domingo, 5 de enero de 2020

VEÍA A SU HIJO, PERO ERA EL HIJO DE DIOS. San Jerónimo

COMENTARIO AL EVANGELIO
Santo Nombre de Jesús
Dijéronse, pues, los pastores: “Vamos a Belén” (Lc 2,15). Abandonemos estos solitarios lugares y vayamos a Belén. Y veamos la realidad de esta palabra (Lc 2,15). Cierto es que, como vigilantes que eran, no dijeron “veamos al Niño, veamos lo que se nos anuncia”, sino “veamos la realidad de esta palabra”. “En el principio existía el Verbo” (Jn 1,1) “y el Verbo se hizo carne” (Jn 1,14). Veamos como ese Verbo que siempre existió, se ha hecho realidad para nosotros. Y veamos la realidad de esta palabra, lo que ha hecho el Señor y que se nos ha manifestado (Lc 2,15). Ese Verbo se ha creado por sí mismo, ya que ese mismo Verbo es el Señor. Veamos, pues, como ese Verbo- es decir, el Señor-se ha creado por sí mismo y se nos ha manifestado en su propia carne. Lo que entonces no podíamos ver con nuestros ojos mientras era el Verbo, veámoslo ahora bajo su apariencia carnal, ya que carne mortal es; veamos, pues, como el Verbo se ha hecho carne. Y acudieron allá presurosos (Lc 2,16). El ardor de su alma y el deseo de verlo ponían alas a sus pies, pero aun así no podían correr tanto como grande era el deseo que los dominaba de contemplar lo que se les había anunciado. “Y acudieron allá presurosos” Y ya que con tanto entusiasmo corrían, encontraron a Aquel a quien andaban buscando. 
Veamos qué es lo que hallan. A María y a José (Lc 2,16). Si ciertamente María era la esposa, no sería injusto ciertamente decir “encontraron a la esposa y a su marido”. Pero en este caso se nombra en primer término a la mujer y luego al marido” ¿Y qué es lo que se dice? Encuentran a María y a José (Lc 2,16) Encuentra a María, la madre, y a José, el padre putativo. Y también al recién nacido, acostado en un pesebre. Al verlo comprendieron el anuncio (verbum) que se les había hecho a propósito del niño (Lc 2,16-17). 
María guardaba todas estas palabras en su corazón cavilándolas (Lc 2,19). ¿Qué es lo que quiere decir al utilizar el término “cavilándolas”? Debió decir “depositándolas en su corazón”, debió decir “las meditaba en su corazón y las imprimía en él” Alguno trata de explicarlo de la manera siguiente. Se dice “cavilándolas en su corazón”, pues aquella era santa y había leído las Sagradas Escrituras, conocía a los profetas y recordaba lo que el ángel Gabriel le había anunciado  y lo que se le había augurado por boca de los profetas. Al meditar en su corazón trataba de ver si aquello concordaba con las palabras de “el Espíritu vendrá a posarse sobre ti y el poder del Altísimo te cubrirá con su sombra; y por ello, aquel Santo que de ti nazca será llamado Hijo de Dios” (Lc 1,35). Esto fue lo que el ángel Gabriel había anunciado. También Isaías (7,14) Había formulado la siguiente profecía: “He aquí que una Virgen concebirá y dará a luz un Hijo”. Esto es lo que había leído y oído. Veía a Aquel recién nacido, que era su Hijo, su único Hijo, acostado y dando vagidos, en ese pesebre, pero a quien en realidad estaba viendo allí acostado era el Hijo de Dios; y lo que ella estaba viendo andaba comparándolo con cuanto había oído y leído.
San Jerónimo
Transcripto por Dña. Ana María GAlvez Aguiló