EL RESTITUIDO A LA VISTA DEFIENDE DELANTE DE LOS FARISEOS LA VERDAD DEL MILAGRO.
SÁBADO DE LA VIGÉSIMA SEMANA
DESPUÉS DE PENTECOSTÉS.
MEDITACIONES
PARA EL TIEMPO DESPUÉS DE PENTECOSTÉS
DE LA OBRA “VIDA Y DOCTRINA DE JESUCRISTO
SACADA DE LOS CUATRO EVANGELISTAS
Y DISTRIBUIDA EN MATERIA DE MEDITACIÓN
PARA TODOS LOS DÍAS” DEL P. NICOLÁS AVANCINI
ORACIÓN PARA COMENZAR
TODOS LOS DÍAS:
Por la señal de la Santa Cruz, de nuestros enemigos, líbranos, Señor, Dios nuestro. En el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.
Poniéndonos en la presencia de Dios, adoremos su majestad infinita, y digamos con humildad:
“Omnipotente Dios y Señor y Padre mío amorosísimo, yo creo que por razón de tu inmensidad estás aquí presente en todo lugar, que estás aquí, dentro de mí, en medio de mi corazón, viendo los más ocultos pensamientos y afectos de mi alma, sin poder esconderme de tus divinos ojos.
Te adoro con la más profunda humildad y reverencia, desde el abismo de mi miseria y de mi nada, y os pido perdón de todos mis pecados que detesto con toda mi alma, y os pido gracias para hacer con provecho esta meditación que ofrezco a vuestra mayor gloria… ¡Oh Padre eterno! Por Jesús, por María, por José y todos los santos enseñadme a orar para conocerme y conoceros, para amaros siempre y haceros siempre amar. Amén.”
Se meditan los tres puntos dispuestos para cada día.
SÁBADO DE LA VIGÉSIMA SEMANA
DESPUÉS DE PENTECOSTÉS.
EL RESTITUIDO A LA VISTA DEFIENDE DELANTE DE LOS FARISEOS LA VERDAD DEL MILAGRO.
1.- Los vecinos decían: ¿No es este el que estaba sentado y pedía limosna (1)? Unos decían que lo era; otros lo negaban. Pero él decía que era el mismo. Preguntábanle: ¿Cómo se te abrieron los ojos? El dice: Jesús hizo lodo, ungió mis ojos y me dijo: Ve a la fuente de Siloé, y lávalos; y fui, y lavé, y veo. ¿A quién atribuye el beneficio? No al lodo, no a su fe, sino a Aquel, de quien viene todo óptimo don (2). En Éste solo está el manantial de los bienes todos. Si los recibes por medio de los hombres, es que ellos son los instrumentos. Dale gracias a Él por ellos.
2.- Llévanle a los fariseos (3). Pregúntanle segunda vez: ¿Cómo has visto? Dicen al ciego: Tú, ¿qué sientes de Él? Llaman a los padres: pregúntanles: ¿Este.es vuestro hijo, el que decís que nació ciego? etc. ¿A dónde va un tan largo examen? .Todo fue consejo de Dios, para hacer patente el milagro para la conversión de muchos. Pero el intento de los hombres era sepultar la fama de Cristo, o calumniarle, porque no guardaba el sábado. ¡Qué pesada es para un envidioso la fama de otro! ¿Acaso lo es para ti la fama de tu prójimo?
3.- Llamaron otra vez al hombre (4). Instan con apariencia de religión, diciéndole: Da a Dios la gloria. Quieren con su autoridad persuadirle, que contra la verdad diga con ellos: Nosotros sabemos que este hombre es pecador. Pero repara la libertad del que le defendía: Sabemos, dice, que Dios no oye a los pecadores. Si este no viniera de Dios, no podía hacer cosa alguna. Aún no conocía que era Dios, y defendía con tanto celo su honra. ¿Qué es lo que haces tú, que por la fe le reconoces por Dios? No teme su autoridad. ¡Con qué facilidad tú dejas por respetos humanos lo bueno! ¡Pasas por las injurias que a Dios se hacen! etc.
(1) Joan., 9. (2) Jac., 1. (3) Joan., 9. (4) Ibid.
ORACIÓN PARA FINALIZAR
TODOS LOS DÍAS:
Os doy gracias, Dios mío, por los buenos pensamientos, afectos y propósitos que me habéis inspirado en este rato de oración…
Todo os lo ofrezco a vuestra mayor honra y gloria… y os pido gracia eficaz para ponerlos por obra…
¡Oh Padre Eterno! Por Jesús, por María, por José y Teresa de Jesús dadme gracia ahora y siempre para cumplir en todas las cosas vuestra santísima voluntad. Amen."
Padrenuestro, Avemaría y Gloria
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Sagrado Corazón de Jesús, en vos confío.
Inmaculado Corazón de María, sed la salvación mía.
Glorioso Patriarca san José, ruega por nosotros.
Santos Ángeles Custodios, rogad por nosotros.
Todos los santos y santas de Dios, rogad por nosotros.
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¡Querido hermano, si te ha gustado esta meditación, compártela con tus familiares y amigos!
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Ave María Purísima, sin pecado concebida.