Viernes de la II semana de Cuaresma
Comentarios al Evangelio
de la Catena Aurea de Santo Tomás de Aquino
Mateo
21, 33-44
"Escuchad otra parábola: Había un padre de familias, que plantó una viña y
la cercó de vallado, y cavando hizo en ella un lagar, y edificó una torre, y la
dio a renta a unos labradores, y se partió lejos. Y cuando se acercó el tiempo
de los frutos, envió sus siervos a los labradores, para que percibiesen los
frutos de ella. Mas los labradores, echando mano de los siervos, hirieron al
uno, mataron al otro y al otro le apedrearon. De nuevo envió otros siervos en
mayor número que los primeros, y los trataron del mismo modo. Por último, les
envió su hijo, diciendo: Tendrán respeto a mi hijo. Mas los labradores, cuando
vieron al hijo, dijeron entre sí: Este es el heredero, venid, matémosle, y
tendremos su herencia. Y trabando de él le echaron fuera de la viña, y le
mataron. Pues cuando viniere el Señor de la viña, ¿qué hará a aquellos
labradores?" Ellos dijeron: "A los malos destruirá malamente, y arrendará
su viña a otros labradores que le paguen el fruto a sus tiempos". Jesús
les dice: "¿Nunca leísteis en las Escrituras: La piedra que desecharon los
que edificaban, ésta fue puesta por cabeza de esquina? Por el Señor fue esto
hecho, y es cosa maravillosa en nuestros ojos: Por tanto os digo que quitado os
será el reino de Dios, y será dado a un pueblo que haga los frutos de él. Y el
que cayere sobre esta piedra, será quebrantado; y sobre quien ella cayere, lo
desmenuzará". (vv. 33-44)
San Juan Crisóstomo, homiliae in Matthaeum, hom. 68,1
Después de
la primera parábola puso otra, para darles a conocer que su acusación es muy
grave y no merece perdón. Por esto dice: "Escuchad otra parábola: Había un
padre de familia", etc.
Orígenes, homilia 19 in Matthaeum
El padre de
familia es Dios, que es llamado hombre en algunas parábolas, a la manera de un
padre que habla con su pequeño hijo infantilmente, en sentido que le pueda
entender y le instruye.
Pseudo-Crisóstomo, opus imperfectum in Matthaeum, hom. 40
Se llama
hombre por el nombre y no por la naturaleza, por semejanza y no en verdad.
Sabiendo el Hijo que por llamarse con nombre humano había de ser blasfemado
como un mero hombre, por esto llamó a Dios Padre hombre invisible, porque
siendo Señor de los ángeles y los hombres por naturaleza, tiene la benevolencia
de Padre.
San Jerónimo
Plantó una
viña, de quien dice Isaías: la viña del Señor Sabahot es la casa de Israel ( Is
5,7).
Prosigue: "Y la cercó de vallados".
San Jerónimo
Se refiere,
o a la muralla de la ciudad o al auxilio de los ángeles.
Pseudo-Crisóstomo, opus imperfectum in Matthaeum, hom. 40
También
puede entenderse por el vallado la defensa de los Santos Padres, que se
levantaron como muralla en el pueblo de Dios.
Orígenes, homilia 19 in Matthaeum
También
puede decirse que el vallado es la defensa del mismo Dios, y el lagar es el
sitio de las libaciones. Acerca de lo cual prosigue: "Y cavando hizo en
ella un lagar".
San Jerónimo
Esto es, un
altar, o aquellos lagares con cuyo título se designan tres Salmos ( Sal 8; 80;
83), esto es, los mártires.
San Hilario, in Matthaeum, 22
También
consideró a los profetas como a ciertos lagares en los que se encuentra de
muchas maneras una gran abundancia del fuego del Espíritu Santo.
Pseudo-Crisóstomo, opus imperfectum in Matthaeum, hom. 40
El lagar es
también la palabra de Dios que corrige al hombre contradiciendo la naturaleza
de la carne.
