DÍA DUODÉCIMO
El Corazón de María en Caná
MES DE AGOSTO
CONSAGRADO
AL PURÍSIMO E INMACULLADO
CORAZÓN DE MARÍA
PARA COMENZAR TODOS LOS DÍAS.
Por la señal... etc.
Acto de contrición. - Señor mío Jesucristo...
ORACIÓN PARA TODOS LOS DÍAS
¡Dulcísimo e inmaculado Corazón de María! Lleno de filial ternura y confianza comparezco ante vuestra soberana presencia a rendiros Jos sinceros homenajes de mí pobre corazón y a pediros remedio para mis necesidades y gracia para conseguir mi eterna salvación. ¿Dónde hallaré amparo más seguro, voluntad más decidida para socorrerme que en la amantísima Madre de los pecadores; que los amó hasta entregar por ellos a la muerte a su Santísimo Hijo y Salvador? ¿Quién acudió jamás a este piadoso Corazón que no fuese favorablemente acogido? Oíd, Madre mía, las súplicas que durante este mes logre dirigiros. Dad luz a mi entendimiento para conocer vuestras excelencias y prerrogativas; moved mi voluntad para seguir vuestros ejemplos é imitar vuestras virtudes, prended en mi corazón una centella siquiera del amoroso incendio con que se consumió el vuestro de caridad con Dios y con los hombres, y concededme aquella devoción hacia Vos que es prenda segura de salvación. Amén.
Se lee y medita lo propio de cada día del mes.
DÍA DUODÉCIMO
MEDITACIÓN
El Corazón de María en Caná
El primer milagro que obró Jesús, referido por los Evangelistas, se hizo a instancias del Corazón compasivo de María. Faltó el vino en las bodas de Caná, y la Santísima Virgen modelo de bondad y delicadeza, para evitar a los esposos el bochorno consiguiente, antes que se notase la falta indicó a su divino Hijo que la remediase. Era como pedirle un milagro, y aunque Jesús pretextó que no había aún llegado su hora, no obstante, a ruegos de su Madre lo hizo. ¿Qué debe admirarse más aquí, la fineza y caridad del Corazón compasivo de María, la eficacia de su petición, o la condescendencia de Jesús a los ruegos de su Madre? Ensalce quien quiera a su gusto y dé la preferencia a lo que quisiere: lo cierto es que todas estas tres cosas resplandecen en esta primera intervención pública de María en favor de los hombres. No olvidemos esta lección, altamente provechosa para nosotros. Nuestra miseria y debilidad necesitan que haya un corazón que sepa compadecerse de nosotros como María, y que pueda y quiera hacerlo como ella. ¿Qué sería del género humano si no existiese este Corazón de Madre que se interpusiera entre nosotros y Dios? ¡Cuántos se habrían perdido si María no los hubiese salvado y notemos que su bondad la lleva a compadecerse, no sólo de las necesidades espirituales, sino aun de las temporales y del cuerpo!
¡Oh Corazón compasivo de María! ¡Cuánto me alegro, Madre mía, ¡de que seas tan buena! Siendo yo tan malo, ¿qué sería de mí si no pudiese echarme en tus brazos y ampararme bajo tu manto? Mira, Madre compasiva, mis necesidades; también a mí me falta el vino de la devoción y el fervor de la caridad; también a veces rebosa mi pecho en hiel y vinagre de acerbidad y amargura con mis prójimos.
Compadécete de mí, y remédiame.
PARA FINALIZAR TODOS LOS DÍAS.
ASPIRACIONES
¡Corazón lucidísimo de María! Alumbradme.
¡Corazón purísimo de María! Limpiadme.
¡Corazón hermosísimo de María! Atraedme.
¡Corazón amorosísimo de María! Encendedme.
¡Corazón dulcísimo de María! Pacificadme.
¡Corazón afligidísimo de María! Compungidme.
¡Corazón fortísimo de María! Alentadme.
¡Corazón poderosísimo de María! Protegedme.
¡Corazón santísimo de María! En la hora tremenda de mi muerte y juicio, defendedme y mandadme ir a Vos.
Dulce Corazón de María, sed mi salvación.
ACTO DE REPARACIÓN ENSEÑANDO POR EL ÁNGEL DE LA PAZ A LOS PASTORCITOS DE FÁTIMA
Santísima Trinidad: Padre, Hijo y Espíritu Santo,
Os adoro profundamente y Os ofrezco
el Preciosísimo Cuerpo, Sangre, Alma
y Divinidad de Nuestro Señor Jesucristo,
presente en todos los sagrarios de la tierra,
en reparación por los ultrajes, sacrilegios e indiferencias
con que Él mismo es ofendido
y por los méritos infinitos de su Sacratísimo Corazón
y del Corazón Inmaculado de María,
os pido la conversión de los pobres pecadores. Amén.
ORACIÓN FINAL PARA TODOS LOS DÍAS
Bajo vuestra protección nos acogemos,
santa Madre de Dios; no desechéis nuestras súplicas ni os olvidéis de nuestras necesidades, sino libradnos siempre de todo peligro, Virgen gloriosa y Madre nuestra. Amén.
“Corazón Inmaculado de María,
rogad por nosotros.”
100 días de indulgencia cada vez, Pío IX
Ave María Purísima, sin pecado concebida.
Indulgencias en la devoción al Inmaculado Corazón de María en el mes de agosto.
A los fieles que, en cualquier día del mes de agosto, rezan algunas preces o practican algún otro ejercicio de piedad en honor del Inmaculado Corazón de María, se les concede: indulgencia de cinco años, una vez.
A los que practican el mismo ejercicio durante todo el referido mes, se les concede indulgencia plenaria en las condiciones de costumbre: confesión, comunión y oración por las intenciones del Santo Padre. (S.C. del S. Oficio, 13 de marzo de 1913; S. Penitenciaría Apostólica, 2 de junio de 1935).