MISTERIOS LUMINOSOS
Monición inicial:
Cercana ya el
Sagrado Triduo Pascual, la Iglesia nos invita a recoger nuestros sentidos e
introducirnos en los momentos culminantes de nuestra redención, uniéndonos
íntimamente a nuestro Señor Jesucristo y a su Madre y madre nuestra, la Virgen
Dolorosa.
Al contemplar
los misterios luminosos, hemos de fijarnos en la resistencia y el rechazo en
aceptar a Jesús a pesar de realizar signos y milagros.
Señor mío Jesucristo...
1.-El Bautismo del Señor en el Jordán
“Que cuantos fueron una vez
iluminados, gustaron el don celestial y fueron hechos partícipes del Espíritu
Santo, saborearon las buenas nuevas de
Dios y los prodigios del mundo futuro, y a pesar de todo cayeron, se renueven
otra vez mediante la penitencia, pues crucifican por su parte de nuevo al Hijo
de Dios y le exponen a pública infamia.” Hb 6, 4-6
2.-El Milagro de las Bodas de Cana
“Tengan todos en gran honor el
matrimonio, y el lecho conyugal sea inmaculado; que a los fornicarios y adúlteros
los juzgará Dios.” Hb 13, 4
3.- El anuncio del Reino invitando a la conversión.
“Temamos, pues; no sea que,
permaneciendo aún en vigor la promesa de entrar en su descanso, alguno de
ustedes parezca llegar rezagado. También nosotros hemos recibido una buena
nueva, lo mismo que los que salieron de
Egipto. Pero la palabra que oyeron no aprovechó nada a aquellos que no
estaban unidos por la fe a los que escucharon.” Hb
4, 1-2
4.-La Transfiguración del Señor
“Por tanto, hermanos santos,
partícipes de una vocación celestial, consideren al apóstol y Sumo Sacerdote de
nuestra fe, a Jesús, que es fiel al que le instituyó, como lo fue también
Moisés en toda su casa; pero Cristo lo fue como hijo, al frente de su propia
casa, que somos nosotros, si es que mantenemos la entereza y la gozosa
satisfacción de la esperanza.” Hb 3, 1-2.6
5.- La Institución de la Eucaristía
“Nosotros que recibimos un reino
inconmovible, hemos de mantener la gracia y, mediante ella, ofrecer a Dios un
culto que le sea grato, con religiosa piedad y reverencia, pues nuestro Dios es
fuego devorador.” Hb 12, 28