Prosigue: "Y edificó una torre".
San Jerónimo
Esto es, un
templo de quien dice por Miqueas: Y torre nebulosa de la hija de Sión ( Miq
4,8).
San Hilario, in Matthaeum, 22
En la torre
colocó la magnificencia de la Ley que llegaba desde la tierra hasta al cielo y
por la que podía verificarse la venida de Jesucristo.
Prosigue: "Y la dio en renta a unos labradores".
Pseudo-Crisóstomo, opus imperfectum in Matthaeum, hom. 40
Esto es,
cuando fueron instituidos los sacerdotes y los levitas por medio de la ley, y
tomaron a su cargo el gobierno del pueblo. Así como el colono, aun cuando
cumpla con su deber no agradará a su amo si no le entrega las rentas de la
viña, así el sacerdote no agrada tanto al Señor por su santidad, como enseñando
al pueblo de Dios la práctica de la virtud. Porque su santidad es única, y la
del pueblo es muy variada.
Prosigue: "Y se marchó lejos".
San Jerónimo
No por haber
variado de lugar -porque Dios no puede decirse que está lejos de ninguna parte,
siendo así que todo lo abarca-, pero parece que se separa de su viña para dejar
a los viñadores libertad para trabajar.
San Juan Crisóstomo, homiliae in Matthaeum, hom. 68,1
Se marchó
lejos porque tuvo longanimidad, no queriendo castigar siempre los pecados de
los malos.
Orígenes, homilia 19 in Matthaeum
Como el Señor había estado con los israelitas en la nube durante el día y en la columna de fuego durante la noche ( Ex 13), en adelante ya no se les apareció en esta forma. El pueblo judío se llama, pues, viña, según Isaías. La amenaza del padre de familia se hace en contra de esta viña, y en el Evangelio no se inculpa a esta viña, sino a sus habitantes. Pero en el Evangelio se entiende por viña el reino de Dios, esto es, la doctrina que se encuentra en las Sagradas Escrituras. Y es el fruto de esa viña la vida irreprensible de los hombres. Según las Sagradas Escrituras la cerca fue puesta a la viña para que los frutos que ella tiene escondidos no sean vistos por los que están fuera. La profundidad de la palabra divina es el lagar de la viña, en el cual los que aprendieron la palabra de Dios derraman su saber como frutos. Y la torre edificada es la palabra que procede del mismo Dios y de las misericordias de Jesucristo. Entregó esta viña a sus campesinos -esto es, a los que vivieron antes que nosotros-, tanto sacerdotes como seglares. Y se marchó lejos a su estancia para dar a los campesinos ocasión de trabajar. Se acerca, pues, el tiempo de los frutos. Según sucede en cada una y generalmente en todas las creaturas, el primer tiempo de la vida se parece a la infancia, y entonces nada produce, únicamente tiene en sí mucha fuerza y vigor. Cuando empieza a poder hablar, es el tiempo de la generación. Todo lo que progresa el alma de un niño, progresa también la viña -esto es, la palabra de Dios-, y después que ha crecido, la viña produce el maduro fruto de la caridad, de la alegría, de la paz y de otras cosas por el estilo.
Y para el
pueblo, que recibió la Ley por medio de Moisés, se acerca el tiempo de que
alguna vez dé frutos. Por esto sigue: "Y cuando se acercó el tiempo de los
frutos", etc.
Rábano
Dijo muy
oportunamente el tiempo de los frutos y no de los productos, porque el fruto
del pueblo rebelde es nulo.
San Juan Crisóstomo, homiliae in Matthaeum, hom. non.occ
Llama
siervos a los profetas que ofrecen los frutos del pueblo, y como sacerdotes del
Señor, hacen ostentación de su obediencia por medio de las obras. Estos, por lo
tanto, no sólo fueron malos por no dar fruto, sino que indignándose contra
aquéllos que vinieron a pedirlo, manchan sus manos con la sangre de éstos. Por
esto sigue: "Mas los labradores echando mano de los siervos", etc.
