martes, 29 de abril de 2025

DÍA DE PREPARACIÓN. MES DE MARÍA

MES

de María,

o

EL MES DE MAYO

Consagrado a las glorias

de la Virgen Santísima.

 

EJERCICIO PARA TODOS LOS DIAS

 

Por la señal de la santa cruz…

 

Puestos con devoción delante la imagen de la Virgen, se empezará con la siguiente:

 

ORACION DE SAN BERNARDO.

Acordaos, misericordiosísima Virgen María, que jamás se ha oído decir, que ninguno de los que han acudido a vuestra protección, implorado vuestra asistencia, y reclamado vuestro socorro, haya sido abandonado de vos. Animado con esta confianza a vos también acudo, oh Virgen Madre de las vírgenes, y aunque gimiendo bajo el peso de mis pecados me atrevo a parecer ante vuestra presencia soberana. No desechéis, oh Madre de Dios, mis humildes súplicas, antes bien inclinad a ellas vuestros oídos y dignaos atenderla favorablemente. Amen.

 

PARA LA VIGILIA

DEL PRIMER DÍA DE MAYO.

ORACIÓN

 

Reina del cielo y de la tierra, María madre de Dios, y soberana mía, yo aunque indigno de parecer ante vuestra presencia, quiero no obstante postrarme a vuestros pies para ofreceros las primicias de este dichoso mes consagrado a vuestro culto. ¡Ah! Santísima y amabilísima Madre mía, desde el elevado trono de vuestra gloria dignaos echar sobre mí una de aquellas miradas de bondad, que forman la alegría del paraíso. Haced resonar en mi corazón una de aquellas palabras de salud, cuya dulzura encantadora arrebata a todos los que las oyen. ¡Oh misericordiosísima María! yo soy, es verdad, el último de vuestros servidores, pero yo quiero ser uno de aquellos que os visitarán con más fidelidad y constancia en este mes de bendición y de gracia. Sí, divina Madre mía, yo os visitaré con la frecuencia posible, yo vendré todos los días al pie de vuestro altar a bendeciros, a alabaros y a manifestaros mi amor. Y yo tengo una dulce confianza de que vuestro corazón de Madre, este corazón tan bueno, tan tierno y tan compasivo, no será insensible a lo que yo deseo hacer en vuestro obsequio, y que me favoreceréis con vuestra poderosa protección durante este mes, en todo el curso de mi vida, y sobre todo en la hora de mi muerte. Amen.

 

FLOR ESPIRITUAL PARA ESTE DÍA

Visitar al santísimo Sacramento por espacio de un cuarto de hora.

 

OFRECIMIENTO DE LA FLOR ESPIRITUAL

¡Oh María!, prado amenísimo de las delicias de todo un Dios, huerto cerrado y jardín florido, postrado a vuestras plantas soberanas, os ofrezco la flor espiritual de este día, y por ella os suplico me hagáis participante de la fragancia de vuestras hermosas virtudes, plantándolas todas en mi pobre corazón, al cual os ruego Madre mía, reguéis  con el rocío de la divina gracia para que dé frutos de justicia y santidad y para más obligaros, saludo vuestro dulcísimo nombre con las siguientes deprecaciones y Ave Marías:

 

DEPRECACIONES

Madre mía amantísima, en todos los instantes de mi vida acordaos de mí infeliz pecador.

Ave Maria, gratia plena

Dominus tecum

benedicta tu in mulieribus,

et benedictus fructus ventris tui, Jesus.

Sancta Maria, Mater Dei,

ora pro nobis peccatoribus,

nunc et in hora mortis nostrae.

Amén.

Acueducto de las divinas gracias, concededme abundancia de lágrimas para llorar amargamente mis pecados. Ave María.

Reina del cielo y de la tierra, sé mi amparo, y mi defensa en las tentaciones de mis enemigos. Ave María.

Ilustre y querida hija de Joaquín y Ana alcanzadme de vuestro santísimo Hijo, las gracias que necesite para mi salvación. Ave María.

Abogada y refugio de los pecadores, asistidme en el trance de mi muerte, y abridme las puertas de la celestial Jerusalén. Ave María.

 

Salve, Regina, Mater misericordiae.

Vita, dulcedo et spes nostra, salve.

Ad te clamamus exsules filii Hevae.

Ad te suspiramus gementes et flentes in hac lacrimarum valle.

Eia, ergo, advocata nostra, illos tuos misericordes oculos ad nos converte; et Iesum, benedictum fructum ventris tui, nobis post hoc exsilium ostende.

O clemens, O pia, O dulcis Virgo Maria.

 

 

 

INDULGENCIAS

El Sumo Pontífice Pio VII con rescripto de 21 de marzo de 1815 concede a todos los fieles que hicieren cada día durante el mes de Mayo alguna oración pública o particular, o alguna otra obra de piedad en honor de la  Virgen Santísima 300 días de indulgencia por cada vez y a más indulgencia plenaria el día que escogieren con la condiciones de que confiesen, comulguen, oren para las necesidades de la Iglesia. Todas esas indulgencias pueden aplicarse a las ánimas del purgatorio.

 

Querido hermano: si te ha gustado el ejercicio del mes de mayo a la Virgen, compártelo con tus familiares y amigos.

Recuerda que la oración que más agrada a la Virgen es el rezo diario del santo rosario. Ella lo ha pedido repetidamente en sus apariciones de Lourdes y Fátima. La Virgen concede sus gracias a quien devotamente reza su rosario. Rézalo en tu parroquia o en familia o con tus amistades.

 

Ave María Purísima, sin pecado concebida.