martes, 8 de mayo de 2018

MARIA, VIRGEN DIGNA DE CULTO (8). Beato John Henry Newman


8 de MAYO
Sobre la Inmaculada Concepción (7)
MARIA, 
Virgo Veneranda, 
 VIRGEN DIGNA DE CULTO
Nos servimos generalmente de la palabra venerable, para calificar lo que es viejo. Por esta causa, solo la vejez posee comúnmente aquellas cualidades que mueven a reverencia y veneración.
Un gran rasgo histórico, un carácter noble, la madurez en la virtud, la bondad, la experiencia, mueven al respeto, y estas cualidades no pertenecen ordinariamente a la juventud.
Mas esto deja de ser verdad cuando consideramos a los santos, Para ellos una vida breve es una larga vida. He aquí lo que dice la Sagrada Escritura: “La vejez venerable no es la del tiempo, y no se cuenta por el número de años, sino que la prudencia del hombre suple por las canas, y es edad anciana la vida inmaculada. Si el justo es arrebatado por una muerte prematura, vivirá en el reposo. Con lo poco que vivió, llenó la cartera de una larga vida”.
Un escritor pagano, que nada sabía de los santos, dice que se debe un gran respeto a los niños, porque todavía son inocentes. Este sentimiento aparece difundido y expresado en todos los países, de tal manera que ha ocurrido a veces que la vista de los que no han pecado(es decir de los que por falta de edad suficiente todavía no han podido caer en el pecado mortal) y aun el solo encanto del sonreír de su inocencia, han sido bastantes para turbar a hombres miserables, que se dispone a cometer algún crimen, y para detenerles por un temor saludable, que les ha conducido, sino al arrepentimiento, a lo menos a la renuncia de sus culpables designios.
Y pasando de nuestra bajeza al Altísimo, ¿Qué diremos del Eterno Padre, sino que precisamente porque es eterno, es siempre joven, sin comienzos, y por esta causa sin mudanzas, y que, en la perfección y en la plenitud de sus atributos incomprensibles es ahora exactamente el que era hace un millón de años? Con verdad se le llama en la Escritura “Anciano de días”, y por esto mismo es infinitamente venerable. Luego para ser venerable no tiene necesidad alguna de edad, ni nada posee de aquellos atributos humanos y de aquellos títulos materiales que los escritores sagrados le prestan de una manera figurada, para hacernos sentir en su presencia aquel profundo abatimiento y aquel respetuoso temor, que su sola idea debería siempre inspirarnos.
Lo mismo se diga de la Madre de Dios, en la medida que una criatura puede ser semejante al Creador. Su inefable pureza y su entera inmunidad de la sombra del más leve pecado, su Inmaculada Concepción, su virginidad perpetua, todas sus prerrogativas (a pesar de su extremada juventud en el momento en que Gabriel le fue enviado), son de tal naturaleza, que han de hacernos exclamar, con una mezcla de alegría y de temor, empleando las palabras proféticas de la Escritura: “¡Tú eres la gloria de Jerusalén y el gozo de Israel! ¡tú eres el honor de nuestro pueblo! Por esto, la mano del Señor te ha robustecido, y eres bendita para siempre.
Beato John Henry Newman
Transcripto por gentileza de Dña. Ana María Catalina Galvez Aguiló