domingo, 15 de junio de 2025

16. ENSEÑANZA Y TRIUNFO. MES DEL SAGRADO CORAZÓN DE JESÚS

DÍA DÉCIMOSEXTO

La enseñanza y triunfo del Corazón de Jesús

 

MES DE JUNIO

EN HONOR AL SAGRADO CORAZÓN DE JESÚS

CON SANTA MARGARITA MARÍA DE ALACOQUE

 

ORACIÓN PARA COMENZAR

TODOS LOS DÍAS:

 

Por la señal de la Santa Cruz, de nuestros enemigos, líbranos, Señor, Dios nuestro. En el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.

 

Poniéndonos en la presencia de Dios, adoremos su majestad infinita, y digamos con humildad:

 

OFRECIMIENTO AL PADRE ETERNO.

Oración de Santa Margarita María Alacoque

 

Padre eterno, permitid  que os  ofrezca el Corazón de Jesucristo,  vuestro  Hijo muy  amado, como se ofrece Él mismo, a Vos  en sacrificio. Recibid  esta ofrenda por mí, así como por todos los deseos, sentimientos, afectos  y actos de este Sagrado Corazón. Todos son  míos, pues Él se inmola por mí,  y yo no quiero tener en adelante otros deseos que los suyos. Recibidlos para concederme por  sus méritos todas las gracias que me son necesarias, sobre todo la gracia de la perseverancia  final. Recibidlos como otros tantos actos de amor, de adoración y alabanza que ofrezco a vuestra  Divina Majestad, pues por el Corazón de Jesús sois dignamente honrado y glorificado. Amén.

 

Se meditan los textos dispuestos para cada día.

 

DÍA DÉCIMOSEXTO

La enseñanza y triunfo del Corazón de Jesús

 

MEDITACIÓN

 

Punto Primero. Si queremos recibir copiosas enseñanzas del Sagrado Corazón de Jesús mantengámonos en silencio, así exterior como interiormente. Calle la lengua, sin derramarse con palabras inútiles y mucho menos perjudiciales, y callen también los sentidos interiores del alma, para que se recoja en el asilo que le ofrece con amor el deifico Corazón. En efecto, este amantísimo Jesús, tiene en su Corazón una morada oculta, misteriosa y solitaria, donde reina un silencio tan profundo como elocuente. El alma que desee penetrar allí, ha de tratar, en primer lugar, de acallar el tumulto de las pasiones insubordinadas contra la razón, y conseguido esto, recójase dentro de sí misma, mediante el olvido de cuanto la rodea. Cuando así se halle, la introducirá el divino Corazón en ese lugar, silencioso y solitario; allí le enseñará secretos impenetrables al entendimiento humano, y le hará penetrar en unos como arcanos de su Corazón Sagrado, donde verá cosas grandes de su amor, y oirá enseñanzas, que con su gracia practicará, aunque no logre comprenderlas ¡Oh Corazón divino! ¡qué hermoso es callar, para escucharos a Vos! ¡y qué grande es practicar, lo que no se llega a comprender!

Punto Segundo. Si amamos al deifico Corazón de Jesús, desearemos su triunfo: pues Él mismo nos dice por la Beata Margarita María que al alma más obediente, la hará triunfar. Es preciso someterse y rendir nuestra voluntad, paro ser fieles en esa virtud tan amada de su Corazón, es cierto; pero también lo es; que fácilmente y sin titubear nos despojaremos de ella, por cumplir hasta la muerte la voluntad del que amamos, si de veras le amamos. El amor hará que trabajemos no sólo en glorificar a Dios, sino que labraremos con él nuestra propia felicidad. Escuchemos lo que sobre esto nos dice la misma Beata: «Me parece que toda la dicha del alma consiste, en conformar su voluntad con la de Dios. Así encontrará nuestro corazón la paz y nuestro espíritu su alegría y descanso, puesto que el que se une a Dios, hace un mismo espíritu con Él; fuera de que creo ser este el medio más eficaz de hacer nuestra voluntad, puesto que el Sagrado Corazón de Jesús tiene sus delicias en satisfacer los deseos de los corazones, donde nada le resiste».

¡Oh deifico y amante Corazón, qué ingenioso sois en favorecernos! colocad vuestra voluntad en el lugar de la nuestra, para que en todo impere, reine y domine.

 

Jaculatoria. ¡Oh! conformad mi voluntad con vuestro querer, ¡Corazón adorable!

 

Convenio de amor o forma de oración

«Yo os pido, oh dulce Jesús mío, que me hagáis conforme a esta vida de muerte de los sentidos, que tenéis en el Santísimo Sacramento, donde os hacéis obediente hasta la muerte, de una manera mística, a la sola voz del Sacerdote bueno o malo. Haced, Salvador mío, que para honrar vuestra obediencia y anonadamiento, me haga humilde y obediente según toda la extensión de la perfección, que pedís de mí.

Por Vos, Jesús mío, sacrifico mi libertad y propia voluntad a la vuestra, sin reserva. Detesto de todo mi corazón y renuncio a todas las miras, repugnancias y murmuraciones que pueda sugerirme mi amor propio, sobre aquello que me sea mandado o prohibido. Este es un pacto que mi corazón hace con el vuestro, ¡oh mi divino Jesús! de hacer todo por amor y por obediencia y de querer morir y vivir en este ejercicio, donde se halla todo lo necesario para mi perfección. Yo os suplico toméis posesión de mi corazón y de cuanto pueda daros gloria en mí, por el tiempo y por la eternidad. Así sea.

PARA FINALIZAR

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Sagrado Corazón de Jesús, en vos confío.

Inmaculado Corazón de María, sed la salvación mía.

Glorioso Patriarca san José, ruega por nosotros.

Santos Ángeles Custodios, rogad por nosotros.

Santa Margarita María de Alacoque, ruega por nosotros.

Todos los santos y santas de Dios, rogad por nosotros.

 

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¡Querido hermano, si te ha gustado esta meditación, compártela con tus familiares y amigos!

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Ave María Purísima, sin pecado concebida.