"SE TRANSFIGURÓ DELANTE DE ELLOS". Catena Aurea de Santo Tomás de Aquino
II DOMINGO DE CUARESMA
Comentarios al Evangelio
de la Catena Aurea de Santo Tomás de Aquino
Texto paralelo de la
Transfiguración en Marcos 9, 01-07
Seis
días después tomó Jesús consigo a Pedro, y a Santiago y a Juan, condújolos
solos a un elevado monte, en lugar apartado, y se transfiguró en presencia de
ellos: de forma que sus vestidos aparecieron resplandecientes y de un candor
extremado como la nieve, tan blancos que no hay lavandero en el mundo que así
pudiese blanquearlos. Al mismo tiempo se les aparecieron Elías y Moisés, y
estaban conversando con Jesús. Y Pedro, tomando la palabra, dijo a Jesús:
"¡Oh Maestro! bueno será quedarnos aquí: hagamos tres pabellones, uno para
Ti, otro para Moisés y otro para Elías". Porque él no sabía lo que se
decía, por estar todos sobrecogidos del pasmo. En eso se formó una nube que los
cubrió, y salió de esta nube una voz que decía: "Este es mi Hijo carísimo:
escuchadle a El". Y mirando luego a todas partes, no vieron consigo a
nadie más, sino a sólo Jesús. (v. 1-7)
Pseudo-Jerónimo
Después de
la confirmación de la Cruz se muestra la gloria de la Resurrección, para que no
temieran el oprobio de la cruz aquéllos que con sus ojos habían de ver la
gloria de la futura resurrección, y así dice: "Seis días después",
etc.
San Juan Crisóstomo, homilia in Matthaeum, 56,1
Aunque San
Lucas dice: "Ocho días después", no hay contradicción en esto, porque
contó el día en que dijo Cristo lo que queda expuesto y el día en que tomó
consigo a sus discípulos. Los tomó, pues de allí a seis días, para que más
inflamado su deseo en este espacio de tiempo considerasen solícita y
atentamente lo que veían.
Teofilacto
Tomó, pues,
consigo las tres eminencias de los apóstoles: San Pedro que le ama y le
confiesa, San Juan el discípulo amado y Santiago el teólogo elocuente, al que
mandó matar Herodes deseando complacer a los judíos que no podían sufrirle por
esta cualidad.
Pseudo-Crisóstomo
No les
manifiesta su gloria en una casa, sino en un elevado monte, puesto que convenía
la elevación de un monte para manifestar la elevación de su gloria.
Teofilacto
Los lleva a
un sitio retirado, porque lo que debía revelarles eran misterios. La
transfiguración se debe entender, no como un cambio de figura, la cual siguió
siendo la misma, sino como una adición de cierto esplendor inexplicable.
Pseudo-Crisóstomo
Por esto no
debemos suponer que en el reino de Dios se transformen las figuras del
Salvador, ni de los que le semejan en esplendor, sino que irán revestidas de
este esplendor.
Beda, in Marcum, 3,27
Transfigurado el Salvador, no perdió su sustancia corporal, sino que mostró la gloria de la futura resurrección suya o nuestra. El que así apareció a los Apóstoles, así aparecerá después del juicio a todos los elegidos.
"De
forma que sus vestidos aparecieron resplandecientes", etc.
San Gregorio Magno, Moralia, 32, 6
Porque en la
altura de la claridad superior se le unirán los que brillan por su justicia,
indicando con el nombre de vestidos a los justos, que unirá consigo. "Al
mismo tiempo se les aparecieron Elías", etc.
San Juan Crisóstomo, homilia in Mattaeum, hom. 56, 1
El Señor hace aparecer a Moisés y a Elías. Al primero, porque diciendo la gente que Cristo era Elías, o uno de los profetas, manifestaba así a sus discípulos la diferencia que había entre el Señor y sus siervos; y a los dos juntos porque, acusándole los judíos de transgresor de la ley y juzgándole blasfemo porque se atribuía la gloria de su Padre, convenía que se mostrasen unidos a El, Moisés como legislador y Elías como celoso defensor de la gloria de Dios, lo que no hubiera hecho si fuera El contrario a Dios y a la ley. Y para que viesen que tenía potestad sobre la vida y la muerte mostró a su lado a Moisés, que había muerto, y a Elías que aún no había llegado a morir. Significó así también que la doctrina de los profetas fue una iniciación a la doctrina de la ley de Cristo. Igualmente significó la unión del Nuevo y Antiguo Testamento, porque los apóstoles se unieron en la resurrección con los profetas y ambos saldrán al encuentro al Rey de todos.
