domingo, 17 de enero de 2021

MARÍA, SALUS INVOCATIUM. San Alfonso María de Ligorio

 

 COMENTARIO AL EVANGELIO
II domingo después de Epifanía
San Alfonso María de Ligorio
San Buenaventura llama a ésta Señora, la salud de quien la invocaSalus invocatium. Y en efecto; si se condenase un devoto verdadero de María, por ejemplo, uno que quiere de corazón enmendarse, y se acoge con confianza a ésta tierna Madre de los pecadores, esto sucedería, o porque María no puede ayudarle, o porque no querría: pero esto no puede suceder, según dice San Bernardo, siendo como es Madre de la omnipotencia y de la misericordia; y esta es la causa de llamarse: “la Salud de quien la invoca”. Valga por otros muchos el ejemplo de Santa María Egipciaca, que hallándose en pecado después de haber tenido una vida disoluta, y queriendo entrar en la iglesia de Jerusalén en donde se celebraba la fiesta de la Santa Cruz, para hacerla volver en sí, el Señor permitió que la iglesia que estaba abierta para todos, estuviese cerrada para ella sola, porque queriendo entrar, se sintió repelida de una fuerza invisible. Entonces ella se reconoció: retirábase afligida, y quiso su dicha que hubiera encima del atrio del templo, una imagen de María Santísima, a quien se encomendó de veras aquella infeliz pecadora, prometiéndole mudar de vida. Éste propósito le dió fuerza para entrar en el templo, y entonces cesó la dificultad de entrar que antes encontraba: entra, se confiesa, sale luego, vase en derechura al desierto inspirada y movida por Dios: y allí vivió cuarenta y siete años, haciendo penitencia de sus pecados, hasta que murió y consiguió ser santa.