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viernes, 20 de septiembre de 2024

EL DESEO DE SAN PEDRO EN LA TRANSFIGURACIÓN DE CRISTO. SÁBADO DE LA DECIMOSÉPTIMA SEMANA DESPUÉS DE PENTECOSTÉS.

 


EL DESEO DE SAN PEDRO EN LA TRANSFIGURACIÓN

DE CRISTO.

SÁBADO DE LA DECIMOSÉPTIMA SEMANA

DESPUÉS DE PENTECOSTÉS.

 

MEDITACIONES

PARA EL TIEMPO  DESPUÉS DE PENTECOSTÉS

DE LA OBRA “VIDA Y DOCTRINA DE JESUCRISTO

SACADA DE LOS CUATRO EVANGELISTAS

Y DISTRIBUIDA EN MATERIA DE MEDITACIÓN

PARA TODOS LOS DÍAS” DEL P. NICOLÁS AVANCINI

 

ORACIÓN PARA COMENZAR

TODOS LOS DÍAS:

 

Por la señal de la Santa Cruz, de nuestros enemigos, líbranos, Señor, Dios nuestro. En el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.

 

Poniéndonos en la presencia de Dios, adoremos su majestad infinita, y digamos con humildad:

  

 “Omnipotente Dios y Señor y Padre mío amorosísimo, yo creo que por razón de tu inmensidad estás aquí presente en todo lugar, que estás aquí, dentro de mí, en medio de mi corazón, viendo los más ocultos pensamientos y afectos de mi alma, sin poder esconderme de tus divinos ojos.

    Te adoro con la más profunda humildad y reverencia, desde el abismo de mi miseria y de mi nada, y os pido perdón de todos mis pecados que detesto con toda mi alma, y os pido gracias para hacer con provecho esta meditación que ofrezco a vuestra mayor gloria… ¡Oh Padre eterno! Por Jesús, por María, por José y todos los santos enseñadme a orar para conocerme y conoceros, para amaros siempre y haceros siempre amar. Amén.”

 

Se meditan los tres puntos dispuestos para cada día.

SÁBADO DE LA DECIMOSÉPTIMA SEMANA

DESPUÉS DE PENTECOSTÉS.

EL DESEO DE SAN PEDRO EN LA TRANSFIGURACIÓN

DE CRISTO.

 

1.- Pedro, pues, dijo a JESUS: Señor, buena cosa es que nos estemos aquí (1). Pone aquí el modelo de un alma que funda sus acciones en los espirituales consuelos. Entonces piensa que le va bien cuando goza de ellos; pero vuelve atrás en el tiempo de la tribulación (2), y huye con Pedro, desamparando al Señor. Tales son todos tus deseos. Querrías la virtud; pero quisieras que fuese dulce y suave, no áspera y difícil. Pondera cuán imprudente es este deseo. Si penetraste bien la naturaleza de la virtud, verás que toda ella está puesta en lo que es árduo.

2.- Hagamos aquí tres tabernáculos: uno para ti, otro para Moisés, otro para Elías (3); ¿A dónde, Pedro? ¿aquí en las delicias, aunque espirituales, que, aunque tales, se disuelven como la nieve con el sol? Sea en buena hora, que por un poco aquí estemos. ¿Mas es bueno fijar de asiento las tiendas, para vivir en ellas siempre? ¿Qué es lo que dices? Con verdad no sabía lo que decía. Si es culpado Pedro por querer estar de asiento en los gustos espirituales, ¿qué será de ti, que estás pegado tanto a los carnales de tus comodidades, etc.?

3.- Hablando, pues, él esto, vino una nube, y los dejó entre sombras (4), Cuando Pedro está lleno de placer inmoderado, cuando trata de establecer en aquel sitio su morada, repara como es privado en un momento de toda la materia de su gozo. Entiende por aquí lo que hay de solidez en la devoción sensible, o en los consuelos que en un momento te dejan; y si en esto pones el cimiento de tu virtud; caerás sin duda. Si es tan bueno y seguro gozar de estos espirituales deleites, ¿por qué razón cuando sobreviene alguna pequeña nube de tribulación (la que es preciso que venga muchas veces) se anubla luego tu alma con tristeza, tedio, flojedad, etc.? En otra parte, pues, has de fijar tu morada.

 

(1) Matth., 17. (2) Luc., 8. (3) Matth., 17. (4) Luc., 9.

 

ORACIÓN PARA FINALIZAR

TODOS LOS DÍAS:

Os doy gracias, Dios mío, por los buenos pensamientos, afectos y propósitos que me habéis inspirado en este rato de oración…

Todo os lo ofrezco a vuestra mayor honra y gloria… y os pido gracia eficaz para ponerlos por obra…

¡Oh Padre Eterno! Por Jesús, por María, por José y Teresa de Jesús dadme gracia ahora y siempre para cumplir en todas las cosas vuestra santísima voluntad. Amen."

 

Padrenuestro, Avemaría y Gloria

 

 

***

Sagrado Corazón de Jesús, en vos confío.

Inmaculado Corazón de María, sed la salvación mía.

Glorioso Patriarca san José, ruega por nosotros.

Santos Ángeles Custodios, rogad por nosotros.

Todos los santos y santas de Dios, rogad por nosotros.

 

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¡Querido hermano, si te ha gustado esta meditación, compártela con tus familiares y amigos!

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Ave María Purísima, sin pecado concebida.