"Y
Pedro dijo a Jesús: ¡Oh Maestro! bueno será quedarnos aquí", etc.
Beda, in Marcum, 3, 27
Si la
transfiguración de Cristo y la compañía de los dos santos, vistas un solo
instante, deleitan de tal modo a Pedro que para que no desaparezcan quiere
brindarles su hospitalidad, ¿cuánta no será la felicidad de la contemplación
perpetua de la Divinidad en medio de los coros de los ángeles? "Porque él
no sabía lo que decía, continúa". Aunque Pedro no sabe lo que dice,
sobrecogido de pasmo en su humana fragilidad, da un indicio, sin embargo, del
vivo sentimiento que le embarga. No sabía lo que decía, porque había olvidado
que el reino de Dios había sido prometido a los santos no en un lugar de la
tierra, sino en los cielos y no recordaba que ni él ni los demás apóstoles
podían subir al estado de la vida inmortal envueltos como estaban todavía en
carne mortal. Y no pensaba además que en el cielo, mansión del Padre, no es
necesaria la mano del hombre para edificar casa. Aun hoy mismo la ignorancia
llega al punto de que algunos deseen hacer un tabernáculo para la ley, otro
para los profetas y otro para el Evangelio, cuando son cosas que de ningún modo
pueden separarse.
San Juan Crisóstomo
Pedro
tampoco entendió que el Señor había obrado su transfiguración para demostrar su
verdadera gloria, ni que el espíritu de Moisés no estaba reunido aún con su
cuerpo, y en fin, que hacía esto para enseñar a los hombres, siendo muchos los
que habían de salir de la multitud para ir a morar en los desiertos. "Por
estar todos sobrecogidos del pasmo". Este temor nacía por que del estado
ordinario se había elevado su espíritu a un estado mejor, porque exteriormente
veía a Moisés y a Elías, pero le embargaba cierto afecto divino, como si
aquella visión celestial la separase del sentimiento humano.
Teofilacto
O de otro
modo: Temiendo Pedro bajar del monte, porque sabía ya que Cristo debía ser
crucificado, dijo: "Bueno será quedarnos aquí", y no bajar allá en
medio de los judíos. Si ellos vienen furiosos contra ti, tenemos a Moisés, que
combatió a los egipcios, y a Elías, que hizo bajar fuego del cielo y que
destruyó a cincuenta hombres.
Orígenes, in Matthaeum, 12, 40
San Marcos
dice de motu proprio: "No sabía, pues, lo que decía". Aquí es de
considerar que acaso hablaba así movido por algún extraño espíritu, aquél
quizás que quiso, en cuanto a sí mismo, poner la piedra del escándalo delante
de Cristo, para que se alejase de la Pasión saludable a todos los hombres y
para que obrando él mismo aun con seducción, no condescendiese el Señor con los
hombres, ni viniese a ellos, ni por ellos recibiese la muerte.
Beda, in Marcum, 3, 27
Después de
pensar en un tabernáculo material, Pedro recibió abrigo en una nube, con lo
cual se le enseñó que en la resurrección seremos protegidos, no por el techo de
una casa, sino por la gloria del Espíritu Santo. "En esto, prosigue, se formó
una nube que los cubrió". Pero como han hecho una pregunta imprudente, no
mereciendo respuesta del Señor, es el Padre quien responde por el Hijo. "Y
salió de esta nube una voz que decía: Este es mi Hijo", etc.
San Juan Crisóstomo, homilia in Matthaeum, 57, 3
Como el
Señor acostumbra aparecer en una nube, sale en efecto de una nube la voz, a fin
de que se la tome por la voz de Dios. En las palabras: "Este es mi Hijo
carísimo", se manifiesta que es una sola la voluntad del Padre y del Hijo,
y que, excepto la generación, ambos son uno mismo.
Beda, in Marcum, 3, 27
Muestra Dios
Padre a los discípulos que deben de oír al Verbo hecho carne, a quien Moisés
predijo ( Dt 18) que debía oír, todo el que quisiera salvarse cuando viniera en
carne mortal. "Y mirando luego a todas partes no vieron consigo a nadie
más", etc. Y para que no se creyese que aquella voz, que designaba al
Hijo, era la de los siervos, éstos desaparecieron al punto.
