“TODOS”: “TODOS” LOS HOMBRES TIENE
DIGNIDAD DE CRIATURAS
Reflexión diaria del
Compendio de la Doctrina Social de la Iglesia (n. 144-148)
“Dios
no hace acepción de personas”, porque todos los hombres tienen
la misma dignidad de criaturas a su imagen y semejanza. Puesto que en el
rostro de cada hombre resplandece algo de la gloria de Dios, la dignidad de
todo hombre ante Dios es el fundamento de la dignidad del hombre ante los demás
hombres. Esto es, además, el fundamento último de la radical igualdad
y fraternidad entre los hombres, independientemente de su raza, nación, sexo,
origen, cultura y clase.
Sólo el reconocimiento de la dignidad
humana hace posible el crecimiento común y personal de todos. En
las relaciones entre pueblos y Estados, las condiciones de equidad y paridad
son el presupuesto para un progreso auténtico de la comunidad internacional.
Hombre y mujer diferencian
a dos individuos de igual dignidad, que, sin embargo, no poseen una igualdad
estática, porque lo específico femenino es diverso de lo específico masculino.
Esta diversidad en la igualdad es enriquecedora e indispensable para una
armoniosa convivencia humana. La mujer es el complemento del
hombre, como el hombre lo es de la mujer: mujer y hombre se completan
mutuamente, no sólo desde el punto de vista físico y psíquico, sino también
ontológico. Sólo gracias a la dualidad de lo « masculino » y lo « femenino
» se realiza plenamente lo «humano». Es la « unidad de los dos », unidad
relacional, que permite a cada uno experimentar la relación interpersonal y
recíproca como un don que es, al mismo tiempo, una misión: A esta “unidad de
los dos” Dios les confía no sólo la opera de la procreación y la vida de la
familia, sino la construcción misma de la historia.
Las
personas minusválidas son plenamente
humanos, titulares de derechos y deberes y ha de
ser ayudada a participar en la vida familiar y social en todas las dimensiones
y en todos los niveles accesibles a sus posibilidades. En nuestro mundo
funcional e utilitario, es necesario defender y promover con medidas
eficaces y apropiadas los derechos de la persona minusválida.