jueves, 3 de octubre de 2024

ENSEÑA CRISTO PÚBLICAMENTE EN EL TEMPLO. VIERNES DE LA DECIMONOVENA SEMANA DESPUÉS DE PENTECOSTÉS.

 


ENSEÑA CRISTO PÚBLICAMENTE EN EL TEMPLO.

VIERNES DE LA DECIMONOVENA SEMANA

DESPUÉS DE PENTECOSTÉS.

 

MEDITACIONES

PARA EL TIEMPO  DESPUÉS DE PENTECOSTÉS

DE LA OBRA “VIDA Y DOCTRINA DE JESUCRISTO

SACADA DE LOS CUATRO EVANGELISTAS

Y DISTRIBUIDA EN MATERIA DE MEDITACIÓN

PARA TODOS LOS DÍAS” DEL P. NICOLÁS AVANCINI

 

ORACIÓN PARA COMENZAR

TODOS LOS DÍAS:

 

Por la señal de la Santa Cruz, de nuestros enemigos, líbranos, Señor, Dios nuestro. En el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.

 

Poniéndonos en la presencia de Dios, adoremos su majestad infinita, y digamos con humildad:

  

 “Omnipotente Dios y Señor y Padre mío amorosísimo, yo creo que por razón de tu inmensidad estás aquí presente en todo lugar, que estás aquí, dentro de mí, en medio de mi corazón, viendo los más ocultos pensamientos y afectos de mi alma, sin poder esconderme de tus divinos ojos.

    Te adoro con la más profunda humildad y reverencia, desde el abismo de mi miseria y de mi nada, y os pido perdón de todos mis pecados que detesto con toda mi alma, y os pido gracias para hacer con provecho esta meditación que ofrezco a vuestra mayor gloria… ¡Oh Padre eterno! Por Jesús, por María, por José y todos los santos enseñadme a orar para conocerme y conoceros, para amaros siempre y haceros siempre amar. Amén.”

 

Se meditan los tres puntos dispuestos para cada día.

VIERNES DE LA DECIMONOVENA SEMANA

DESPUÉS DE PENTECOSTÉS.

ENSEÑA CRISTO PÚBLICAMENTE EN EL TEMPLO.

 

1.- Él subió el día festivo. Los judíos, pues, le buscaban (para matarle), y preguntaban: ¿dónde está aquél (1)? Ni se dignan de nombrarle por su nombre propio. Tan despreciable se hizo por ti Jesús. Y la turba hablaba de Él muchas cosas. Porque hacía bienes, recibía males. Tú, después de haber hecho obras muy excelentes, no esperes del mundo otra cosa. Algunos (mas ¡qué pocos!) decían que es bueno. Otros (¡qué muchos!) decían: No, que engaña a las turbas. Tú, si vas por camino derecho, has de aguantar juicios torcidos. Pero ninguno de los que bien sentían, hablaba de Él a las claras por miedo de los judíos. ¡Cuánto puede contigo el miedo y respeto de los hombres! ¡Oh que dicha si Dios es el que prevalece en ti!

2.- Mediado ya el tiempo de la fiesta, subió Jesús al templo, y enseñaba (2). No en los primeros días, por ceder al furor de los judíos, que entonces estaba más ardiente; pero subió después que se templó algo. Aprende a ceder con prudencia al ver a tu prójimo alterado, a no hacer cosa temerariamente; pero también a no dejarla con timidez. Y se admiraban los judíos de su doctrina, pero sin fruto. Tú eres de los de este género. Oyes y lees muchas cosas, apruébalas con tu juicio; pero no con juicio práctico. Porque rehúsas ejecutar lo que con el entendimiento alabas. Según la medida de tu conocimiento serás juzgado algún día.

3.- ¿Por ventura Moisés no os dio la ley, y ninguno de vosotros la practica? ¿Por qué me buscáis para matarme (3)? ¡Grave reprensión! Témela tú de la boca de Jesús, no sea que diga: ¿Acaso no te di ley? Mas tú no la cumples. Respondió la turba: Tú estás endemoniado. ¿A quién dice esto? al Hijo de Dios. ¿No te horrorizas? Y con todo el Hijo de Dios calla cuando a aquellos blasfemos podía confundirlos con verdades. ¡Qué injurias no retornarías tú por tal injuria! Aprenda a sufrir el gusano lo que aguantó Dios.

 

(1) Joan., 7. (2) Ibid. (3) Joan., 7.

 

ORACIÓN PARA FINALIZAR

TODOS LOS DÍAS:

Os doy gracias, Dios mío, por los buenos pensamientos, afectos y propósitos que me habéis inspirado en este rato de oración…

Todo os lo ofrezco a vuestra mayor honra y gloria… y os pido gracia eficaz para ponerlos por obra…

¡Oh Padre Eterno! Por Jesús, por María, por José y Teresa de Jesús dadme gracia ahora y siempre para cumplir en todas las cosas vuestra santísima voluntad. Amen."

 

Padrenuestro, Avemaría y Gloria

 

 

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Sagrado Corazón de Jesús, en vos confío.

Inmaculado Corazón de María, sed la salvación mía.

Glorioso Patriarca san José, ruega por nosotros.

Santos Ángeles Custodios, rogad por nosotros.

Todos los santos y santas de Dios, rogad por nosotros.

 

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¡Querido hermano, si te ha gustado esta meditación, compártela con tus familiares y amigos!

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Ave María Purísima, sin pecado concebida.