San Jerónimo
Los
arrojaron como a Jeremías ( Jer 37), los mataron como a Isaías, los apedrearon
como a Nabot ( 1Re 21) y a Zacarías, a quien mataron entre el templo y el altar
( Mt 23).
Pseudo-Crisóstomo, opus imperfectum in Matthaeum, hom. 40
La
misericordia del Señor aumentaba conforme crecía la malicia de los judíos. Y a
medida que se aumentaba la misericordia del Señor crecía la malicia de los
judíos. Y así peleaba la malicia humana contra la clemencia divina. Por esto
sigue: "De nuevo envió otros siervos", etc.
San Hilario, in Matthaeum, 22
Envió a
muchos siervos, significando aquello tiempo en el que después de la predicación
individual de los profetas, fueron enviados simultáneamente gran cantidad de
vaticinadores.
Rábano
Los primeros
siervos enviados fueron Moisés, el primer legislador, y Aarón, el primer
sacerdote de Dios, los cuales fueron muertos por el látigo de la lengua y los
despacharon sin nada. Por lo tanto, comprendamos que los otros siervos fueron
la multitud de profetas.
San Hilario, in Matthaeum, 22
La venida de
Nuestro Señor Jesucristo está representada por el hijo enviado. Por esto sigue:
"Por último, les envió su hijo".
San Juan Crisóstomo, homiliae in Matthaeum, hom. 68,1
¿Y por qué no lo envió primero? Para poderlos acusar por lo que habían hecho con otros, y para que abandonando su rabia, respetasen al propio hijo que venía. Por esto sigue: "Tendrán respeto a mi hijo".
Pseudo-Crisóstomo, opus imperfectum in Matthaeum, hom. 40
Envió a éste
no para traer la sentencia del castigo a los que obraban mal, sino para
ofrecerles el perdón por medio de la penitencia. Es decir, lo envió para
humillarlos, y no para castigarlos.
San Jerónimo
Cuando dice,
quizá respetarán a mi hijo, no lo dice porque ignore. ¿Cómo había de ignorar el
padre de familia, que aquí representa a Dios? Pero se dice muchas veces que
Dios anda dudoso, para que de este modo pueda conservarse inmune el libre
albedrío en el hombre.
San Juan Crisóstomo, homiliae in Matthaeum, hom. 68,1
Dice también
esto, anunciando lo que debía suceder. Porque convenía que ellos se
avergonzasen. Por esto quiere dar a entender que es grande el pecado de
aquéllos, y que carece de toda excusa.
Orígenes, homilia 19 in Matthaeum
Y aquello
que dice: "Respetarán a mi hijo" parece que se cumple respecto de
aquellos judíos que, conociendo a Jesucristo, creyeron en El. Pero está aquello
otro que dice: "Mas los labradores, cuando vieron al hijo, dijeron entre
sí: éste es el heredero, venid, matémosle". En estas palabras se cumplió
aquello de que, habiendo visto a Jesucristo y conociendo que era Hijo de Dios,
sin embargo, lo crucificaron.
San Jerónimo
Preguntamos
a Arrio y a Eunomio: he aquí que se dice, el Padre no sabe; todo lo que dicen
respecto del padre, entiéndanlo también respecto del Hijo, que según dice, no
sabe cuándo será el día del juicio ( Mc 13).
Pseudo-Crisóstomo, opus imperfectum in Matthaeum, hom. 40
Dicen
también algunos que, después de la encarnación, Cristo fue llamado el Hijo de
Dios, por medio del bautismo, como sucede a los demás cristianos, a quienes
desde este día muestra el Señor diciendo: "Enviaré a mi hijo". Cuando
aun pensaba mandar a su Hijo después de los profetas, ya existía su Hijo. Por
lo tanto, si se llama hijo de este modo, como todos los santos a quienes
alcanza la palabra de Dios, debió también llamar a los profetas hijos como a
Jesucristo, o decir que Jesucristo era siervo como los demás profetas.
