29 de junio
COMENTARIO AL EVANGELIO DE SAN JERÓNIMO
SOLEMNIDAD DE SAN PEDRO
Todo esto no debe molestar al lector, sino que para él y para mí es útil: así admitiremos que, antes de presentarse el apóstol Pablo, ya sabía Pedro muy bien que la Ley no debe observarse después del Evangelio; él mismo había sido el promotor de ese decreto. Finalmente, tal era la autoridad de Pedro, que Pablo escribe en su carta: Después de tres años subí de nuevo a Jerusalén a ver a Pedro y me quedé en su casa quince días. Sigue a continuación: Después de catorce años, subí de nuevo a Jerusalén con Bernabé, llevándome a Tito. Pero subí en virtud de una revelación y les expuse el Evangelio que predico entre los gentiles. Así da a entender que no tenía seguridad en la predicación de su Evangelio, si no lo veía confirmado por Pedro y los demás que con él estaban.
San Jerónimo epístola 75 a San Agustín