COMENTARIO DE SAN JERÓNIMO
2
de febrero
Presentación
del Señor
Bienaventurado el varón que
teme al Señor. Tal es el inicio de del Salmo. No dice aún: Bienaventurado el
varón que ama al señor, pues mostrarse temeroso es propio de quienes comienzan,
del mismo modo que amar lo es de quienes han alcanzado la perfección. Y es que
el prefecto amor está exento del amor. Se alude, pues a los inicios, es decir,
al varon que comienza a ser santo.
¿Qué es lo que hace quien teme
al Señor? ¿Escucha las palabras de Dios? ¿Es docto en la ley? NO es eso lo que
dice. ¿Qué es lo que dice? Sobre manera se deleita en sus mandamientos. Quien
teme al Señor, quien es bienaventurado, cumple alegremente sus mandamientos. No afirma: Cumple sus mandatos, pues muchos
lo hacen por temor y por ello no obtienen recompensa. Quien teme al infierno y
por eso no fornica no recibe tanto premio como quien observa tal precepto por amor
a Dios. Querrá mantenerse en sus mandamientos, es decir, quiere y desea cumplir
sus mandamientos. Como un sediento en medio de los ardores del verano, así
aquel siente sed de guardar los mandamientos del Señor. Pondrá toda su voluntad
en la observancia de los mandamientos del Señor. Resumamos lo dicho: no cumple
sus mandatos, sino que desea cumplirlos; y lo desea no de manera circunstancial,
sino sobre manera.
En medio de las tinieblas, la luz
brotó para los rectos de corazón. Antaño nos hallábamos en las tinieblas y en
las tinieblas y la sombra teníamos asiento; pero la luz brotó para nosotros,
según dice Isaías. El misericordioso, compasivo y justo. Fijaos en dos de los
términos que emplea: misericordioso y justo. Si eres pecador, no pierdas la
esperanza de ser perdonado. Pero si eres soberbio y te confías a la clemencia
de Dios no te muestres negligente: Dios también es justo. El misericordioso,
compasivo y justo.
Comentario de san Jerónimo al salmo 111