San Jerónimo
Cuando dice:
"Este es el heredero", demuestra el Señor claramente que los
príncipes de los judíos no se proponían crucificar al Hijo de Dios por
ignorancia sino por envidia. Comprendieron, por lo tanto, que El era aquél a
quien el Padre le dice por medio del Profeta: "Pídeme y te daré todas las
gentes en herencia" ( Sal 2,8). La herencia del Hijo es la santa Iglesia
que se formó de todos los gentiles, la que el Padre le dejó, no porque hubiese
muerto, sino porque la adquirió de un modo admirable por su propia muerte.
Pseudo-Crisóstomo, opus imperfectum in Matthaeum, hom. 40
Sin embargo,
después que entró en el templo y arrojó fuera a los que vendían animales
destinados a los sacrificios, entonces fue cuando pensaron matarle de una
manera resuelta. Por esto dicen: "Venid y matémosle". Entonces decían
entre sí: El pueblo dejará la costumbre de ofrecer sacrificios por la
predicación de éste, y sus sacrificios constituyen nuestras ganancias. Y se
dedicará a ofrecer el sacrificio de la santidad, que afecta a la gloria de
Dios; y en este caso, este pueblo ya no será nuestro, sino de Dios. Pero si lo
matamos, como no habrá quien exija al pueblo el fruto de la santidad, durará
para siempre la costumbre de ofrecer sacrificios, el pueblo será nuestra dotación
constante. A esto se refiere lo que sigue: "Y tendremos su herencia".
Este es el pensamiento general de todos los sacerdotes materiales que no se
cuidan de cómo podrá vivir el pueblo sin pecar, sino que se fijan sólo en lo
que se ofrece en la Iglesia, considerando a esto como ganancia de su
sacerdocio.
Rábano
Los judíos
trataban de apoderarse de su herencia, extinguiendo la fe que de Dios procede y
esforzándose en inculcar al pueblo que prefiriera la de ellos que procede de la
Ley.
Prosigue: "Y trabando de él lo echaron fuera de la viña y le mataron".
San Hilario, in Matthaeum, 22
Jesucristo
fue llevado fuera de Jerusalén, como fuera de su viña, a sufrir la sentencia de
su condenación.
Orígenes, homilia 19 in Matthaeum
Y cuando
dice: "Le sacaron fuera de la viña", me parece que lo consideraron
como extraño de la viña y de los colonos.
Prosigue: "Pues cuando viniere el Señor de la viña, ¿qué hará a aquellos labradores?"
San Jerónimo
Les pregunta
el Señor no porque no sepa lo que van a contestar, sino para que se condenen
por su propia boca. Prosigue: "Ellos dijeron: A los malos destruirá
malamente", etc.
Pseudo-Crisóstomo, opus imperfectum in Matthaeum, hom. 40
Como
respondieron la verdad, no puede decirse que juzgaron con justicia, sino que la
verdad les obligó.
Orígenes, homilia 19 in Matthaeum
Como Caifás,
así éstos no vaticinaron por sí mismos contra sí, puesto que se les había de
privar de la divina gracia que había de pasar a los gentiles los cuales habían
de dar fruto a su tiempo; y el Señor, a quien mataron, vino en seguida
resucitado de entre los muertos y perdió a los malos colonos de mala manera.
Entregó entonces su viña a otros colonos (esto es, a los apóstoles), o sea a
aquéllos que creyeron, procedentes del pueblo judío.
San Agustín, de consensu evangelistarum, 2,70
San Marcos
no dice que respondieran esto, sino que el Señor lo dijo cuando siguió
hablando. Después de su pregunta, de alguna manera se respondió a sí mismo.
