viernes, 15 de agosto de 2014

EL ROSARIO DE HOY: SOLEMNIDAD DE LA ASUNCIÓN


Santo Rosario.
Por la señal... 
Señor mío Jesucristo...
Monición inicial: En la Solemnidad de la Asunción de la Bienaventurada Virgen María, Madre de nuestro Dios y Señor Jesucristo, que, consumado el curso de su vida en la tierra, fue elevada en cuerpo y alma a la gloria de los cielos, meditamos los misterios del rosario con pensamientos de San Maximiliano María Kolbe y con su misma fórmula renovamos nuestra consagración personal a la Virgen María:
"Oh Inmaculada, reina del cielo y de la tierra,
refugio de los pecadores y Madre nuestra amorosísima,
a quien Dios confió la economía de la misericordia.
Yo, pecador indigno, me postro ante ti,
suplicando que aceptes todo mi ser como cosa y
posesión tuya.
A ti, Oh Madre, ofrezco todas las dificultades
de mi alma y mi cuerpo, toda la vida, muerte y eternidad.
Dispón también, si lo deseas, de todo mi ser, sin ninguna reserva,
para cumplir lo que de ti ha sido dicho:  
"Ella te aplastará la cabeza" (Gen 3:15), y también: 
"Tú has derrotado todas las herejías en el mundo".
Haz que en tus manos purísimas y misericordiosas
me convierta en instrumento útil para introducir y aumentar tu gloria 
en tantas almas tibias e indiferentes, y de este modo, 
aumento en cuanto sea posible el bienaventurado 
Reino del Sagrado Corazón de Jesús.
Donde tú entras oh Inmaculada, obtienes la gracia 
de la conversión y la santificación, ya que toda gracia 
que fluye del Corazón de Jesús para nosotros,
nos llega a través de tus manos".
Ayúdame a alabarte, Oh Virgen Santa
y dame fuerza contra tus enemigos." 

MISTERIOS DOLOROSOS
1. La Oración de Jesús en el Huerto
“La oración es un medio desconocido, y sin embargo el más eficaz para restablecer la paz en las almas, para proporcionarles la felicidad, ya que sirve para acercarlas al amor de Dios."
2. La flagelación de Jesús atado a la columna.
“En las dificultades repite a menudo: “Dios mío y mi todo.”
3. La coronación de espinas
“Es humildad perfecta: Evitar todas aquellas palabras que pueden atraernos la gloria, la estima y el aprecio de los demás.  Aceptar de buena gana toda ocasión para humillarte. Aceptar las ocasiones de desprecio y humillación primero con paciencia, después de buena gana, sin dificultad y, finalmente, con alegría.”
4. Nuestro Señor con la cruz a cuestas camino del Calvario
“Dejémonos conducir por Ella, sea a lo largo de una calle bien asfaltada y cómoda, o sea por otra escabrosa y difícil. Es suficiente un solo acto de amor –amor que procede no del sentimiento, sino de la voluntad, es decir, como acto de obediencia religiosa- para que una caída se transforme en un beneficio aún mayor. Las caídas nos enseñan a no confiar en nosotros mismos, sino a poner toda nuestra confianza en el amor de Dios, en manos de la Inmaculada, Mediadora de todas las gracias.”
5. La crucifixión y muerte del Señor
Tu corazón no permitió que yo tuviera que alimentarme únicamente de los recuerdos de tu inmenso amor. Te quedaste en esta mísera tierra en el santísimo y admirable Sacramento del altar y ahora vienes a mí y te unes estrechamente a mí bajo la forma del alimento…Tu Sangre ya fluye en mi sangre, tu alma, oh Dios Encarnado, se compenetra con la mía, le da fuerza y la alimenta."