XIV
DOMINGO DESPUÉS DE PENTECOSTÉS
FORMA
EXTRAORDINARIA DEL RITO ROMANO
En
aquel tiempo: Dijo Jesús a sus discípulos: Nadie puede servir a dos señores,
porque o aborrecerá al uno y amará al otro, o al uno sufrirá y al otro
despreciará. No podéis servir a Dios y a las riquezas. Por tanto os digo: No os
inquietéis por vuestra vida, qué comeréis, ni por vuestro cuerpo, con qué os
vestiréis. ¿No es más el alma que la comida, y el cuerpo más que el vestido?
Mirad las aves del cielo cómo no siembran, ni siegan, ni tienen graneros; y
vuestro Padre celestial las alimenta. Pues ¿no valéis vosotros mucho más que
ellas? ¿Quién de vosotros, a fuerza de discurrir, puede añadir un codo a su
estatura? y ¿por qué inquietaros por el vestido? Observad cómo crecen los
lirios del campo; no trabajan, ni hilan. Y, sin embargo, yo os digo que ni
Salomón en toda su gloria llegó a vestirse como uno de estos lirios. Pues si al
heno del campo, que hoy es y mañana se echa al horno, Dios así viste, ¿cuánto
más a vosotros, hombres de poca fe? No os preocupéis, pues, diciendo: ¿Qué
comeremos, o qué beberemos, o con qué nos cubriremos? Por estas cosas se afanan
los paganos. Mas sabe vuestro .Padre celestial que las necesitáis. Buscad,
pues, primero el reino de Dios y su justicia; y todo lo demás se os dará por
añadidura.
Mt.
6, 24-33