Pero puede entenderse fácilmente que, o la voz de aquellos estaba tan
confundida que no podían responder, o ellos respondieron sin comprender. Mas
aún esta respuesta debe atribuirse al Señor, porque como dijeron la verdad,
también respondería por ellos el que es la verdad misma.
San Juan Crisóstomo, homiliae in Matthaeum, hom. 68,2
En esto no
hay contradicción alguna, porque sucedió lo uno y lo otro, esto es, primero
respondieron ellos y el Señor reiteró la contestación.
San Agustín, de consensu evangelistarum, 2,70
Lo que más
llama la atención en San Lucas es que no sólo dice que ellos no respondieron
esto, sino que también dieron una contestación contraria. Lo refiere así:
"Habiendo oído esto -a saber, una sentencia que había salido de la boca
del Señor- dijeron: De ningún modo" ( Lc 20,16). Resta, por lo tanto, que
comprendamos que del pueblo que oía algunos respondieron lo que dice San Mateo,
y que los otros contestaron lo que dice San Lucas, esto es: "De ningún
modo". Y no llame la atención lo que diga San Mateo, que los príncipes de
los sacerdotes y los ancianos del pueblo se acercaron al Salvador, y así, sin
mediación de alguna persona une la narración hasta la parte donde se habla de
la viña que fue entregada a otros viñadores. También puede creerse que habló
todas estas cosas con los príncipes de los sacerdotes. Pero San Mateo calló en
obsequio de la brevedad lo que refirió San Lucas, a saber, esta parábola no fue
dicha solamente para aquéllos que preguntaron al Salvador, en virtud de qué
poder hacía prodigios, sino para la plebe, entre quienes había algunos que
dijesen: "Los perderá, y entregará su viña a otros colonos".
Sentencia que con seguridad se entiende que es propia del mismo Dios, ya por la
verdad, ya por la unión de los miembros con su cabeza. Había también algunos
que contestando a los que respondían decían: "De ninguna manera",
porque comprendían que la parábola era contra ellos.
Pseudo-Crisóstomo, opus imperfectum in Matthaeum, hom. 40
Además San
Lucas refirió según lo que estos habían contestado. Y San Mateo, según la
contestación de su conciencia, porque en realidad se contradijeron, diciendo:
"De ninguna manera", pero en su conciencia decían: "A los malos
debe perderlos malamente"; así como cuando un hombre es cogido en una
acción mala y se excusa con palabras, pero interiormente reconoce su delito.
San Juan Crisóstomo, homiliae in Matthaeum, hom. 68,2
El Señor por
lo tanto les propuso esta parábola, para que ellos, sin saberlo, se
sentenciaran a sí mismos, como sucedió a David, respecto de Natán. Comprendían
además que lo que se había dicho se decía contra ellos, y por esto contestaron:
"De ninguna manera".
Rábano
En sentido
moral, a cada uno se le entrega su viña para que la cultive cuando se le
administra el sacramento del bautismo, para que trabaje por medio de él. Es
enviado un siervo, otro, y un tercero; cuando la ley, el salmo y la profecía
dicen, en virtud de cuyas enseñanzas debe obrarse bien. Pero el enviado es
muerto y arrojado fuera, se desprecia su predicación o lo que es peor, se
blasfema de él. Mata al heredero en cuanto a sí, todo aquel que ultraje al Hijo
de Dios y ofenda al Espíritu de su gracia. Una vez perdido el mal cultivador,
la viña fue entregada a otro, como sucede con el don de la gracia, que el
soberbio menosprecia, y el humilde recoge.
Pseudo-Crisóstomo, opus imperfectum in Matthaeum, hom. 40
Después,
como veía que no se convencían, les citó un testimonio de la Sagrada Escritura.
Prosigue: "Les dijo Jesús: ¿nunca leísteis en las Escrituras: La piedra
que desecharon los que edificaban?", etc. Esto es, si no comprendéis mi
parábola, al menos conoceréis este testimonio de la Sagrada Escritura.
