12 de octubre
NUESTRA SEÑORA, LA VIRGEN DEL PILAR
Comentario al Evangelio
De la Catena Aurea de santo Tomás de Aquino.
Lucas 11, 27-28 Estando
diciendo estas cosas, he aquí que una mujer levantando la voz de en medio del
pueblo, exclamó: "Bienaventurado el vientre que te llevó y los pechos que
te alimentaron". Pero Jesús respondió: "Antes bienaventurados los que
oyen la palabra de Dios y la ponen en práctica". (vv. 27-28)
Beda
Una mujer confiesa con gran fe la encarnación del Señor, en tanto que los
escribas y los fariseos lo tientan y blasfeman. Y así dice: "Estando
diciendo estas cosas, he aquí que una mujer, levantando la voz de en medio del
pueblo, exclamó: Bienaventurado el vientre que te llevó", etc. Con cuyas
palabras confundió la calumnia de los personajes que estaban presentes y la
perfidia de los futuros herejes. Porque así como entonces los judíos negaban al
verdadero Hijo de Dios, blasfemando de las obras del Espíritu Santo; así
después los herejes no quisieron confesar al verdadero Hijo del hombre,
consustancial al Padre, negando que María siempre Virgen, por la cooperación de
la virtud del Espíritu Santo, hubiese provisto la materia de la carne al
Unigénito de Dios que había de nacer. Pero si se dice que la carne del Verbo de
Dios, nacido según la carne, es extraña a la de la Virgen Madre, habría que
decir que no hay razón para beatificar el vientre que lo había llevado y los
pechos que le habían alimentado. ¿Cómo podía decirse que había sido alimentado
con la leche de la Virgen si se niega que lo haya concebido en su seno, siendo
así que, según los físicos, uno y otro proceden de un mismo origen? Y no sólo
Ella que mereció engendrar corporalmente al Verbo de Dios, sino que asegura que
son bienaventurados también todos lo que procuran concebir, dar a luz y como
dar de lactar espiritualmente al mismo Verbo por la fe y la práctica de las
buenas obras, tanto en su corazón como en el de sus prójimos. Sigue pues:
"Pero Jesús respondió: Antes bienaventurados los que oyen la palabra de
Dios", etc.
San Juan Crisóstomo in Matthaeun hom. 45
Esta contestación no la dio el Salvador menospreciando a su Madre, sino
manifestando que de nada le hubiese aprovechado el haberle dado a luz si
después no hubiera sido buena y fiel. Además, si Jesús, que nació de María, no
la hubiese beneficiado con las virtudes de su alma, con mucha más razón puede
decirse que no nos valdrá el tener un padre o un hermano o un hijo virtuoso, si
nosotros carecemos de su virtud.
Beda
La misma Madre de Dios es bienaventurada ciertamente porque fue el instrumento temporal de la encarnación del Verbo; pero también lo fue por haber sido su amorosa y constante guarda. Con esta sentencia, pues, hiere a los sabios judíos, que no solamente se negaban a oír y a guardar la Palabra de Dios, sino que también buscaban ocasión para negarlo y blasfemarlo.