miércoles, 17 de julio de 2024

18 de julio. SALVA A UN JOVEN DE UN SEGURO NAUFRAGIO. MES DE JULIO EN HONOR A LA VIRGEN DEL CARMEN

 


18 de julio

SALVA A UN JOVEN DE UN SEGURO NAUFRAGIO

“Prodigios del Escapulario” del P. Rafael María López-Melús.

 

MES DE JULIO EN HONOR

A LA VIRGEN DEL CARMEN

 

Por la señal de la santa Cruz, de nuestros enemigos, líbranos, Señor, Dios nuestro. En el nombre del Padre, y del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.

 

Oración inicial

Oh Virgen María, Madre de Dios y Madre también de los pecadores, y especial Protectora de los que visten tu sagrado Escapulario; por lo que su divina Majestad te engrandeció, escogiéndote para verdadera Madre suya, te suplico me alcances de tu querido Hijo el perdón de mis pecados, la enmienda de mi vida, la salvación de mi alma, el remedio de mis necesidades, el consuelo de mis aflicciones y la gracia especial que pido en este ejercicio consagrado a vuestra devoción, si conviene para su mayor honra y gloria, y bien de mi alma: que yo, Señora, para conseguirlo me valgo de vuestra intercesión poderosa, y quisiera tener el espíritu de todos los ángeles, santos y justos a fin de poder alabarte dignamente; y uniendo mis voces con sus afectos, te saludo una y mil veces, diciendo:

3 Avemarías

A continuación se lee el relato tomado de la obra “Prodigios del Escapulario” del P. Rafael María López-Melús.

 

18 de julio

SALVA A UN JOVEN DE UN SEGURO NAUFRAGIO

“Prodigios del Escapulario” del P. Rafael María López-Melús.

 

El P. Bartolomé de la Ascensión refiere un prodigioso caso que la Virgen obró con un muchacho de unos catorce años, el cual determinó su vocación al Carmelo.

Navegando en una embarcación, desde el puerto de Acapulco a las Islas Filipinas, cayó el joven al mar, siendo la marejada tan recia, la tormenta tan imponente y las olas tan bravías, que no le podían socorrer en manera alguna.

Haciendo algunas diligencias para favorecer, movidos más bien por la compasión y piedad que de esperanza alguna de su remedio, vieron con pasmo y admiración los tripulantes, que el muchacho iba delante de la nave cual si anduviese a pie firme sobre las olas.

Procuraron como pudieron meterle luego dentro de la embarcación, y, viendo no traía otra cosa sobre el cuerpo sino el santo Escapulario de la Virgen del Carmen, preguntáronle con curiosidad que cómo había estado tanto tiempo bajo el agua sin ahogarse, a lo cual respondió que la Santísima Virgen del Carmen, de quien era el bendito Escapulario que él llevaba desde muy niño, con gran amor, le había librado de una muerte cierta sosteniéndole con su propia mano y confortándole con sus palabras llenas de piedad y de dulzura.

Con tal motivo, hizo el voto de tomar el santo hábito del Carmen y consagrarse a María Santísima para servirla como amante hijo toda su vida, lo que realizó cuando pisó tierra firme, siendo en la Orden un modelo de perfección.

 

Oración final para todos los días

Infinitas gracias os damos, soberana Princesa, por los favores que todos los días recibimos de vuestra benéfica mano; dignaos, Señora, tenernos ahora y siempre bajo vuestra protección y amparo; y para más obligaros, os saludamos con una Salve:

 

Dios te salve, Reina y Madre de misericordia, vida, dulzura y esperanza nuestra, Dios te salve. A Ti llamamos los desterrados hijos de Eva, a Ti suspiramos, gimiendo y llorando en este valle de lágrimas. Ea, pues, Señora abogada nuestra, vuelve a nosotros esos tus ojos misericordiosos, y después de este destierro muéstranos a Jesús, fruto bendito de tu vientre. ¡Oh clementísima! ¡Oh piadosa! ¡Oh dulce Virgen María! Ruega por nosotros, Santa Madre de Dios. Para que seamos dignos de alcanzar las promesas de Nuestro Señor Jesucristo. Amén.

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Querido hermano comparte esta devoción con tus familiares y amigos para que muchos conozcan y amen a la Virgen.

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Nuestra Señora del Carmen, ruega por nosotros.

Ave María Purísima, sin pecado concebida.