DÍA NUEVE.
Estado del alma después de la muerte.
BREVES MEDITACIONES SOBRE LOS NOVÍSIMOS
P. Juan Pedro Pinamonte, S.I.
y oración por los difuntos
ORACIÓN INCIAL
Por la señal…
Pongámonos en la presencia de Dios y adoremos su Divina Majestad.
Oh Dios mío, que condenándonos a la muerte, nos habéis ocultado el momento y la hora, haced que viviendo santamente todos los días de nuestra vida, merezcamos una muerte dichosa, abrasados en vuestro divino amor.
Haced que la meditación de las verdades últimas de la existencia del hombre sobre la tierra, nos sirvan de estímulo para arrepentirnos y detestar el pecado, y resolvernos a vivir y practicar la virtud.
Por los méritos de Nuestro Señor Jesucristo, que vive y reina con Vos, en unidad del Espíritu Santo, por los siglos de los siglos. Amén.
Se leen los puntos para cada día.
DÍA NUEVE.
Estado del alma después de la muerte.
1.- Dada la sentencia, si fuere de Gloria, luego el alma rica de dones, y de virtudes, irá con grande fiesta acompañada de los Santos Ángeles. ¿Quién podrá comprender, que alegría será esta?
2.- Si la sentencia fuere de pena eterna, despojada el alma de todos dones, y virtudes, será luego arrebatada de los demonios al Infierno. Oh qué horrorosa pena a la primera experiencia de aquellas llamas.
3.- Una de estas dos sentencias debe infaliblemente darse a cada uno. ¿Cuál, de las dos me tocará á mí?
FRUTO.
Esta tarde después del examen de la conciencia, haced reflexión sobre vuestra vida pasada, y considerad, que sentencia habéis merecido hasta ahora, y cual mereceríais, si se os hubiese de dar antes de acostaros. Un Pater noster, y tres Gloria Patri á la Santísima Trinidad, con la frente en tierra.
PARA FINALIZAR
Por el eterno descanso de los difuntos y las benditas almas del purgatorio:
Pater noster…
V/ . Libra, Señor, sus almas.
R/. De las penas del infierno.
V/. Descansen en paz.
R/. Amén.
V/. Señor, escucha mi oración.
R/. Y llegue a ti mi clamor.
V/ . El Señor esté con vosotros.
R/. Y con tu espíritu.
Oremos:
Oh Dios, que otorgas el perdón y buscas la salvación de los hombres, pedimos a tu clemencia por la intercesión de la Bienaventurada Virgen María y de todos tus santos, para las almas de tus siervos que han salido de este mundo, la gracia de tener parte en la beatitud eterna: principalmente para las almas de mis familiares, amigos y bienhechores difuntos, y de aquellas más necesitadas y olvidadas. Por Jesucristo Nuestro Señor. Amén.
V/. Concédeles, Señor, el descanso eterno.
R/. Y brille sobre ellos la luz eterna.
V/. Descansen en paz.
R/. Amén.
V/. Por la misericordia de Dios y la intercesión de la Virgen María las almas de todos los fieles difuntos descansen en paz.
R/. Amén.