DÍA SEGUNDO
LA HUMILDAD ES GRATA A DIOS
MES
en honor de
N. S. DE LAS MERCEDES
Padre Antonio Pastor Codesal, OP
ORACIONES PARA INICIAR
Y FINALIZAR CADA DÍA
Oración primera para todos los días
Por la señal…
ORACIÓN
Santísima Virgen María, el dulce y consolador título de Nuestra Señora de las Mercedes manifiestamente nos dice cómo es de compasivo vuestro Corazón y de poderoso vuestro auxilio. Pues echad sobre nosotros una mirada de compasión; ved nuestras almas con tantas cadenas de vicios y pecados; nuestra vida con tantas angustias y tribulaciones, sed Redentora de nuestras vidas y de nuestras almas, y; alcanzadnos la merced de vivir cristianamente, de morir santamente, de reinar gloriosamente en el cielo. Amén.
Se lee lo propio para cada día.
DÍA SEGUNDO
MEDITACIÓN
LA HUMILDAD ES GRATA A DIOS
La humildad, como especial virtud, significa sujeción del hombre a Dios; y a los hombres, por Dios. (S. Th., 2-2 q 161 a 1). La humildad es sujeción razonable y ordenada, que no abate ni menoscaba la propia dignidad, antes al contrario, la fortalece y garantiza. Pues quien se humilla será ensalzado y quien se ensalza será humillado (S. Mt., XXVII, 11). El Señor nos dejó mandado que aprendiéramos de Él manso y humilde de corazón (S. Lc., C. VIII). La Santísima Virgen María cantó diciendo “porque miró la humildad de su esclava, por eso me llamarán bienaventurada todas las generaciones” (S. Lc. 1, 38). Por la humildad nos levantamos hasta Dios porque Dios resiste a los soberbios, y da su gracia a los humildes.
EJEMPLO
Refiere el P. Bovio que una mala mujer, llamada Elena, entró casualmente en una iglesia donde se predicaba del Santo Rosario. Debido a ésto compró ella uno, que empezó a rezar con muchas distracciones; pero al fin lo rezaba con devoción. Esto la llevó finalmente al confesionario, y un día la Santísima Virgen le habló desde una imagen ante la cual rezaba, y le dijo: “Elena, basta ya de ofensas; desde hoy muda de vida y yo te favoreceré”.
Así fue en efecto, y Elena murió en olor de santidad; algunas personas vieron que al morir su alma volaba directamente al cielo. (Id Ib C. 110)
Oración final para todos los días
Santísima Virgen de las Mercedes, Madre queridísima y Reina soberana de mi corazón. Yo os consagro en este día todo mi ser y os pido mercedes para todas mis necesidades. Os consagro mi inteligencia para que Vos la iluminéis con la lumbre de fe viva; os consagro mi corazón para que Vos lo gobernéis con la dulce y segura fuerza de vuestro amor; mi cuerpo y mis sus sentidos para que para que Vos los guardéis de obras malas; os consagro mi vida, para Vos la conduzcáis por los caminos de Dios; que son los del cielo y la eterna dicha.
Y humildemente os pido mercedes para todas mis necesidades; la merced de vuestro poderoso auxilio contra los tres mortales enemigos del alma: mundo, demonio y carne; las pompas del mundo, las tentaciones del demonio, y las malas inclinaciones de la carne; y finalmente la perseverancia en la Divina Gracia para salvarme.
Quiero vivir y morir en la dulce y dichosa esclavitud de vuestro amor. No me abandonéis, oh mi amada Virgen de las Mercedes; guiadme en la vida, asistidme en la muerte y recibidme en la gloria. Amén.
Tres Avemarías para que la Virgen María, Redentora de cautivos, nos libre del cautiverio de los tres enemigos del alma: mundo, demonio y carne, y nos conceda la gracia que le pedimos.
Avemaría... (x 3)