domingo, 2 de junio de 2024

LA DISPOSICIÓN PARA RECIBIR EL SANTÍSIMO SACRAMENTO. LUNES DE LA SEGUNDA SEMANA DESPUÉS DE PENTECOSTÉS


 

LA DISPOSICIÓN PARA RECIBIR EL SANTÍSIMO SACRAMENTO.

LUNES DE LA SEGUNDA SEMANA

DESPUÉS DE PENTECOSTÉS

 

 

MEDITACIONES

PARA EL TIEMPO

DESPUÉS DE PENTECOSTÉS

DE LA OBRA “VIDA Y DOCTRINA DE JESUCRISTO

SACADA DE LOS CUATRO EVANGELISTAS

Y DISTRIBUIDA EN MATERIA DE MEDITACIÓN

PARA TODOS LOS DÍAS” DEL P. NICOLÁS AVANCINI

 

 

ORACIÓN PARA COMENZAR

TODOS LOS DÍAS:

 

Por la señal de la Santa Cruz, de nuestros enemigos, líbranos, Señor, Dios nuestro. En el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.

 

Poniéndonos en la presencia de Dios, adoremos su majestad infinita, y digamos con humildad:

  

 “Omnipotente Dios y Señor y Padre mío amorosísimo, yo creo que por razón de tu inmensidad estás aquí presente en todo lugar, que estás aquí, dentro de mí, en medio de mi corazón, viendo los más ocultos pensamientos y afectos de mi alma, sin poder esconderme de tus divinos ojos.

    Te adoro con la más profunda humildad y reverencia, desde el abismo de mi miseria y de mi nada, y os pido perdón de todos mis pecados que detesto con toda mi alma, y os pido gracias para hacer con provecho esta meditación que ofrezco a vuestra mayor gloria… ¡Oh Padre eterno! Por Jesús, por María, por José y todos los santos enseñadme a orar para conocerme y conoceros, para amaros siempre y haceros siempre amar. Amén.”

 

Se meditan los tres puntos dispuestos para cada día.

 

LUNES DE LA SEGUNDA SEMANA

DESPUÉS DE PENTECOSTÉS

LA DISPOSICIÓN PARA RECIBIR EL SANTÍSIMO SACRAMENTO.

 

1.- Puso en el sol su tabernáculo (1). Ha de procurar suma pureza el alma a que ha de venir el eucarístico Dios. Esto pide la suma pureza y majestad de tal Huésped. Pondera bien quién es el que viene, y a quién. Si la Madre que le había de concebir era conveniente que estuviese adornada de tal pureza, que de Dios abajo no se puede imaginar otra mayor, la misma te conviene a ti, que recibes al mismo. Mas la pureza no consiste solo en estar exento de pecados, sino también en tener purgados los afectos, y en el ornato de las virtudes. ¿Puedes decir acaso que eres así puro? ¿Cuánto trabajo es menester para llegar a esto? Llegarás, si lo quieres seriamente. Di con el leproso: Señor, si quieres, puedes limpiarme (2). Confía; extenderá su mano, y dirá: Quiero, sé limpio.

2.- Al que venciere, le daré a comer del árbol de la vida, que está en el paraíso (3). Esto es, como dice Ricardo de san Lorenzo (4): Que está en la Iglesia militante por corporal presencia en el Sacramento del altar. Para gozar de este misterio, es necesario te venzas, sujetando el apetito a la razón, y la razón a Dios. No te llegas dignamente, y como debes, si no te vences. ¡Qué campo tienes en ti tan dilatado de victorias! La soberbia., la ambición, la estimación propia, el apetito de gloria vana, la tibieza y otros que tú sabes. Pelea en él, y vence todo esto, y se te dará del árbol de la vida. ¡Que otro serías, si cuantas veces llegaste a esta divina mesa llevases vencido uno solo siquiera de estos enemigos!

3.- Mirad que Yo os llevaré pan del cielo; salga el pueblo, y recójalo (5). Prométese aquí el maná, figura de la Eucaristía, y a la verdad al modo de lluvia que cae sobre buenos y sobre malos. ¡Qué bondad es la de Dios en darse tan pródigamente! Mas, para que goces de Él, es menester que salgas. ¿De dónde? ¿A dónde? Responde Ruperto (6): De la antigua costumbre, de la vejez de la vida. Porque sin deponer el hombre viejo, no podemos coger este maná. Examina cuán vivo esté en ti el hombre viejo; cuantas cosas debes matar en él para vestir el traje de la vida nueva.

 

(1) Psalm. 18. (2) Matth., 8. (3) Apoc., 2.  (4) Lib. 12 de Laud. B. V. (5) Exod., 16. (6) Lib. 3, cap. 11 in Exod.

 

ORACIÓN PARA FINALIZAR

TODOS LOS DÍAS:

Os doy gracias, Dios mío, por los buenos pensamientos, afectos y propósitos que me habéis inspirado en este rato de oración…

Todo os lo ofrezco a vuestra mayor honra y gloria… y os pido gracia eficaz para ponerlos por obra…

¡Oh Padre Eterno! Por Jesús, por María, por José y Teresa de Jesús dadme gracia ahora y siempre para cumplir en todas las cosas vuestra santísima voluntad. Amen."

 

Padrenuestro, Avemaría y Gloria

 

 

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Sagrado Corazón de Jesús, en vos confío.

Inmaculado Corazón de María, sed la salvación mía.

Glorioso Patriarca san José, ruega por nosotros.

Santos Ángeles Custodios, rogad por nosotros.

Todos los santos y santas de Dios, rogad por nosotros.

 

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¡Querido hermano, si te ha gustado esta meditación, compártela con tus familiares y amigos!

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Ave María Purísima, sin pecado concebida.