antes bien, lo breve y caduco abra paso a lo eterno, y
muriendo diariamente –hablo de lo que se refiere al cuerpo- no nos tengamos en
nada por eternos, a fin de poder algún día ser eternos.