DÍA SÉPTIMO
El Corazón de María en el Nacimiento de Jesús
MES DE AGOSTO
CONSAGRADO
AL PURÍSIMO E INMACULLADO
CORAZÓN DE MARÍA
PARA COMENZAR TODOS LOS DÍAS.
Por la señal... etc.
Acto de contrición. - Señor mío Jesucristo...
ORACIÓN PARA TODOS LOS DÍAS
¡Dulcísimo e inmaculado Corazón de María! Lleno de filial ternura y confianza comparezco ante vuestra soberana presencia a rendiros Jos sinceros homenajes de mí pobre corazón y a pediros remedio para mis necesidades y gracia para conseguir mi eterna salvación. ¿Dónde hallaré amparo más seguro, voluntad más decidida para socorrerme que en la amantísima Madre de los pecadores; que los amó hasta entregar por ellos a la muerte a su Santísimo Hijo y Salvador? ¿Quién acudió jamás a este piadoso Corazón que no fuese favorablemente acogido? Oíd, Madre mía, las súplicas que durante este mes logre dirigiros. Dad luz a mi entendimiento para conocer vuestras excelencias y prerrogativas; moved mi voluntad para seguir vuestros ejemplos é imitar vuestras virtudes, prended en mi corazón una centella siquiera del amoroso incendio con que se consumió el vuestro de caridad con Dios y con los hombres, y concededme aquella devoción hacia Vos que es prenda segura de salvación. Amén.
Se lee y medita lo propio de cada día del mes.
DÍA SÉPTIMO
MEDITACIÓN
El Corazón de María en el Nacimiento de Jesús
Uno de los pasajes de la vida de nuestra Señora en que más se descubre la ternura de su Corazón de Madre es, sin disputa, el del nacimiento de Jesús en el portalito de Belén. Nada más tierno que ver al recién nacido Infante tiritando de frío envuelto en pañales en los brazos de María, o abrigadito con el calor de su maternal Corazón, tomando el pecho de la Madre y bebiendo en esa fuente virginal la leche proveída del cielo. ¿Quién es capaz de comprender lo que entonces debió sentir su Corazón? ¡Qué actos de amor, de adoración y fe, de gratitud y ofrecimiento brotarían de ese Corazón tan bien dispuesto! ¡Qué altísima contemplación de este misterio embargaría las potencias y sentidos de nuestra Señora! He aquí el modelo que deberíamos imitar cuantos tenemos la dicha inefable de que Jesús se ponga, no en nuestros brazos, sino en medio de nuestro corazón, cuando le recibimos sacramentado. ¡Y pensar que muchos rehúsan que Jesucristo venga a sus almas, o que, si viene, apenas han comulgado le vuelven las espaldas, saliendo de la iglesia o divagando tontamente! El Corazón de mi Madre -dijo el Señor a Santa Matilde- fue devotísimo y estuvo siempre lleno de santos deseos, pues con ellos me atrajo a sí.
¡Oh Corazón ternísimo de María! Enséñame a tratar con Jesús, a hospedarle en mi corazón, si no dignamente, por lo menos según mis pobres fuerzas. A este fin propongo disponerme lo mejor que pueda con el atavío de las virtudes, pureza, recogimiento, mortificación y desnudez de las cosas temporales.
PARA FINALIZAR TODOS LOS DÍAS.
ASPIRACIONES
¡Corazón lucidísimo de María! Alumbradme.
¡Corazón purísimo de María! Limpiadme.
¡Corazón hermosísimo de María! Atraedme.
¡Corazón amorosísimo de María! Encendedme.
¡Corazón dulcísimo de María! Pacificadme.
¡Corazón afligidísimo de María! Compungidme.
¡Corazón fortísimo de María! Alentadme.
¡Corazón poderosísimo de María! Protegedme.
¡Corazón santísimo de María! En la hora tremenda de mi muerte y juicio, defendedme y mandadme ir a Vos.
Dulce Corazón de María, sed mi salvación.
ACTO DE REPARACIÓN ENSEÑANDO POR EL ÁNGEL DE LA PAZ A LOS PASTORCITOS DE FÁTIMA
Santísima Trinidad: Padre, Hijo y Espíritu Santo,
Os adoro profundamente y Os ofrezco
el Preciosísimo Cuerpo, Sangre, Alma
y Divinidad de Nuestro Señor Jesucristo,
presente en todos los sagrarios de la tierra,
en reparación por los ultrajes, sacrilegios e indiferencias
con que Él mismo es ofendido
y por los méritos infinitos de su Sacratísimo Corazón
y del Corazón Inmaculado de María,
os pido la conversión de los pobres pecadores. Amén.
ORACIÓN FINAL PARA TODOS LOS DÍAS
Bajo vuestra protección nos acogemos,
santa Madre de Dios; no desechéis nuestras súplicas ni os olvidéis de nuestras necesidades, sino libradnos siempre de todo peligro, Virgen gloriosa y Madre nuestra. Amén.
“Corazón Inmaculado de María,
rogad por nosotros.”
100 días de indulgencia cada vez, Pío IX
Ave María Purísima, sin pecado concebida.
Indulgencias en la devoción al Inmaculado Corazón de María en el mes de agosto.
A los fieles que, en cualquier día del mes de agosto, rezan algunas preces o practican algún otro ejercicio de piedad en honor del Inmaculado Corazón de María, se les concede: indulgencia de cinco años, una vez.
A los que practican el mismo ejercicio durante todo el referido mes, se les concede indulgencia plenaria en las condiciones de costumbre: confesión, comunión y oración por las intenciones del Santo Padre. (S.C. del S. Oficio, 13 de marzo de 1913; S. Penitenciaría Apostólica, 2 de junio de 1935).