MES Y NOVENA EN HONOR
A LA VIRGEN DEL CARMEN
ORACION PARA COMENZAR
Y FINALIZAR CADA DÍA
MES DE JULIO EN HONOR
A LA VIRGEN DEL CARMEN
Por la señal de la santa Cruz, de nuestros enemigos, líbranos, Señor, Dios nuestro. En el nombre del Padre, y del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.
Oración inicial
Oh Virgen María, Madre de Dios y Madre también de los pecadores, y especial Protectora de los que visten tu sagrado Escapulario; por lo que su divina Majestad te engrandeció, escogiéndote para verdadera Madre suya, te suplico me alcances de tu querido Hijo el perdón de mis pecados, la enmienda de mi vida, la salvación de mi alma, el remedio de mis necesidades, el consuelo de mis aflicciones y la gracia especial que pido en este ejercicio consagrado a vuestra devoción, si conviene para su mayor honra y gloria, y bien de mi alma: que yo, Señora, para conseguirlo me valgo de vuestra intercesión poderosa, y quisiera tener el espíritu de todos los ángeles, santos y justos a fin de poder alabarte dignamente; y uniendo mis voces con sus afectos, te saludo una y mil veces, diciendo:
3 Avemarías
A continuación se lee el relato tomado de la obra “Prodigios del Escapulario” del P. Rafael María López-Melús. Del 7 al 15 de julio se añade la oración propia de cada día de la novena.
1 de julio
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“Prodigios del Escapulario” del P. Rafael María López-Melús.
En septiembre de 1957 en la Villa de Leiva (Colombia), donde se venera con amor a la Virgen del Carmen, estaba escrito el siguiente gran favor. Para dar autenticidad al relato, lo firmaban Rogelio Pulido y Mercedes Avendaño, padres de la pequeña favorecida.
Estos sencillos campesinos de Sotaquirá (Boyacá) son padres de dos hijas: Otilia de once años y Adela de cuatro.
Las dos niñas fueron a casa de un pariente, Gabriel Calderón, que moraba al otro lado del río Chicamocha. Al tratar de pasar Adela por sobre una vara, se resbaló con tan mala fortuna que vino a caer al torrentoso río. Al instante Otilia, aterrada de lo ocurrido, comenzó a dar gritos desesperados, pidiendo auxilio.
Al tener la primera noticia del infortunio, dice el padre de la niña: "De todo corazón pedí a la Virgen del Carmen que favoreciera y conservara la vida a la pequeña.
Inmediatamente bajé al río, en cuyas orillas se había agolpado mucha gente, sin que nadie se atreviera a tirarse al agua para ver de salvar a la inocente criatura, pues el río estaba bastante caudaloso y por consiguiente el temor de ser arrastrado detenía pasmadas y como petrificadas las gentes a lo largo de las márgenes del Chicamocha".
Caso curioso: la niña, arrastrada por la impetuosa corriente como unos 581 metros, iba flotando por encima de las aguas, al parecer plácidamente dormida, boca arriba y con los bracitos extendidos.
En un ímpetu de heroísmo, Gabriel Calderón se lanzó al agua, logrando sacar a Adelita. Todos la creíamos muerta. Pero al poco tiempo, movió ligeramente las manos, lo que probó que aún vivía, comenzando después a volver en sí poco a poco.
Hoy gracias a Dios y a la Virgen del Carmen, tenemos a la niña sana y salva en nuestro hogar. Este hecho prodigioso ocurrió el 4 de septiembre de 1957.
Oración final para todos los días
Infinitas gracias os damos, soberana Princesa, por los favores que todos los días recibimos de vuestra benéfica mano; dignaos, Señora, tenernos ahora y siempre bajo vuestra protección y amparo; y para más obligaros, os saludamos con una Salve:
Dios te salve, Reina y Madre de misericordia, vida, dulzura y esperanza nuestra, Dios te salve. A Ti llamamos los desterrados hijos de Eva, a Ti suspiramos, gimiendo y llorando en este valle de lágrimas. Ea, pues, Señora abogada nuestra, vuelve a nosotros esos tus ojos misericordiosos, y después de este destierro muéstranos a Jesús, fruto bendito de tu vientre. ¡Oh clementísima! ¡Oh piadosa! ¡Oh dulce Virgen María! Ruega por nosotros, Santa Madre de Dios. Para que seamos dignos de alcanzar las promesas de Nuestro Señor Jesucristo. Amén.
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Querido hermano comparte este ejercicio con tus familiares y amigos para que muchos conozcan y amen a la Virgen.
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Nuestra Señora del Carmen, ruega por nosotros.
Ave María Purísima, sin pecado concebida.