viernes, 15 de agosto de 2025

16. EL CORAZÓN DE MARÍA EN EL JUEVES SANTO. MES DEL INMACULADO CORAZÓN DE MARÍA

DÍA DÉCIMO SEXTO

El Corazón de María en el Jueves Santo

 

MES DE AGOSTO

CONSAGRADO

AL PURÍSIMO E INMACULLADO

CORAZÓN DE MARÍA

 

 

PARA COMENZAR TODOS LOS DÍAS.

 

Por la señal... etc.

 

Acto de contrición. - Señor mío Jesucristo...

 

ORACIÓN PARA TODOS LOS DÍAS

¡Dulcísimo e inmaculado Corazón de María! Lleno de filial ternura y confianza comparezco ante vuestra soberana presencia a rendiros Jos sinceros homenajes de mí pobre corazón y a pediros remedio para mis necesidades y gracia para conseguir mi eterna salvación. ¿Dónde hallaré amparo más seguro, voluntad más decidida para socorrerme que en la amantísima Madre de los pecadores; que los amó hasta entregar por ellos a la muerte a su Santísimo Hijo y Salvador? ¿Quién acudió jamás a este piadoso Corazón que no fuese favorablemente acogido? Oíd, Madre mía, las súplicas que durante este mes logre dirigiros. Dad luz a mi entendimiento para conocer vuestras excelencias y prerrogativas; moved mi voluntad para seguir vuestros ejemplos é imitar vuestras virtudes, prended en mi corazón una centella siquiera del amoroso incendio con que se consumió el vuestro de caridad con Dios y con los hombres, y concededme aquella devoción hacia Vos que es prenda segura de salvación. Amén.

 

Se lee y medita lo propio de cada día del mes.

 

DÍA DÉCIMO SEXTO

MEDITACIÓN

El Corazón de María en el Jueves Santo

¡Qué pobre es el lenguaje humano para expresar las grandes emociones del corazón! Confieso mi impotencia y dejo a la piadosa consideración del lector que medite a solas lo que debió sentir el Corazón amante de María aquella última noche en que su divino Hijo se despidió de ella para ir a padecer. ¡Qué despedida y qué último adiós! ¡qué palabras se dirían! ¡qué miradas tan tiernas y expresivas, qué apretado abrazo se darían! Procuraría el Hijo consolar a la Madre y le pediría su bendición. ¡Con qué voluntad y dulces lágrimas y con cuánto amor se la daría para la grande obra de la redención! ¡No se habían de volver a encontrar sino en la calle de la Amargura, y de qué manera! Pero lo que más resalta aquí, y debo yo ponderar, es la inmensa caridad y amor con que la Virgen consumó desde ahora el terrible sacrificio, la fidelidad con que correspondió a los designios de Dios. El Corazón de mi Madre -dijo Jesús a Santa Matilde- fue fidelísimo, pues consintió que yo, con ser su Unigénito y amado Hijo, fuese crucificado por la redención del mundo. También puedo considerar el afecto con que la Virgen recibió por primera vez el cuerpo de su Hijo Jesús sacramentado. ¿Quién es capaz de decir los inefables transportes de júbilo que experimentó su Corazón amantísimo? Si nos sorprende el enamorado afecto de algunos Santos hacia la Eucaristía, ¿qué pensar de los más que seráficos ardores de nuestra Señora?

 

¡Cómo me avergüenzo, oh Corazón amante de María, de mi tibieza y frialdad! ¡Ah! ¿cómo puedo amar ardientemente a Jesús, si tengo lleno mi corazón de afectos terrenos y mundanales, si tengo un corazón de tierra apegado a las criaturas? Purificad, consumid la escoria que me impide unirme a Jesús.

 

 

PARA FINALIZAR TODOS LOS DÍAS.

 

ASPIRACIONES

¡Corazón lucidísimo de María! Alumbradme.

¡Corazón purísimo de María! Limpiadme.

¡Corazón hermosísimo de María! Atraedme.

¡Corazón amorosísimo de María! Encendedme.

¡Corazón dulcísimo de María! Pacificadme.

¡Corazón afligidísimo de María! Compungidme.

¡Corazón fortísimo de María! Alentadme.

¡Corazón poderosísimo de María! Protegedme.

¡Corazón santísimo de María! En la hora tremenda de mi muerte y juicio, defendedme y mandadme ir a Vos.

Dulce Corazón de María, sed mi salvación.

 

ACTO DE REPARACIÓN ENSEÑANDO POR EL ÁNGEL DE LA PAZ A LOS PASTORCITOS DE FÁTIMA

 

Santísima Trinidad: Padre, Hijo y Espíritu Santo,

Os adoro profundamente y Os ofrezco

el Preciosísimo Cuerpo, Sangre, Alma

y Divinidad de Nuestro Señor Jesucristo,

presente en todos los sagrarios de la tierra,

en reparación por los ultrajes, sacrilegios e indiferencias

con que Él mismo es ofendido

y por los méritos infinitos de su Sacratísimo Corazón

y del Corazón Inmaculado de María,

os pido la conversión de los pobres pecadores. Amén.

 

ORACIÓN FINAL PARA TODOS LOS DÍAS

Bajo vuestra protección nos acogemos,

santa Madre de Dios; no desechéis nuestras súplicas ni os olvidéis de nuestras necesidades, sino libradnos siempre de todo peligro, Virgen gloriosa y Madre nuestra. Amén.

 

“Corazón Inmaculado de María,

rogad por nosotros.”

100 días de indulgencia cada vez, Pío IX

 

Ave María Purísima, sin pecado concebida.

 

Indulgencias en la devoción al Inmaculado Corazón de María en el mes de agosto.

A los fieles que, en cualquier día del mes de agosto, rezan algunas preces o practican algún otro ejercicio de piedad en honor del Inmaculado Corazón de María, se les concede: indulgencia de cinco años, una vez.

A los que practican el mismo ejercicio durante todo el referido mes, se les concede indulgencia plenaria en las condiciones de costumbre: confesión, comunión y oración por las intenciones del Santo Padre. (S.C. del S. Oficio, 13 de marzo de 1913; S. Penitenciaría Apostólica, 2 de junio de 1935).