Teofilacto
En sentido
místico, esto significa que después de la consumación de este mundo -que fue
hecho en seis días-, si somos sus discípulos Jesús nos llevará consigo al alto
monte, esto es, al Cielo, y entonces veremos su singular gloria.
Beda, in Marcum, 3,27
Con razón se
considera en los vestidos del Señor a sus santos, los cuales brillarán con una
nueva blancura, debiendo entenderse por lavandero aquél a quien se dirige el
salmista cuando dice: "Lávame todavía más de mi iniquidad, y límpiame de
mi pecado" ( Sal 50,4), porque no puede dar en la tierra a sus fieles la
claridad que reserva para ellos en el Cielo.
Remigio, in Matthaeum
O bien se
designa con el lavandero a los santos predicadores, de las que ninguna puede
existir en esta vida sin que el pecado manche su blancura y es en la
resurrección futura en que serán purificados los santos de toda mancha de
pecado. Dios los hará entonces como no puede hacerlos en este mundo la
penitencia corporal, ni la doctrina, ni el ejemplo de los predicadores.
San Juan Crisóstomo, homilia in Marcum, hom., 10
O los
vestidos blancos son los escritos evangélicos y apostólicos cuya claridad no
admite término de comparación, ni pudo igualar ninguno de los expositores.
Orígines, in Matthaeum, 12, 39
O acaso
debemos considerar moralmente como lavanderos sobre la tierra a los sabios del
siglo que creen embellecer sus necios pensamientos y falsos dogmas con el
brillo de su ingenio. Pero con todo su arte no podrán nunca hacer nada
semejante a aquella palabra que revela el esplendor de los pensamientos
espirituales a los que no conocen las Escrituras.
Beda, in Marcum, 3, 27
Moisés y
Elías, muerto el uno ( Dt 34), y arrebatado el otro a los cielos ( 2Re 2),
significan la gloria futura de todos los santos, los cuales, en el día del
juicio, ya sea que vivan todavía, ya sea que resuciten, han de reinar en el
cielo juntamente con El.
Teofilacto
O bien esto
significa que veremos en la gloria a la ley y a los profetas conversando con
El, esto es, que veremos conforme a la realidad lo dicho por Moisés y los demás
profetas, y oiremos la voz del Padre que nos revela a su Hijo, diciendo:
"Este es mi Hijo", a la sombra de la nube, es decir, del Espíritu
Santo, que es la fuente de la sabiduría.
Beda, in Marcum, 3, 27
Es de notar que, en la glorificación del Señor en el monte se declara todo el misterio de la Santísima Trinidad, así como se había declarado en el bautismo en el Jordán, porque veremos y alabaremos en la resurrección la misma gloria que confesamos en el bautismo. Y no en vano el Espíritu Santo, que apareció allí bajo la figura de una paloma, aparece aquí en una nube brillante, porque el que ahora guarda con sencillo corazón la fe que recibió, contemplará entonces con toda claridad el objeto de su fe. En el momento, pues, en que sonó esta voz sobre el Hijo, se encontró solo, porque, cuando se manifieste a los elegidos, será Dios en todo para todo ( 1Cor 15), o más bien brillará Cristo en todo con los suyos, como la cabeza con el cuerpo.
08-12
Y cuando bajaban del monte, les ordenó que a ninguno contasen lo que habían
visto, hasta que el Hijo del hombre hubiese resucitado de entre los muertos. En
efecto, guardaron en su pecho el secreto: bien que andaban discurriendo entre
sí qué querría decir con aquellas palabras: cuando hubiese resucitado de entre
los muertos. Y le preguntaron: "¿Pues cómo dicen los escribas y fariseos
que ha de venir primero Elías?" Y El respondió: "Elías realmente ha
de venir antes de mi segunda venida, y restablecerá entonces todas las cosas; y
como está escrito del Hijo del hombre, ha de padecer mucho y ser vilipendiado.
Si bien os digo que Elías ha venido ya en la persona del Bautista, y han hecho
con él todo lo que les plugo, según estaba ya escrito". (vv. 8-12)
Orígines, in Matthaeum, 3
Después del
misterio manifestado en el monte, mandó Jesús a sus discípulos al bajar que a
nadie contasen de su transfiguración antes de la gloria de su pasión y
resurrección. "El cual, así que bajaban del monte, les ordenó", etc.
