miércoles, 10 de julio de 2024

SANA CRISTO EL MISMO PARALÍTICO. JUEVES DE LA SÉPTIMA SEMANA DESPUÉS DE PENTECOSTÉS.

 


SANA CRISTO EL MISMO PARALÍTICO

 JUEVES DE LA SÉPTIMA SEMANA

DESPUÉS DE PENTECOSTÉS.

 

MEDITACIONES

PARA EL TIEMPO

DESPUÉS DE PENTECOSTÉS

DE LA OBRA “VIDA Y DOCTRINA DE JESUCRISTO

SACADA DE LOS CUATRO EVANGELISTAS

Y DISTRIBUIDA EN MATERIA DE MEDITACIÓN

PARA TODOS LOS DÍAS” DEL P. NICOLÁS AVANCINI

 

 

ORACIÓN PARA COMENZAR

TODOS LOS DÍAS:

 

Por la señal de la Santa Cruz, de nuestros enemigos, líbranos, Señor, Dios nuestro. En el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.

 

Poniéndonos en la presencia de Dios, adoremos su majestad infinita, y digamos con humildad:

  

 “Omnipotente Dios y Señor y Padre mío amorosísimo, yo creo que por razón de tu inmensidad estás aquí presente en todo lugar, que estás aquí, dentro de mí, en medio de mi corazón, viendo los más ocultos pensamientos y afectos de mi alma, sin poder esconderme de tus divinos ojos.

    Te adoro con la más profunda humildad y reverencia, desde el abismo de mi miseria y de mi nada, y os pido perdón de todos mis pecados que detesto con toda mi alma, y os pido gracias para hacer con provecho esta meditación que ofrezco a vuestra mayor gloria… ¡Oh Padre eterno! Por Jesús, por María, por José y todos los santos enseñadme a orar para conocerme y conoceros, para amaros siempre y haceros siempre amar. Amén.”

 

Se meditan los tres puntos dispuestos para cada día.

 

JUEVES DE LA SÉPTIMA SEMANA

DESPUÉS DE PENTECOSTÉS.

SANA CRISTO EL MISMO PARALÍTICO

 

1.-Y viendo Jesús la fe de ellos, dijo al paralítico: confía, hijo (1). ¡Oh palabras de amor, capaces de ablandar un corazón de piedra! Tus pecados te son perdonados. No pedía esto el enfermo, sino la salud del cuerpo. Pero enseña así ser mayor mal el del alma, que quiere curar primero. ¡Qué ciego eres, que esto no conoces! De aquí procede que más cuidas de la salud corporal, que no de la del espíritu. 2. El pecado es causa de las enfermedades y aflicciones. Para curar, pues, la enfermedad, quita la causa. No curas bien las dolencias de tu alma, si primero no arrancas la pasión.

2.- Estaban, pues, allí sentados algunos de los escribas, y diciendo en sus corazones: ¿Qué es lo que Éste habla? Este blasfema (2). Nunca faltarán quienes echen a mala parte lo que santamente ejecutas. No dejará de haber quienes con capa de celo procuren encubrir su envidia. Si tú eres de éstos, juzga que eres redargüido con ellos y con los escribas, a quienes dijo el Señor: ¿Para qué pensáis mal en vuestros corazones (3)? Confúndete. Y para que en adelante no pienses de este modo, imagina que así como vio Jesús los pensamientos de aquellos, así ve todos los tuyos, ya sean buenos, ya malos.

3.- Entonces dice al paralítico: Levántate, coge tu cama y vete a tu casa (4). Libre ya de la perlesía del alma, has de hacer tres cosas para no volver a ella. 1º. Levántate por generosas y muy repetidas resoluciones. 2º. Coge tu lecho, esto es, como dice la Glosa: Levanta la carne de los carnales deseos a la libertad de espíritu. 3º. Vete a tu casa, que es tu conciencia, y habita siempre en ella.

 

(1) Matth., 9. (2) Marc., 2. (3) Matth., 9. (4) Ibid.

 

ORACIÓN PARA FINALIZAR

TODOS LOS DÍAS:

Os doy gracias, Dios mío, por los buenos pensamientos, afectos y propósitos que me habéis inspirado en este rato de oración…

Todo os lo ofrezco a vuestra mayor honra y gloria… y os pido gracia eficaz para ponerlos por obra…

¡Oh Padre Eterno! Por Jesús, por María, por José y Teresa de Jesús dadme gracia ahora y siempre para cumplir en todas las cosas vuestra santísima voluntad. Amen."

 

Padrenuestro, Avemaría y Gloria

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Sagrado Corazón de Jesús, en vos confío.

Inmaculado Corazón de María, sed la salvación mía.

Glorioso Patriarca san José, ruega por nosotros.

Santos Ángeles Custodios, rogad por nosotros.

Todos los santos y santas de Dios, rogad por nosotros. 

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