Meditación XXVIII
Jesús en Nazaret crecía en gracia, en sabiduría y en edad, delante de Dios y de los hombres.
VIVA JESÚS!
Ó SEA
MEDITACIONES
SOBRE
LA INFANCIA Y VIDA OCULTA DE JESUCRISTO
San Enrique de Ossó, presbítero
Oración preparatoria
para antes de la meditación.
Señor mío Jesucristo, Dios y hombre verdadero, en quien creo y espero, a quien adoro y amo con todo mi corazón y me pesa de haberos ofendido, por ser bondad infinita, a Vos consagro este cuarto de hora de oración para que me deis gracia eficaz para conocerme y conoceros, amaros siempre más que todos los corazones, y haceros amar por todos. ¡Oh Padre eterno, oh María Inmaculada! dadme a conocer a vuestro Hijo Jesús, señor san José y santa Teresa de Jesús, descubrid a mi alma los encantos y perfecciones de vuestro Jesús, para enamorarme de sus bondades y hermosura, y ser toda de Jesús ahora y siempre. Amén.
Composición de lugar.
Imagina que se te presenta el divino Niño Jesús bajo la forma agraciada de pastorcillo de las almas, que tiene en su mano la marca que dice: ¡Viva Jesús! Imagínate tú, su ovejuela, hasta hoy descarriada, postrada a sus pies, convertida y desengañada, y que le pides que te marque por suya y grabe en tu exterior, y en lo más íntimo del corazón: Viva Jesús mi amor: soy toda de Jesús mi Redentor.
***
Meditación XXVIII
Jesús en Nazaret crecía en gracia, en sabiduría y en edad, delante de Dios y de los hombres.
Punto primero. El Hijo de Dios, que bajó del cielo a la tierra y se vistió de nuestra naturaleza para traer a sí todos los corazones, quiso aparecer en este mundo a los hombres en todas las formas más amables para cautivarles su amor. Infante tierno… niño agraciado…adolescente hermosísimo… joven gallardo… varón fuerte… He ahí la escala de la vida que recorre Jesús para satisfacer todos los gustos. Si no amas a Jesús tierno infante por tu amor, ámale al menos porque se hizo niño agraciado, joven hermoso, varón esforzado por ti. No puedes negarle tu amor. ¿Te roba el corazón un infante hermoso con sus caricias? pues ahí tienes a Jesús, infante el más hermoso por tu amor. ¿Te enamora un niño cariñoso? pues ahí tienes a Jesús Niño que te acaricia con infinito amor… ¿Se te va el corazón tras un joven gallardo? Pues ahí tienes a Jesús, el joven más amable que han admirado los siglos. ¿Tu corazón, por fin, se inclina a amar y confiar en las virtudes que resplandecen en un varón perfecto? pues Jesús se te presenta en la plenitud de la edad, lleno de gracia, sabiduría y verdad delante de Dios y de los hombres. ¿Podrás, pues, negar a Jesús la más mínima parte de tu amor? ¿No amarás con todo tu corazón a tan amable Salvador, hija o hijo mío?... Si encuentras otra persona más digna que Jesús de tu amor, ya te doy permiso para que le ames más que al divino Jesús… Mas es imposible que le halles… Por eso ama a Jesús más que a todas las criaturas, y a estas ámalas con Jesús, en Jesús y por Jesús. Viva Jesús mi amor.
Punto segundo. ¿Puede decirse de ti, hija o hijo mío, con verdad, como del Niño Jesús que a medida que creces en edad creces en gracia y en virtud? ¡Dichosa tú si tal hicieres! Si en tu corazón vas disponiendo ascensiones que cada día te acerquen más a tu Jesús por la imitación de sus virtudes, entonces sí que vivirá Jesús en ti hasta que llegues a la plenitud de la edad y medida de Cristo, como dice el apóstol. Más ¡ay!, ¡cuánto temo de tu inconstancia y flaqueza que, a medida que avances en edad, no crezcas en gracia y virtud como Jesús, sino que se arraiguen más profundamente los vicios en tu corazón!... Examina, atentamente, tu corazón…; ahora que eres jovencita puedes vencer fácilmente tu pasión dominante… corregir tu genio… domar tus desordenados apetitos… Más ¡ay de ti si no trabajas por vencerte a ti misma!, ¡ay de ti si te descuidas! crecerás, y con la edad la costumbre se hará una segunda naturaleza, y con grandísima dificultad podrás después arrancar de raíz el árbol crecido de una mala pasión… Ahora, pues, que es tiempo, no consientas, hijo o hija mía, que ningún vicio eche raíces en tu corazón… solo el amor de Jesús ha de reinar en él…, los otros amores son indignos de un corazón generoso. Corta, pues, arranca sin piedad todo afecto que no grite: Viva Jesús, soy de Jesús… ¡Oh Jesús mío! Tú solo serás el Rey de mi corazón; quiero como Tú crecer en gracia, sabiduría y edad para atraer con los encantos que me comunique tu gracia miles de corazones a tu servicio y amor. Ayúdame contra mis malas pasiones, porque soy toda tuya. ¡Oh mi Jesús! Viva, viva Jesús.
Fruto. Examinaré con sumo cuidado cuál es el vicio o la pasión que me domina, y traeré examen particular todos los días hasta sujetarla al servicio de Jesús. ¡Viva Jesús mi amor!
Padre nuestro y la oración final.
Oración final para todos los días.
Os doy gracias, Jesús de mi corazón, por el conocimiento y amor de Vos que me habéis comunicado en este cuarto de hora de oración, y por los santos propósitos que me habéis inspirado para conoceros y amaros y haceros conocer y amar de otros corazones… Os lo ofrezco todo a vuestra mayor honra y gloria… ¡Oh Padre eterno! Por María, por José y Teresa de Jesús, dadme gracia para decir siempre con toda verdad: Viva Jesús mi amor; soy toda de Jesús en vida, en muerte y por toda la eternidad. Amén.
***
Sagrado Corazón de Jesús, en vos confío.
Inmaculado Corazón de María, sed la salvación mía.
Glorioso Patriarca san José, ruega por nosotros.
Santos Ángeles Custodios, rogad por nosotros.
San Enrique de Ossó, ruega por nosotros.
Todos los santos y santas de Dios, rogad por nosotros.
***
¡Querido hermano, si te ha gustado esta meditación, compártelo con tus familiares y amigos!
*
Ave María Purísima, sin pecado concebida.