San Juan Crisóstomo, homilia in Mattaeum, hom., 56, 3
No les manda
sencillamente callar, sino que, insinuándoles su pasión, insinúa la causa por
la que deben callar.
Teofilacto
Para que los hombres no se escandalicen oyendo contar cosas tan gloriosas de Cristo, a quien iban a ver crucificar. No convenía, pues, decir de Cristo antes de su pasión lo que después de la resurrección se creería mejor.
Pseudo-Crisóstomo
Ignorando el
misterio de la resurrección, y recordando la palabra que la anunciaba,
disputaban a veces entre ellos. Y por esto dice: "En efecto, guardaron en
su pecho el secreto", etc.
Pseudo-Jerónimo
Esto, que es de San Marcos, significa que, cuando sea absorbida la muerte en la victoria, no se recordará ya lo antiguo.
"Y le
preguntaron: ¿Pues cómo dicen los fariseos?", etc.
San Juan Crisóstomo
Parece que
la intención de los discípulos en esta pregunta debía ser la siguiente: Hemos
visto contigo a Elías y te hemos visto antes que a él, pero los escribas dicen
que Elías debe venir antes y por tanto creemos que han mentido.
Beda, in Marcum, 3, 27
O bien:
juzgan los discípulos que la transformación gloriosa de Cristo era la que
habían visto en el monte y dicen: Si has venido ya en tu gloria, ¿cómo es que
no aparece tu precursor? Idea que afirmaba la desaparición de Elías que habían
presenciado.
San Juan Crisóstomo, homilia in Matthaeum, hom. 58
Lo que
contestó Cristo aparece por lo que sigue: "Y El les respondió: Elías ha de
venir", etc. De este modo manifiesta que Elías vendrá antes de la segunda
venida, puesto que las Escrituras anuncian dos venidas, una realizada ya y otra
que se realizará, y el Señor señala a Elías por precursor de la segunda venida.
Beda, in Marcum, 3, 27
El
restablecerá entonces todas las cosas, es decir, las cosas de que habla
Malaquías en estas palabras: "He aquí que yo os enviaré a mi profeta Elías
para que vuelva el corazón de los padres hacia los hijos, y el de los hijos
hacia sus padres" ( Mal 4,5-6).
Teofilacto
Dice el
Señor esto para refutar la opinión de los fariseos, que decían que Elías debía
ser el precursor de la primera venida, cuya aseveración ofrece inconvenientes.
"Y como está escrito", etc. -añade- lo cual equivale a: Elías Tesbita
pacificará a los judíos cuando venga y los llevará a la fe, siendo de este modo
el precursor de la segunda venida. Pero si él es precursor de la primera
venida, ¿cómo es que está escrito que el Hijo del hombre debe padecer? Porque
una de dos: o Elías no es el precursor de la primera venida y entonces son
verídicas las Escrituras, o es precursor de ella, en cuyo caso no son verídicas
éstas, que dicen que conviene que padezca el Cristo y que Elías restablecerá
todas las cosas, no debiendo permanecer incrédulo ningún judío, puesto que
todos los que le oigan creerán en su palabra.
Beda
O bien: como está escrito, esto es, así como los profetas escribieron muchas cosas diversas sobre la pasión de Cristo, del mismo modo cuando venga Elías tendrá que padecer mucho y será despreciado por los impíos.
San Juan Crisóstomo, homilia in Matthaeum, hom., 58
Así como el
Señor afirmó que Elías será el precursor de la segunda venida, así también
afirmó que San Juan lo había sido de la primera. "Si bien os digo, añade,
que Elías ha venido ya".
San Juan Crisóstomo, homilia in Matthaeum, hom., 58.
Llama Elías
a Juan, no porque fuera Elías en persona, sino porque llenaba el ministerio de
él, y porque ha sido el precursor de la primera venida como Elías lo será de la
segunda.
Teofilacto
San Juan
reprendía, estaba lleno de celo y era ermitaño como Elías; pero sin embargo no
le escucharon, como escucharán a Elías y cortándole la cabeza le mataron en un
abominable juego. "Y han hecho con él todo lo que quisieron", etc.
Pseudo-Crisóstomo
O bien: preguntaban los discípulos a Jesús cómo estaba escrito que el Hijo del hombre había de sufrir, y les contestó: "Así como Juan, que vino con la semejanza de Elías, tuvo que sufrir tanto, así también es preciso, según las Escrituras, que sufra el Hijo del hombre".