Día 1
PREDESTINACIÓN DE LA VIRGEN
MES
de María,
o
EL MES DE MAYO
Consagrado a las glorias
de la Virgen Santísima.
EJERCICIO PARA TODOS LOS DIAS
Por la señal de la santa cruz…
Puestos con devoción delante la imagen de la Virgen, se empezará con la siguiente:
ORACION DE SAN BERNARDO.
Acordaos, misericordiosísima Virgen María, que jamás se ha oído decir, que ninguno de los que han acudido a vuestra protección, implorado vuestra asistencia, y reclamado vuestro socorro, haya sido abandonado de vos. Animado con esta confianza a vos también acudo, oh Virgen Madre de las vírgenes, y aunque gimiendo bajo el peso de mis pecados me atrevo a parecer ante vuestra presencia soberana. No desechéis, oh Madre de Dios, mis humildes súplicas, antes bien inclinad a ellas vuestros oídos y dignaos atenderla favorablemente. Amen.
DÍA 1
PREDESTINACION DE LA VIRGEN SANTÍSIMA.
ORACIÓN
¡Oh divina Madre de Jesús! yo tiemblo todas las veces que pienso en el misterio impenetrable de la predestinación, y que leo en el sagrado Evangelio, que es pequeño el número de los escogidos. Pero me alienta y me llena de una dulce confianza la idea de que, en sentir de los santos Padres una tierna y sincera devoción a vos es una prenda casi cierta de salvación, y una de las señales menos equívocas de predestinación. Oh dulcísima Madre mía, me parece que os amo, que tengo en vos una grande confianza, y que siento un verdadero deseo de serviros y de honraros por todos los medios que dependen de mí. Los piadosos sentimientos que habéis puesto en mi corazón son ya para mí un anuncio de mi felicidad eterna y si los conservo fielmente, puedo esperar que seré del número de los escogidos, y que con el favor de vuestra protección maternal alcanzaré el cielo, para el que he sido criado. Pero ¡Ay! vos conocéis mi flaqueza y mis inconstancias, no permitáis que tenga la desgracia de dejar debilitar en mi alma los sentimientos, que me animan en vuestro favor. Hacedme la gracia de que os sea siempre fiel, y que hasta el último aliento de mi vida no cese jamás de honraros, serviros, invocaros, y amaros a fin de que pueda reunirme con vos en la patria celestial. Amen
FLOR ESPIRITUAL PARA ESTE DÍA
Oír misa arrodillado y, con los ojos bajos en sufragio de las almas del purgatorio que fueron devotas de María.
OFRECIMIENTO DE LA FLOR ESPIRITUAL
¡Oh María!, prado amenísimo de las delicias de todo un Dios, huerto cerrado y jardín florido, postrado a vuestras plantas soberanas, os ofrezco la flor espiritual de este día, y por ella os suplico me hagáis participante de la fragancia de vuestras hermosas virtudes, plantándolas todas en mi pobre corazón, al cual os ruego Madre mía, reguéis con el rocío de la divina gracia para que dé frutos de justicia y santidad y para más obligaros, saludo vuestro dulcísimo nombre con las siguientes deprecaciones y Ave Marías:
DEPRECACIONES
Madre mía amantísima, en todos los instantes de mi vida acordaos de mí infeliz pecador.
Ave Maria, gratia plena
Dominus tecum
benedicta tu in mulieribus,
et benedictus fructus ventris tui, Jesus.
Sancta Maria, Mater Dei,
ora pro nobis peccatoribus,
nunc et in hora mortis nostrae.
Amén.
Acueducto de las divinas gracias, concededme abundancia de lágrimas para llorar amargamente mis pecados. Ave María.
Reina del cielo y de la tierra, sé mi amparo, y mi defensa en las tentaciones de mis enemigos. Ave María.
Ilustre y querida hija de Joaquín y Ana alcanzadme de vuestro santísimo Hijo, las gracias que necesite para mi salvación. Ave María.
Abogada y refugio de los pecadores, asistidme en el trance de mi muerte, y abridme las puertas de la celestial Jerusalén. Ave María.
Salve, Regina, Mater misericordiae.
Vita, dulcedo et spes nostra, salve.
Ad te clamamus exsules filii Hevae.
Ad te suspiramus gementes et flentes in hac lacrimarum valle.
Eia, ergo, advocata nostra, illos tuos misericordes oculos ad nos converte; et Iesum, benedictum fructum ventris tui, nobis post hoc exsilium ostende.
O clemens, O pia, O dulcis Virgo Maria.
INDULGENCIAS
El Sumo Pontífice Pio VII con rescripto de 21 de marzo de 1815 concede a todos los fieles que hicieren cada día durante el mes de Mayo alguna oración pública o particular, o alguna otra obra de piedad en honor de la Virgen Santísima 300 días de indulgencia por cada vez y a más indulgencia plenaria el día que escogieren con la condiciones de que confiesen, comulguen, oren para las necesidades de la Iglesia. Todas esas indulgencias pueden aplicarse a las ánimas del purgatorio.
Querido hermano: si te ha gustado el ejercicio del mes de mayo a la Virgen, compártelo con tus familiares y amigos.
Recuerda que la oración que más agrada a la Virgen es el rezo diario del santo rosario. Ella lo ha pedido repetidamente en sus apariciones de Lourdes y Fátima. La Virgen concede sus gracias a quien devotamente reza su rosario. Rézalo en tu parroquia o en familia o con tus amistades.
Ave María Purísima, sin pecado concebida.