AMOR
Y TEMOR
El remedio que tenemos y nos
dio Su Majestad, es amor y temor: el amor nos hará apresurar los pasos; el
temor nos hará ir mirando dónde ponemos los pies para no caer en el camino por
el que caminamos todos los que vivimos, donde hay tantos peligros en que tropezar
(C 40, 1-2).