San Jerónimo
Viene a
decirse una misma cosa en diferentes parábolas: Los que en una de ellas se
llaman operarios y colonos, en otra son llamados edificadores o constructores.
San Juan Crisóstomo, homiliae in Matthaeum, hom. 68,2
Llama a
Jesucristo la piedra, los doctores de los judíos son los edificadores, que
reprobaron a Jesucristo diciendo: "Este no procede de Dios" ( Jn
9,16).
Rábano
Pero aun
cuando ellos no querían, consolidó la piedra el cimiento del ángulo, porque
unió por medio de su fe a todos los que quiso, procedentes de uno y otro
pueblo. Por esto sigue: "Esta fue puesta para cabeza de esquina".
San Hilario, in Matthaeum, 22
Fue hecho
cabeza del ángulo, porque hay cierta unión entre los lados de la ley y de los
gentiles.
San Juan Crisóstomo, homiliae in Matthaeum, hom. 68,2
Después
añadió, para que sepan que nada de lo que hacían los judíos podía contrariar a
Dios: "Por el Señor fue esto hecho".
Orígenes, homilia 19 in Matthaeum
Esto es,
esta piedra es un don regalado por Dios al edificio del universo, y es la
cabeza admirable que se presenta a nuestra vista para que podamos verla con la
luz de nuestra inteligencia.
Pseudo-Crisóstomo, opus imperfectum in Matthaeum, hom. 40
Como
diciendo: ¿por qué no queréis entender que la piedra, una vez desechada por
vosotros, se ha de poner en el ángulo de algún edificio que no será el vuestro
sino otro? Si ha de levantarse otro edificio, debe abandonarse vuestra
construcción. Por esto añade: "Por tanto, os digo, que quitado os será el
reino de Dios", etc.
Orígenes, homilia 19 in Matthaeum
Llama reino
de Dios a los misterios del reino de Dios, es decir, a las divinas Escrituras
que el Señor ha dictado. En primer lugar, a aquel pueblo primitivo a quien
fueron confiados los primeros misterios; en segundo lugar, a los gentiles que
producían frutos. A nadie se concede la palabra de Dios, sino al que da de ella
frutos. Y a ninguno se concede tampoco el reino de Dios si el pecado reina en
él. Por lo tanto, ¿cómo les fue dado a aquéllos a quienes se le volvió a
quitar? Pero observa que lo que se da, se da gratuitamente. Y aquéllos a
quienes concedió esta gracia, no se la concedió en absoluto, como a sus
escogidos y a sus fieles, a quienes la dio por juicio de elección.
Pseudo-Crisóstomo, opus imperfectum in Matthaeum, hom. 40
Jesucristo
es llamado piedra, no sólo por su firmeza, sino también porque es grande en la
destrucción de sus enemigos, por esto sigue: "Y el que cayere sobre esta
piedra, será quebrantado", etc.
San Jerónimo
El que es
pecador y sin embargo cree en El, cae en verdad sobre esta piedra y se
quebranta, pero no se destroza por completo, sino que se le espera por medio de
la paciencia para obtener su salvación. Y cuando cae sobre alguno (esto es
quien de corazón ha negado a Jesucristo), lo quebrantará de tal modo que no
quedará de él una sola teja en que pueda beber un poco de agua.
Pseudo-Crisóstomo, opus imperfectum in Matthaeum, hom. 40
Una cosa es
ser quebrantado, y otra ser destrozado. De lo que se rompe queda algo, pero lo
que se desmenuza queda reducido a polvo. Lo que da contra la piedra no se
quebranta por la dureza de la piedra, sino por la fuerza con que choca; también
según su peso, o la altura de donde cae. Esto sucede al cristiano que peca, que
no sufre únicamente lo que Jesucristo puede hacerle perecer, sino que él se
pierde por sus propias acciones, ya según la gravedad de su pecado o ya por la
elevación de su dignidad. Pero los infieles únicamente en cuanto al uso que
hacen del conocimiento que tengan de Jesucristo.
