domingo, 26 de enero de 2020

LA FE, HUMILDAD Y PRUDENCIA DEL CENTURIÓN. San Jerónimo



II domingo después de Epifanía
COMENTARIO AL EVANGELIO DEL DOMINGO
San Jerónimo
 
Se le acercó un centurión suplicando y diciendo: Señor mi siervo yace paralitico y es gravemente atormentado. Y Jesús le dice: Yo iré y lo sanare, y lo demás (8,5.6.7). No debemos acusar de jactancia al Señor porque promete que ira en seguida y lo sanara viendo la fe del centurión y su humildad y prudencia; su fe, en cuanto que él, uno de los gentiles, creyó que el paralitico podría ser sanado por el Salvador; su humildad, porque se juzgó indigno de que el Señor entrase bajo su techo; su sagacidad, porque más allá de la envoltura corporal vio la divinidad oculta, sabiendo que no le iba a ser de provecho lo que veían también los incrédulos, sino lo que estaba interiormente oculto. 
San Jerónimo
Transcripto por Dña. Ana María GAlvez Aguiló