lunes, 2 de mayo de 2016

EL ROSARIO DE HOY CON SAN ATANASIO DE ALEJANDRïA


Santo Rosario.
Por la señal... 
Monición inicial: 
Celebramos hoy a San Atanasio, obispo de Alejandría, confesor, Doctor de la Iglesia, celebérrimo en santidad y doctrina, en cuya persecución se conjuró casi todo el mundo, defendió victoriosamente la fe católica desde el tiempo de Constantino hasta Valente, contra emperadores, gobernantes e innumerables obispos arrianos, acosado por los cuales insidiosamente, anduvo prófugo de una a otra región, hasta no quedarle en la tierra lugar donde ocultarse.
Confesando la misma fe que San Atanasio en la verdadera divinidad y humanidad de Jesucristo,  acudimos a María, Madre de Dios para que nos conceda siempre perseverar en la fe de los apóstoles.
Señor mío Jesucristo... 
MISTERIOS GOZOSOS
1.- La encarnación del Hijo de Dios en las entrañas purísimas de la Virgen María.
(El Verbo) se hizo hombre, no vino a un hombre. Esto es preciso saberlo, no sea que los herejes se agarren a esto y engañen a algunos, llegando a creer que así como en los tiempos antiguos el Verbo venia a los diversos santos, así también ahora ha puesto su morada en un hombre y lo ha santificado, apareciéndose como en el caso de aquellos. Si así fuera, es decir si sólo se manifestara en un puro hombre, no habría nada paradójico para que los que le veían se extrañaran y dijeran: «¿De dónde es éste?» (Mc 4, 41) y: «Porque, siendo hombre, te haces Dios» (Jn 10, 33). Porque ya estaban acostumbrados a oir: El Verbo de Dios vino a tal o cual profeta. Pero ahora, el Verbo de Dios, por el que hizo todas las cosas, consintió en hacerse Hijo del hombre, y se humilló, tomando forma de esclavo.
2.-La Visitación de Nuestra Señora a su prima santa Isabel.
Dios es bueno: mejor dicho, es la misma fuente de la bondad. Ahora bien, siendo bueno, no puede escatimar nada a nadie. Por esto no escatimó la existencia de nada, sino que a todas las cosas las hizo de la nada por medio de su propia Palabra, nuestro Señor Jesucristo.”
3.-El nacimiento del Niño Dios en el portal de Belén
“el que era Dios desde toda la eternidad y santificaba a aquellos a quienes visitaba, ordenando según la voluntad del Padre todas las cosas, más adelante se hizo hombre por nosotros; y, como dice el Apóstol, hizo que la divinidad habitase en la carne de manera corporal (cf. Col 2, 9); lo cual equivale a decir que, siendo Dios, tuvo un cuerpo propio que utilizaba como instrumento suyo, haciéndose así hombre por nosotros. Por esto se dice de él lo que es propio de la carne, puesto que existía en ella, como, por ejemplo, que padecía hambre, sed, dolor, cansancio, etc., que son afecciones de la carne. Por otra parte, las obras propias del Verbo, como el resucitar a los muertos, dar vista a los ciegos, curar a la hemorroisa, las hacia él mismo por medio de su propio cuerpo. El Verbo soportaba las debilidades de la.carne como propias, puesto que suya era la carne; la carne, en cambio, cooperaba a las obras de la divinidad, pues se hacían en la carne....”
4.-La purificación de Nuestra Señora y presentación del Niño Jesús en el templo
"No hemos de llevar vestidos sucios sobre nuestras conciencias, sino que nos hemos de adornar con vestidos abolutamente limpios para este día de nuestro Señor Jesús, a fin de poder realmente estar en la fiesta con él. Nos vestimos así cuando amamos la virtud y aborrecemos el vicio; cuando guardamos la castidad y evitamos la lujuria; cuando preferimos la justicia a la iniquidad; cuando nos contentamos con las cosas necesarias y nos entregamos más bien a fortalecer nuestra alma; cuando no nos olvidamos de los pobres, sino que estamos determinados a que nuestras puertas estén abiertas para cualquiera; cuando nos esforzamos por humillar nuestro ánimo y detestar la soberbia....
5.- El niño Jesús perdido y hallado en el templo

Nuestra culpa fue la causa de que bajara el Verbo y nuestra transgresión daba voces llamando a su bondad, hasta que logró hacerlo venir a nosotros y que el Señor se manifestara entre los hombres. Nosotros fuimos la ocasión de su encarnación y por nuestra salvación amó a los hombres hasta tal punto que nació y se manifestó en un cuerpo humano.