jueves, 28 de agosto de 2014

TAMBIÉN VOSOTROS ESTÁIS DENTRO DEL CÁLIZ. SAN AGUSTÍN

"Puesto que sufrió por nosotros, nos confió en este sacramento su cuerpo y su sangre, en que nos transformó también a nosotros mismos, pues también nosotros nos hemos convertido en su cuerpo y, por su misericordia, somos lo que recibimos. Recordad lo que era antes, en el campo, este ser creado, cómo lo produjo la tierra, lo nutrió la lluvia y lo llevó a convertirse en espiga; a continuación lo llevó a la era el trabajo humano, lo trilló, lo aventó, lo recogió, lo sacó, lo molió, lo amasó, lo coció y, finalmente, lo convirtió en paz. Centraos ahora en vosotros mismos: no existíais, fuisteis creados, llevados a la era del Señor y trillados con  la fatiga de los bueyes, es decir, de los predicadores del Evangelio. Mientras permanecisteis en el catecumenado estabais como guardados en el granero; cuando disteis vuestros nombres comenzasteis a ser molidos con el ayuno y los exorcismos. Luego os acercasteis al agua, fuisteis amasados y hechos unidad; os coció el fuego del Espíritu Santo y os convertisteis en pan del Señor. Veis cómo el conjunto de muchos granos se ha trasformado en un solo pan; de idéntica manera, sed también vosotros una sola cosa amándoos, poseyendo una sola fe, una única esperanza y un  solo amor (…) También vosotros habéis venido a parar, en el nombre de Cristo, al cáliz del Señor después del ayuno y de las fatigas, tras la humillación y el arrepentimiento; también vosotros estáis sobre la mesa, también vosotros estáis dentro del cáliz. Sois vino conmigo; lo somos conjuntamente, juntos lo bebemos, porque juntos vivimos."