San Juan Crisóstomo, homiliae in Matthaeum, hom. 68,2
Aquí da a
conocer las dos clases de perdición: una que procede de cuando se ofende a Dios
y se escandaliza a los demás, a la cual se refiere cuando dice: "El que
cayere sobre esta piedra será quebrantado". Y la otra se refiere a la
cautividad que habrá de sobrevenirle, como indica cuando dice: "Y sobre
quien ella cayere", etc.
San Agustín, quaestiones evangeliorum, 1,30
Ahora se refiere a aquéllos que caerán sobre El, que lo desprecian de algún modo o lo injurian. Estos no perecen en absoluto pero quedan mal tratados y ya no marchan por caminos rectos. Cuando cae sobre éstos, vendrá sobre ellos en el día del juicio con la pena de la eterna perdición. Y por esto dijo: "Lo desmenuzará, para que sean como polvo del impío, a quien arrastra el viento por la faz de la tierra" ( Sal 1,4).
45-46
Y cuando los príncipes de los sacerdotes y los fariseos oyeron sus parábolas,
entendieron que de ellos hablaba. Y queriéndole echar mano, temieron al pueblo,
porque le miraban como un profeta. (vv. 45-46)
San Jerónimo
Aunque los
judíos eran de corazón duro por su incredulidad, comprendían, sin embargo, que
todas las sentencias de Jesucristo se dirigían contra ellos. Por esto dice:
"Y cuando los príncipes", etc.
Pseudo-Crisóstomo, opus imperfectum in Matthaeum, hom. 40
Hay una
diferencia entre los hombres buenos y los hombres malos. El bueno cuando cae en
pecado, llora porque pecó. Pero el malo se enfurece, no porque ha pecado, sino
porque ha sido cogido en el pecado. Y el malo no sólo no hace penitencia, sino
que antes al contrario, se enfurece más contra quien lo corrige. Por esto los
que son reprendidos se vuelven peores. Prosigue: "Y queriéndole echar
mano, temieron al pueblo, porque le miraban como a un profeta".
Orígenes, homilia 19 in Matthaeum
Conocen algo
de lo que es verdad cuando lo consideran como a un profeta, pero no conocen
toda su grandeza, según la cual era hijo de Dios. Los príncipes temen a las
turbas que conociéndolo así estaban dispuestas a defenderlo, porque no pueden
ponerse a la altura de sus conocimientos, no creyendo nada digno respecto de
El. Por lo tanto, debe tenerse en cuenta que habían diversas opiniones entre
los que querían prender a Jesús. Los príncipes y los fariseos deseaban
detenerlo, pero de un modo distinto al que deseaba tenerle la esposa del Cantar
de los Cantares, cuando dice: "Lo he sujetado y no lo dejaré hasta que lo
lleve a mi tienda" ( Cant 3,4), o como dice en otro lugar: "Subiré a
la palma, y tendrá su altura"( Cant 7,8). Pero los que no conocen
perfectamente a la divinidad quieren cogerle para maltratarle. Además, no se
deben comprender ni admitir palabras contrarias a las de Jesucristo. Ninguno
puede por lo tanto comprender el Verbo de la verdad -esto es, entenderlo- ni
separar del sentido de los que creen, ni mortificarlo -esto es, destruirlo-.
Pseudo-Crisóstomo, opus imperfectum in Matthaeum, hom. 40
Pero todo
hombre malo prende y mata a Dios (en cuanto le es posible). El que quebranta
los mandamientos de Dios, el que murmura contra Dios, el que mira al cielo con
rostro airado, ¿no echaría mano de Dios y le mataría si pudiese para poder
pecar con libertad?
Rábano
Sin embargo, temen poner su mano sobre Jesús por las turbas que todos los días se levantan en su Iglesia, puesto que cada hermano, de sólo nombre, se avergüenza o tiene miedo de contrariar la fe y la unidad de la paz (que no ama), por los que son buenos y viven con El.