No deben poner la confianza en sí mismas para estas cosas
que están muy por encima de su poder, pero pueden esperarlo todo del
socorro de la Santísima Virgen bajo cuya protección se han puesto: y
para merecerlo se esforzaran en aumentar cada día su devoción hacia ella, acordándose
que la mejor manera de honrarla es imitar las virtudes que Ella practicó
en grado eminente. La tendrán por patrona, y en su honor celebrarán
el día de la Presentación.