DÍA VIGÉSIMO SEGUNDO
El Sagrado Corazón de Jesús quiere unirse a nosotros
MES DE JUNIO
EN HONOR AL SAGRADO CORAZÓN DE JESÚS
CON SANTA MARGARITA MARÍA DE ALACOQUE
ORACIÓN PARA COMENZAR
TODOS LOS DÍAS:
Por la señal de la Santa Cruz, de nuestros enemigos, líbranos, Señor, Dios nuestro. En el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.
Poniéndonos en la presencia de Dios, adoremos su majestad infinita, y digamos con humildad:
OFRECIMIENTO AL PADRE ETERNO.
Oración de Santa Margarita María Alacoque
Padre eterno, permitid que os ofrezca el Corazón de Jesucristo, vuestro Hijo muy amado, como se ofrece Él mismo, a Vos en sacrificio. Recibid esta ofrenda por mí, así como por todos los deseos, sentimientos, afectos y actos de este Sagrado Corazón. Todos son míos, pues Él se inmola por mí, y yo no quiero tener en adelante otros deseos que los suyos. Recibidlos para concederme por sus méritos todas las gracias que me son necesarias, sobre todo la gracia de la perseverancia final. Recibidlos como otros tantos actos de amor, de adoración y alabanza que ofrezco a vuestra Divina Majestad, pues por el Corazón de Jesús sois dignamente honrado y glorificado. Amén.
Se meditan los textos dispuestos para cada día.
DÍA VIGÉSIMO SEGUNDO
El Sagrado Corazón de Jesús quiere unirse a nosotros
MEDITACIÓN
Punto Primero. El ejercicio del amor divino lo reduce todo a la unidad. El Corazón amante, sólo tiene un pensamiento, un deseo, un suspiro, amar y convertirlo todo en amor. Sus obras todas sólo son amor, su descanso, amar y su única suavidad, amar en el padecer. Estos son los efectos más evidentes, del amor divino, el cual, en entrando en un corazón, se enseñorea que de él, de tal modo, que no le deja por decirlo así descanso. Si esto hace el amor en el corazón de una pura criatura ¿qué no hará en la fuente y manantial de dónde procede, en el Sagrado Corazón de Jesús? ¡Por eso suspira con tan profundo dolor, por eso lanza tan dolorosas quejas, por eso su vida es toda unidad y concordia, y por eso se ve, que como todas sus operaciones son amor, se ejecutan con aquel sosiego y silencio admirables! ¡Oh Corazón enamorado de los hombres! ¡Oh amor tan poderoso sobre el Corazón de un Dios! Unión, silencio, amor, tomad posesión para siempre del más pobre de todos los corazones.
Punto Segundo. Después de haber visto la unidad que establece el amor y como apagando toda multiplicidad, queda Él como el único móvil de todo, sigamos lo que sobre esto mismo nos dice el deífico Corazón de Jesús, por medio de su humilde y predilecta Margarita: «No pienses ni te ocupes más, que en amarme con perfección. Que mi amor sea el objeto de todos tus pensamientos y de todos tus deseos, y que esta ocupación de amor te haga digna de amarme cada día más» ¡Oh qué palabras tan consoladoras! Todo pues consiste en amar quién nos podrá impedir, por lo tanto, dar al Sagrado Corazón de Jesús la gloria que espera de nosotros. Amemos sin decir nunca basta, glorifiquemos a este amante y deifico Corazón, de la manera que Él quiere ser glorificado; y después, viendo que tan poca cosa podemos, exclamemos más con el corazón que con la lengua: ¡oh amor! ¡oh Corazón de mi Jesús, amaos en mí y por mí, pues sólo así os amaré dignamente!
Jaculatoria. Amemos Señor y viva sólo para Vos.
Oración para unirse a nuestro Señor en el momento de la Consagración de la santa misa
Dulce Jesús mío, yo uno mi alma a la vuestra, mi corazón y mi espíritu, mi vida, mis intenciones a las vuestras y así unida me presento a vuestro Padre. Recibidme ¡oh Padre eterno! por los méritos de vuestro divino Hijo que os ofrezco con el sacerdote y toda la Iglesia. No me miréis ya más que como escondida en sus llagas, cubierta con su sangre y cargada con sus méritos. Así es como me presento a Vos, a fin de que no me arrojéis de vuestra presencia, y me recibáis en los brazos de vuestra paternal bondad, concediéndome la gracia de mi salvación.
¡Oh Dios mío! yo os doy gracias por todos vuestros beneficios, por vuestra pasión y muerte, por la institución de vuestros sacramentos, sobre todo por el Sacramento del Altar.
PARA FINALIZAR
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Sagrado Corazón de Jesús, en vos confío.
Inmaculado Corazón de María, sed la salvación mía.
Glorioso Patriarca san José, ruega por nosotros.
Santos Ángeles Custodios, rogad por nosotros.
Santa Margarita María de Alacoque, ruega por nosotros.
Todos los santos y santas de Dios, rogad por nosotros.
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Ave María Purísima, sin pecado concebida.