Santo Rosario.
Por la señal...
Monición
inicial: Se hace hoy memoria en algunos lugares de santa Gema Galgani,
virgen, quien, insigne por la contemplación de la Pasión y por los dolores
soportados con paciencia, a la edad de veinticinco años consumó su angélica
vida el día de Sábado Santo († 1903). Con algunos párrafos de su Diario meditamos
el rosario de hoy.
Señor mío
Jesucristo...
MISTERIOS GLORIOSOS
1.-La
Resurrección del Señor.
“¡Qué
alegría se experimenta al abandonarse totalmente en los brazos de Jesús! ¡Se
está tan bien con Jesús a solas!... El alma fiel se hace hija queridísima de
Jesús y Él le abre los brazos y la estrecha contra su corazón.”
2.- La
Ascensión del Señor
“Un
día, después de la sagrada comunión, pregunté a Jesús por qué no me llevaba al
Paraíso: ‘Hija mía – me contestó -, porque en el tiempo de tu vida te daré
muchas ocasiones de mayor mérito, redoblando en ti el deseo del Cielo y
soportando tú con paciencia la vida’.”
3.- La Venida
del Espíritu Santo sobre los Apóstoles reunidos en torno a la Virgen María
“Ya
estamos en el mes de mayo. Yo pienso, pienso a todas las horas en los grandes
beneficios recibidos de mi Mamá, desde mis primeros años, y toda me corro de
haber mirado con tan poco cariño aquel tierno corazón y aquella mano tan
bondadosa que me los concedían; y mucho más me avergüenzo de haber pagado con
ingratitudes y pecados tales favores..”
4.- La
Asunción de María Santísima a los Cielos
“¡Oh
mi buen Jesús, verdadero Dios, único objeto de mis amores! ¡Oh qué felicidad…
morirme después de recibiros! ¡Oh sí…, morirme en el éxtasis de la Sagrada
Comunión!... ¡Qué ventura tan inefable! ¡Jesús, único amor mío, ven pronto, que
te estoy aguardando!... ¡Dios mío!... os adoro; vuestro amor me está dando la
muerte…, vuestro nombre soberanamente dulce lo tendré siempre en la mente, en
mi corazón y sobre mis labios… ahora y siempre.”
5.- La
Coronación De La Virgen Como Reina Y Señora De Todo Lo Creado.
“Pidiendo
por un pecador: “Jesús, ya que has venido, vuelvo a suplicarte por mi pecador.
Es hijo tuyo y hermano mío, sálvalo, Señor”…. El Señor, queriendo obrar como
justo juez, se oponía a las recomendaciones de su sierva; pero ésta, sin
desanimarse, le decía: “¿Por qué no me escuchas hoy? ¡Has hecho tanto por un
alma sola!.. ¿Y no quieres salvar ésta? ¡Sálvala, Jesús, sálvala! Está bien;
pero Jesús, no hables así. La palabra ‘abandono’ en tu boca, siendo como eres
la misma misericordia, suena tan mal, que no debes decirla. Derramaste tu
sangre sin medida por los pecadores, ¿y quieres ahora medir la cantidad de
nuestros pecados?” El Señor, a fin de mostrar a su sierva los poderosísimos
motivos que tenía para resistir, le manifestó una por una y con sus menores
detalles las culpas de aquel pecador… “Lo sé, Jesús, lo sé. Muchas son sus
faltas, pero más he cometido yo y me perdonaste. Sí, lo confieso, no merezco
que me escuches. Pero te voy a presentar otra intercesora por mi pecador. Es tu
misma Madre quien ruega por él. ¿Dirás ahora que no a tu Mamá? A Ella no le
puedes decir que no. Ya puedes contestar que has perdonado a mi pecador.”…
“Está salvado, está salvado, Jesús, venciste. Triunfa, triunfa siempre y
triunfa así.”