Devoción al Espíritu Santo
1. El Espíritu Santo es la tercera persona de la Santísima Trinidad. En el Credo confesamos: Creo en el Espíritu Santo, Señor y dador de vida, que procede del Padre y del Hijo, que con el Padre y el Hijo recibe una misma adoración y gloria, y que habló por los profetas.
2. “Debemos amar al Espíritu Santo, porque es Dios. Y ha de s er amado, porque es el Amor sustancial eterno y primero, y no hay cosa más amable que el amor; y luego tanto más le debemos amar cuanto que nos ha llenado de inmensos beneficios que, si atestiguan la benevolencia del donante, exigen la gratitud del alma que los recibe. Amor este que tiene una doble utilidad: primeramente nos obliga a tener en esta vida un conocimiento cada día más claro del Espíritu Santo; y en segundo lugar, que será mayor aún la abundancia de sus celestiales dones, pues como la frialdad hace cerrarse la mano del donante, el agradecimiento la hace ensancharse.” León XIII
3. Las obras del amor y de la gracia se atribuyen al Espíritu Santo, porque es el amor del Padre y del Hijo.
4. La devoción al Espíritu Santo es un manantial fecundísimo de gracias para el alma y prenda segura de acierto en los negocios que traemos entre manos. Necesitamos en este mundo es luz, fortaleza y consuelo: y esto se obtiene invocando al Espíritu Santo consolador.
5. Somos templos del Espíritu Santo. Profanar estos templos por el pecado es contristar al Espíritu Santo. No podemos tener ni un buen pensamiento ni un buen deseo sin el Espíritu Santo.
6. El pecado que más hemos de temer es resistir al Espíritu Santo: esto es, resistir a la Verdad de nuestra fe. La docilidad al Espíritu Santo es prenda de eterna salvación.
7. El Espíritu Santo es Espíritu de verdad, de santidad. El error y el vicio son, pues, los dos pecados que más directamente le contristan.
8. Evita con todo cuidado los pecados contra el Espíritu Santo, que son seis: 1º. Desesperar de la salvación. 2º. Presumir salvarse sin buenas obras. 3º. Impugnar la verdad conocida. 4º. Envidiar la gracia del prójimo. 5º. Obstinarse en el pecado. 6º. Morir impenitente.
9. Los dones del Espíritu Santo son siete:
· Sabiduría
· Entendimiento
· Consejo
· Fortaleza
· Ciencia
· Piedad
· Temor de Dios.
10. Los frutos del Espíritu Santo son doce:
Caridad – Gozo - Paz – Paciencia - Liberalidad
Bondad – Magnanimidad – Mansedumbre - Fe
Modestia - Continencia - Castidad.
11. No dejes de invocar cada día en todas tus obras la asistencia y luces del Espíritu Santo.