2 de noviembre
CONMEMORACIÓN DE LOS FIELES DIFUNTOS
CONMEMORACIÓN DE LOS FIELES DIFUNTOS
Forma Extraordinaria del Rito Romano
En
aquel tiempo, dijo Jesús a los judíos: “En verdad, en verdad os aseguro
que llega la hora, y ya ha llegado, en que los muertos oirán la voz del
Hijo de Dios; y los que la oigan, vivirán. Así como el Padre dispone de
la Vida, del mismo modo ha concedido a su Hijo disponer de ella, y le
dio autoridad para juzgar porque él es el Hijo del hombre. No os
asombréis: se acerca la hora en que todos los que están en las tumbas
oirán su voz y saldrán de ellas: los que hayan hecho el bien,
resucitarán para la Vida; los que hayan hecho el mal, resucitarán para
el juicio”.
Juan 5, 25-29
TEXTOS DE LAS MISAS:
COMENTARIOS AL EVANGELIO
- EL SEPELIO Y LAS ORACIONES COMO TESTIMONIO DE FE
- LA RESURRECCIÓN DE LOS CUERPOS. San Agustín
- NOS SOSTIENE EL CONSUELO DE QUE EN BREVE VEREMOS A AQUELLOS POR QUIENES LLORAMOS. San Jerónimo
- CUANTO MÁS DIFERÍS DEJAR EL PECADO, EN MAYOR IMPOSIBILIDAD OS PONÉIS DE SALIR DE ÉL. San Juan María Vianney
- DEL SEPULCRO TE LIBRA CRISTO. San Ambrosio
- ROGAR POR LOS DIFUNTOS. San Juan Bautista de la Salle
- ORACIÓN POR LOS DIFUNTOS Oración de san Gregorio de Nacianzo, obispo
- La muerte del justo. San Alfonso María de Ligorio
- LA VOZ DEL JUEZ. Dom Próspero Gueranger
-
EL BIEN Y EL MAL QUE CADA UNO REALIZA TAMBIÉN AFECTA SIEMPRE A LOS DEMÁS. Benedicto XVI
- 2 de noviembre. CONMEMORACIÓN DE LOS FIELES DIFUNTOS Y MEDITACIÓN SOBRE LAS ALMAS DEL PURGATORIO
Conferencia La Santa Misa Y Los Difuntos
EL PURGATORIO. D. JOSE MARIA VELAZQUEZ
¿Crees en la vida eterna? Conmemoración de los fieles difuntos
Conmemoración de los fieles difuntos. Homilía
REZAR POR LOS DIFUNTOS AUMENTA NUESTRA FE, ESPERANZA Y CARIDAD
ORAR POR LOS DIFUNTOS. DEBER DE CARIDAD, PIEDAD Y JUSTICIA. Homilía
¿DE QUÉ LE SIRVE A UN HOMBRE GANAR EL MUNDO ENTERO...? Homilía
REZAMOS POR LOS DIFUNTOS Y TOMAMOS CONCIENCIA DE NUESTRA MUERTE. Homilía
RECEMOS POR LOS DIFUNTOS Y TENGAMOS PRESENTE LA MUERTE. Homilía
LA MUERTE: LLAMADA DE AMOR A LA ETERNIDAD. Homilía