martes, 30 de abril de 2024

PREDICE CRISTO EL MARTIRIO DE SAN PEDRO. MIÉRCOLES DE LA IV SEMANA DE PASCUA

 


PREDICE CRISTO EL MARTIRIO DE SAN PEDRO.

 MIÉRCOLES DE LA IV SEMANA DE PASCUA

 

MEDITACIONES PARA EL TIEMPO PASCUAL

DE LA OBRA “VIDA Y DOCTRINA DE JESUCRISTO” DEL P. NICOLÁS AVANCINI

 

ORACIÓN PARA COMENZAR

TODOS LOS DÍAS:

 

Por la señal de la Santa Cruz, de nuestros enemigos, líbranos, Señor, Dios nuestro. En el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.

 

Poniéndonos en la presencia de Dios, adoremos su majestad infinita, y digamos con humildad:

  

 “Omnipotente Dios y Señor y Padre mío amorosísimo, yo creo que por razón de tu inmensidad estás aquí presente en todo lugar, que estás aquí, dentro de mí, en medio de mi corazón, viendo los más ocultos pensamientos y afectos de mi alma, sin poder esconderme de tus divinos ojos.

    Te adoro con la más profunda humildad y reverencia, desde el abismo de mi miseria y de mi nada, y os pido perdón de todos mis pecados que detesto con toda mi alma, y os pido gracias para hacer con provecho esta meditación que ofrezco a vuestra mayor gloria… ¡Oh Padre eterno! Por Jesús, por María, por José y todos los santos enseñadme a orar para conocerme y conoceros, para amaros siempre y haceros siempre amar. Amén.”

 

Se meditan los tres puntos dispuestos para cada día.

 

MIÉRCOLES DE LA IV SEMANA DE PASCUA

PREDICE CRISTO EL MARTIRIO DE SAN PEDRO.

 

1.- Cuando eras joven te ceñías y andabas por donde querías; mas cuando seas viejo, otro te ceñirá y llevará donde tú no quieras (1). Después del triplicado examen del amor, temió Pedro no fuese que así como después de la protesta de morir había negado a Cristo, así no viniese a caer después de la protestación del amor. Cristo, pues, le hace saber que por su amor extendería sus brazos en la cruz. Mientras yo no estoy cierto que otro me ha de crucificar por el amor de Jesús, crucificaré mi carne con sus concupiscencias (2). Y si de otro me viniere alguna mortificación, extenderé mis manos para abrazarla.

2.- Y habiendo dicho esto, le dijo: Sígueme. Volviéndose Pedro, vio al otro Discípulo (3). Profetizó la cruz a Pedro. Enseña cómo se ha de llevar en aquel Sígueme. Ten delante de los ojos mi ejemplo. Por esta causa caemos con la cruz, y la dejamos porque no nos ponemos a Jesús delante. Miraré, pues, al Autor, y consumador Jesús (4). 2. Es llamado Pedro: síguele Juan. El que ama no espera que le manden, sigue a Jesús de suyo, y de grado. ¿Por qué le sigues tú tan lentamente, sino porque le amas con tibieza?

3.- A éste, pues, (a Juan) como viese Pedro, dijo a Jesús: De éste, pues, ¿qué ha de ser? Díjole Jesús: Si Yo quiero que permanezca así hasta que Yo venga, ¿qué te va a ti en eso? Sígueme tú. (5). Es redargüida la curiosidad de Pedro, ¿cuánto mejor lo debe ser la tuya? Indagas las cosas de los otros, lo que se hace en casa, lo que sucede fuera: ¿Qué te va a ti en eso? Registras lo que otros hacen, con quienes, y por cuánto tiempo: ¿Qué te va a ti en eso? Mezclaste en ajenos negocios: ¿Qué te va a ti en eso? Lo que a ti te toca es seguir a Jesús. Atiende a esto solo: lo demás déjalo a Dios.

 

(1) Joan., 21. (2) Gal., 5. (3) Joan., 21. (4) Hebr., 12. (5) Joan., 21.

 

ORACIÓN PARA FINALIZAR

TODOS LOS DÍAS:

Oración del papa Clemente XI

 

Creo, Señor, haz que crea con más firmeza;

espero, haz que espere con más confianza;

amo, haz que ame con más ardor;

me arrepiento, haz que tenga mayor dolor.

 

Te adoro como primer principio;

te deseo como último fin;

te alabo como bienhechor perpetuo;

te invoco como defensor propicio.

 

Dirígeme con tu sabiduría,

átame con tu justicia,

consuélame con tu clemencia,

protégeme con tu poder.

 

Te ofrezco, Señor,

mis pensamientos, para que se dirijan a ti;

mis palabras, para que hablen de ti;

mis obras, para que sean tuyas,

mis contrariedades, para que las lleve por ti.

 

Quiero lo que quieras,

quiero porque quieres,

quiero como lo quieres,

quiero hasta que quieras.

 

Señor, te pido que ilumines mi entendimiento,

inflames mi voluntad,

limpies mi corazón,

santifiques mi alma.

 

Que me aparte de mis pasadas iniquidades, rechace las tentaciones futuras, corrija las malas inclinaciones, practique las virtudes necesarias.

 

Concédeme, Dios de bondad,

amor a ti, odio a mí,

celo por el prójimo

y desprecio a lo mundano.

 

Que sepa obedecer a los superiores,

ayudar a los inferiores,

aconsejar a los amigos

y perdonar a los enemigos.

 

Que venza la sensualidad con la mortificación,

la avaricia con la generosidad,

la ira con la bondad,

la tibieza con la piedad.

 

Hazme prudente en los consejos,

constante en los peligros,

paciente en las contrariedades,

humilde en la prosperidad.

 

Señor, hazme atento en la oración,

sobrio en la comida,

constante en el trabajo,

firme en los propósitos.

 

Que procure tener inocencia interior,

modestia exterior,

conversación ejemplar

y vida ordenada.

 

Haz que esté atento a dominar mi naturaleza,

a fomentar la gracia,

servir a tu ley

y a obtener la salvación.

 

Que aprenda de ti qué poco es lo terreno,

qué grande lo divino,

qué breve el tiempo,

qué durable lo eterno.

 

Concédeme preparar la muerte,

temer el juicio,

evitar el infierno

y alcanzar el paraíso.

 

Por Cristo nuestro Señor. Amén.

 

V/. Regina cæli, lætare; alleluia.

R/. Quia quem meruisti portare; alleluia.

V/. Resurrexit sicut dixit; alleluia.

R/. Ora pro nobis Deum; alleluia.

V/. Gaude et lætare, Virgo Maria; alleluia.

R/. Quia surrexit Dominus vere; alleluia.

 

Oremus:

Deus, qui per resurrectionem Filii tui Domini nostri Iesu Christi mundum lætificare dignatus es, præsta, quæsumus, ut per eius Genetricem Virginem Mariam perpetuæ capiamus gaudia vitæ. Per eundem Christum Dominum nostrum. Amen.

 

Fidélium ánimae per misericordiam Dei requiéscant in pace. R.Amen.

 

***

 

Sagrado Corazón de Jesús, en vos confío.

Inmaculado Corazón de María, sed la salvación mía.

Glorioso Patriarca san José, ruega por nosotros.

Santos Ángeles Custodios, rogad por nosotros.

Todos los santos y santas de Dios, rogad por nosotros.

 

***

¡Querido hermano, si te ha gustado esta meditación, compártela con tus familiares y amigos!

***

Ave María Purísima, sin pecado concebida.