sábado, 15 de junio de 2024

RETÍRASE CRISTO AL DESIERTO, Y ES TENTADO. DOMINGO IV DESPUÉS DE PENTECOSTÉS

 


RETÍRASE CRISTO AL DESIERTO, Y ES TENTADO.

DOMINGO IV DESPUÉS DE PENTECOSTÉS.

 

MEDITACIONES

PARA EL TIEMPO

DESPUÉS DE PENTECOSTÉS

DE LA OBRA “VIDA Y DOCTRINA DE JESUCRISTO

SACADA DE LOS CUATRO EVANGELISTAS

Y DISTRIBUIDA EN MATERIA DE MEDITACIÓN

PARA TODOS LOS DÍAS” DEL P. NICOLÁS AVANCINI

 

 

ORACIÓN PARA COMENZAR

TODOS LOS DÍAS:

 

Por la señal de la Santa Cruz, de nuestros enemigos, líbranos, Señor, Dios nuestro. En el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.

 

Poniéndonos en la presencia de Dios, adoremos su majestad infinita, y digamos con humildad:

  

 “Omnipotente Dios y Señor y Padre mío amorosísimo, yo creo que por razón de tu inmensidad estás aquí presente en todo lugar, que estás aquí, dentro de mí, en medio de mi corazón, viendo los más ocultos pensamientos y afectos de mi alma, sin poder esconderme de tus divinos ojos.

    Te adoro con la más profunda humildad y reverencia, desde el abismo de mi miseria y de mi nada, y os pido perdón de todos mis pecados que detesto con toda mi alma, y os pido gracias para hacer con provecho esta meditación que ofrezco a vuestra mayor gloria… ¡Oh Padre eterno! Por Jesús, por María, por José y todos los santos enseñadme a orar para conocerme y conoceros, para amaros siempre y haceros siempre amar. Amén.”

 

Se meditan los tres puntos dispuestos para cada día.

 

 

DOMINGO IV DESPUÉS DE PENTECOSTÉS.

RETÍRASE CRISTO AL DESIERTO, Y ES TENTADO.

 

1.- Entonces Jesús fue guiado al desierto por el Espíritu (1). Santo a la verdad, no vano, no mundano. El Hijo y los hijos de Dios son guiados de su Espíritu. Fue guiado al desierto, no a una ciudad populosa, por huir el aplauso que acaso le daría el pueblo, movido del abrirse el cielo, de bajar el Espíritu y de la voz que se oyó. ¿De qué espíritu eres movido tú, o por mejor decir, arrastrado, y a que cosas? Confúndete, y deja que el Espíritu de Dios te guie y saque de entre el bullicio de los hombres, de sus aplausos y alabanzas. Para que el diablo le tentase. San Ambrosio sobre san Lucas dice: Para provocar al diablo. Este fue el fin de aquel retiro. Mas ¿para qué quiso el Hijo de Dios ser tentado? 1º. Para que sepas que a los hijos de Dios también les sobrevienen tentaciones, y no te hagas en ellas pusilánime 2º. Para que tengas en ellas maestro de vencer. Cobra ánimo; y, para alcanzar victoria, pelea con el ejemplo de Cristo.

2.- Y era tentado por Satanás (2). Atrévese a esto el demonio, porque Dios se lo permitió, que podía prohibírselo. ¿Cuánto más se atreverá contra ti que no puedes estorbárselo? Teme, pues, continuamente. Con la ocasión del hambre toma luego pie para tentarle de gula. Así está en vela para coger toda ocasión de dañar Aprende del demonio mismo a velar sobre todo lo que es propio de tu profesión; a velar sobre toda ocasión de mal, porque no caigas en él y te traiga el mayor daño.

3.- Llegándose el tentador, le dijo: Si eres hijo de Dios, etc. (3). Advierte en estas tres tentaciones de Cristo, de que argumentos y engaño suele usar principalmente. En la primera, porque está el Señor hambriento, le quiere persuadir la necesidad de la comida. En la segunda procura moverle a que se precipite con apariencia de bien, de que Dios le asistirá, y detendrá por los ángeles. En la tercera le hace solo ver los reinos del mundo y se los ofrece, no pudiéndoselos dar, representándoselos a la imaginación como una cosa grande. Haz reflexión sobre ti, y repara si tu pasión te ha engañado bajo la capa de necesidad o de bien, o si tuviste en mucho las cosas que delante de Dios son nada, etc. El cual respondiendo, dijo: Escrito está, etc. (4). Considera aquí lo que hizo Cristo. 1º. Luego resistió al tentador. No te pongas con él en la tentación a porfías. Fácilmente es vencido el que no resiste al principio. 2º. Le rechaza con una palabra: Escrito está, oponiéndole lo que Dios manda. Dite también a ti en la tentación: Dios lo prohíbe: Dios castiga eternamente. Entonces vendrán a ti los ángeles o verdaderos consuelos espirituales.

 

(1) Matth., 4. (2) Ibid. (3) Matth., 4. (4) Ibid.

 

ORACIÓN PARA FINALIZAR

TODOS LOS DÍAS:

Os doy gracias, Dios mío, por los buenos pensamientos, afectos y propósitos que me habéis inspirado en este rato de oración…

Todo os lo ofrezco a vuestra mayor honra y gloria… y os pido gracia eficaz para ponerlos por obra…

¡Oh Padre Eterno! Por Jesús, por María, por José y Teresa de Jesús dadme gracia ahora y siempre para cumplir en todas las cosas vuestra santísima voluntad. Amen."

 

Padrenuestro, Avemaría y Gloria

***

Sagrado Corazón de Jesús, en vos confío.

Inmaculado Corazón de María, sed la salvación mía.

Glorioso Patriarca san José, ruega por nosotros.

Santos Ángeles Custodios, rogad por nosotros.

Todos los santos y santas de Dios, rogad por nosotros.

 

***

¡Querido hermano, si te ha gustado esta meditación, compártela con tus familiares y amigos!

***

Ave María Purísima, sin pecado concebida.